Veintiuno;

187 7 0
                                    

- ¿ELEANOR J. CALDER? ¡¿LA NOVIA DE LOUIS TOMLINSON?

- Si, esa misma. No digas nada de que tienes un amigo que la conoce, por favor. No puedes ir contándolo.

- Espera a que me tranquilice. No tengo a nadie a quien contárselo, a si que no te preocupes. A mi hermana no le interesa nada de lo que hago. En fin. ¡¿CONOCES A LA NOVIA DE MI IDOLO Y NO ME LA VAS A PRESENTAR?!

- Yo no he dicho nada de no presentártela ni nada. Solo que no es muy normal que vaya con gente como nosotros.

- ¿Gente como nosotros?

- Gente "Plebeya" pero claro, tu eso no lo eres, así que no se juntará conmigo, contigo puede que sí.

- Ahora mismo tengo una fiesta de pijos arrogantes abajo. No sabes lo que me aburro

- ¿Pijos arrogantes? ¿No son también tus queridos ídolos unos pijos? ¿Y arrogantes?

- Mira Andy, vale que estés enamorado de una de las novias de mis ídolos, pero no son ningunos pijos arrogantes, si los pijos que hubieran abajo fueran como mis ídolos, no estaría hablando contigo ahora mismo.

- Tranquilízate Lana, estaba bromeando.- Pero estaba claro que ella no se lo había tomado como una broma.

Tres pitidos molestos inundaron mi oído en señal de que había colgado. ¿En serio? ¡Solo estaba bromeando! Decidí dejarla estar, si iba detrás, se enfadaría aún más.

Lana;

¿Cómo se le ocurre a Andy decirme que mis ídolos son unos pijos arrogantes? Estaba muy quemada por lo que me había dicho Leyre, y ahora me venía Andy con estas. Pues no. Cogí mis cosas, no me apetecía estar en esta casa de locos, tiré el móvil encima de la cama y me fui sin decir adiós a nadie. Miré el reloj, no eran horas para salir a la calle, pero a mí me daba igual. Caminé sin un rumbo fijado, mirando el suelo y pensando en mis cosas. Leyre había cambiado al principio, pero ahora había vuelto a creerse mucho porque hubiera ligado esta noche. Andy, Andy había conocido a la novia de uno de mis ídolos y no me la iba a presentar. Me senté en un banco. Y me vino un recuerdo a la mente, de mi infancia.

"Flashback"

Era una mañana soleada, probablemente de primavera, estábamos mi padre, mi madre, Leyre y yo en un parque que no recuerdo cuál es. Deberíamos tener entre 5 o 6 años. Leyre iba persiguiéndome por el parque, jugábamos al pilla- pilla y le tocaba pillarme. Había muchos niños más en este parque, y yo, sin darme cuenta, choqué con un niño mayor que yo y nos caímos los dos al suelo. Mi rodilla sangraba y Leyre no dudó en venir a ayudarme.

- ¡Lana, Lana! ¿Te has hecho daño?- dijo viniendo a mi lado y soplándome en la rodilla.

- No, no. Estoy bien.

En esa época todo era de color rosa, mi hermana era la más "madura" para nuestra edad, y era la que siempre cuidaba de mí, aun teniendo la misma edad, ella me protegía.

Levanté la cabeza y entonces di con él. Tenía el pelo oscuro y los ojos oscuros también, pude ver ciertas manchitas en su cara, pecas. Observé que se estaba mirando el codo, le estaba sangrando más que a mí mi rodilla.

- Leyre, llama a papá, este niño se ha hecho más daño que yo.

- Vale.

En cuanto se fue, el niño me miró.

But you love meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora