China y Broncas

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Seb llevaba desde que había llegado a casa sin dirigirme la palabra.
Después de su toque con Kimi y su bronca con Kvyat estaba insoportable.
Estaba con Emily en él sofá cuando él bajo las escaleras con los cascos puestos.

-Voy a salir a correr. No se cuando voy a llegar-dijo él.

Yo lo lo mire y volvi a concentrarme en la televisión y en nuestra hija.
Él lo capto como un "vale" y se fue.

-No hay quien aguante a papa, cariño-dije yo achuchandola.

Emily cada vez se parecía mas a mi en cuánto a carácter. Era una pequeña versión de mi. Teniamos una relación muy estrecha. Mas desde que Seb había empezado la temporada.
2 horas después, Seb volvió y yo me subí a la habitación.
No quería ni verle la cara.

-Lau-dijo él. No quise ni girarme estaba muy enfadada con él.

-Hablame-dijo él pero mi respuesta fue nula-En serio vas a ignorarme?

-A caso te parece que no estoy en mi derecho? Es lo que llevas haciendo tu conmigo desde que llegaste-dije yo cruzándome de brazos.

-Tengo mis razones-dijo él sentándose en la cama.

-Yo no las tengo?-dije yo.

-Pues no-dijo él.

-Eres un egoista-dije yo tirandome sobre la cama.

-Lo dudo. Te recuerdo que la casa es mía-dijo él.

-Te recuerdo que los niños son tuyos y los cuido yo-dije, ya algo enfadada.

-Es tu trabajo-dijo él.

-Sabes que te digo? Vienes aquí cuando te da la gana, no haces nada, ni limpias, ni cocinas, los niños llevas desde que llegaste sin levantar un dedo por ellos y después de eso aun tienes mas que decir? Pues buscate a otra guapo, que te den-dije yo saliendo de la habitación dando un portazo.

Cogi a los pequeñajos y salí a dar una vuelta.
A veces llegaba a ser insoportable. Lo quiero muchísimo pero no tiene derecho a recriminarme nada cuando viene a casa a que le sirvan.
Decidí dar un paseo bien largo, tenia la esperanza de que se diera cuenta de lo que habia hecho.
Estuve aproximadamente una hora fuera y nada mas entrar en casa me tire sobre él sofá. Los peques estaban mas que dormidos.
Note ruido en la cocina y me acerque a ver que pasaba. Seb estaba cocinando. Creo que al final si le había servido él tiempo que había pasado solo.

-Que cocinas?-dije yo.

-Mas bien que intento cocinar-dijo él.

-Al menos lo estas intentando. Quieres que lo haga yo?-dije yo.

-No, no hace falta-dijo él

-Entonces quieres que te ayude?-dije yo.

-Si,ven conmigo-dijo él cogiendo mi mano.
Me arrastro por las escaleras para llegar a la habitación.

-Lau, escucha.
Nunca nadie había tenido tanta paciencia como tu conmigo. Siempre lo digo y siempre lo diré, no te merezco pero ni de lejos.
Eres una de las mejores personas que conozco y tengo la suerte de que de alguna manera te he enamorado y ahora eres mía.
Pero de alguna manera siempre la cago y lo siento. Tu lo único que mereces es que te trate como una reina por todo lo que haces por mi y por los niños.
Siempre te he visto como la persona que lleva los pantalones en esta relación y sin ti no soy nada, ya lo sabes.
Lo siento muchísimo.

-Ay Seb, que voy a hacer contigo, eh? De verdad piensas que a estas alturas no te conozco? Te conozco como si fuera tu madre.
Ya sabes que esto es una tonteria y por supuesto no la tengo en cuenta.
Eso si, la próxima vez que te enfades no la pagues conmigo, vale?-dije yo abrazandome.

-No ves como no te merezco. Eres demasiado buena conmigo-dijo él.

-Anda vamos a terminar la cena-dije yo.

Y esta vez yo dirigí la cocina. A Seb no se le daba nada bien.

-Como es posible que tus padres cocinen tan bien y tu seas un negado?-dije yo riendo.

-Los genes culinarios se los llevo todos Fabian-dijo él.

-A si? No sabia yo eso. Ya le diré que me cocine algo un día.

No tardamos demasiado en terminar. A pesar de no ser muy bueno cocinando como ayudante era de lo mejor que existe.
Los niño se despertaron en busca de su cena.
Había dejado ya de darles él pecho. Los creía ya lo suficientemente mayores como para tomar leche de biberón y además empezaba a estar un poco cansada de darles él pecho.
Era mucho mas comodo para nosotros ya que los niños sujetaban en bieberon ellos solos. Los tumbabas y ellos solos se arreglaban, aunque siempre estábamos algo pendientes de ellos ya que eran pequeños todavía.

Una vez saciados los sentamos en sus tronas en la mesa con nosotros pero estaba algo mimosos, así que optamos por sentarlos sobre nuestros regazos

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Una vez saciados los sentamos en sus tronas en la mesa con nosotros pero estaba algo mimosos, así que optamos por sentarlos sobre nuestros regazos.
Seb insistió en quedarse con Marco y con Emily así que yo me encargue de Leo.

-Te gusta él pan?-pregunte yo mirando como cogía él pan con la mano y lo zarandeaba.

Pude ver como trataba de llevárselo a la boca así que rápidamente se lo quite y él se puso a llorar.

-Seb, pasame él muñeco de detrás de ti-dije yo y él me lo dio-Toma, mi vida. Con esto si puedes jugar.

Estos pequeñajos habían cambiado radicalmente nuestra vida. Pero yo estaba mas que encantada con él cambio. Eran unos pequeños mas que adorables.
Después de cenar subimos a la habitación y Seb insistió en leerles un cuento antes de dormir. Yo repetí por activa y por pasiva que eran muy pequeños y no iban a entender nada pero él insistió e insistió y lo deje en la habitación.

-Te quiero mucho Lau-dijo él abrazandome por la espalda y dejando un pequeño beso en mi mejilla.

-Ich liebe dich Sebastian-dije yo

-Y ese acento alemán?-dijo él sorprendido.

- Sie sie glauben die du bist er einzeln die gibt klassen? Wer ist jetzt er die nicht ist fest? (Te crees que eres él único que da clases? Quien es ahora él que no se fija?)-dije yo riendo.

-Pequeñaja, no dejas de sorprenderme-dijo él besando mis labios.

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