Capítulo 11

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Capítulo 11: "Rara"


El microondas emitió un leve pitido y abrí la pequeña puerta del artefacto para poder extraer los cuencos de palomitas de maíz de dentro de él.


Luego de mi acalorada discusión con Justin, casi había olvidado que íbamos a reunirnos en donde Kate para nuestros cotidianos "lunes de películas", por lo que me obligué a arrastrar mi trasero hasta su casa después de cenar. La verdad era que no estaba de ánimos para ver a nadie, pero supuse que pasar la noche con mis amigos iba a resultar lo bastante útil como para despejarme un poco, y tan sólo esperaba estar en lo correcto.


Me encaminé en dirección a la sala de estar y al percatarse de mi presencia, Simon y Kate, que anteriormente habían estado comentando cosas y riéndose a carcajadas, se quedaron completamente mudos. Definitivamente algo andaba mal con ellos. Habían estado actuando de forma extraña desde el instante en que me habían visto llegar.


-Bien, los conozco perfectamente y sé cuándo están ocultándome algo, así que...-les entregué a cada uno sus respectivos recipientes y tomé asiento en el espacio que quedaba libre justo en medio de los dos.- ¿quieren explicarme qué es lo que les pasa?


Ellos intercambiaron una serie de miradas que no logré descifrar, y Simon se aclaró la garganta antes de decir:


-Nada...- se encogió de hombros y se metió un puñado de palomitas de maíz a la boca.- es sólo que... esta mañana, cuando busqué mi coche, me sorprendí de que estuviera en casa de Justin en lugar de en la tuya.- habló mientras masticaba.


¿Acaso había vuelto a mencionar a ese imbécil? Lo único que deseaba era olvidarme de su maldita existencia, aunque por el momento aquello iba a serme una tarea demasiado difícil si seguían refiriéndose a él en cada una de nuestras conversaciones.


-¿Se han... acostado?- insistió Kate, alzando una de sus cejas perfectamente depiladas.


Hice una mueca de asco y los chicos se rieron.


-¡No, por Dios!- exclamé, fingiendo estar horrorizada. Las carcajadas aumentaron.- Les juro que preferiría comerme un balde entero de sus odiosos pochoclos salados antes que tener sexo con él.


-Oh, vamos, Emily, no me vas a negar que está hecho todo un papito ahora.- Kate rodó los ojos, como si aquella fuese la obviedad más grande del mundo-... hasta un ciego se daría cuenta.


Me detuve a pensarlo durante unos pocos segundos. Sí, debía reconocer que Justin se había puesto mucho más guapo con el correr de los años, pero jamás iba a admitirlo delante de Kate, de Simon, o de alguna otra persona. Nunca.


-Puede que se haya hecho unos cuantos tatuajes y se encerrara en el gimnasio como un maniático, pero eso no le quita lo idiota.- me encogí de hombros, intentando aparentar que no le daba mucha importancia al asunto.


-¡Uooooooooo!- Simon ahuecó sus manos alrededor de sus labios para hacer que el sonido ganara más dramatismo. Yo, por mi parte, le arrojé unas cuantas palomitas de maíz a la cara a modo de defensa. Simon abrió la boca y tragó algunas sin siquiera masticar.

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora