ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]

Capítulo 13

Capítulo 13: "Menta Y Chocolate"

Bajé la vista hacia mis zapatillas de lona desgastadas, y luego volví a mirar hacia adelante, en dirección al corto trayecto que nos quedaba por recorrer. Justin caminaba a mi lado y en silencio. Llevábamos ya tres cuadras sin hablar, y temía que las cosas entre nosotros se volviesen aún más incómodas conforme pasasen los segundos.

Por mucho que me hubiese agradado su nuevo plan de que reanudásemos nuestra vieja amistad, no estaba segura de que fuese a funcionar. Justin y yo ya no éramos las mismas personas de antes, y después de nuestras constantes peleas durante la última semana, aquello era casi un hecho. Tenía muy en claro que probablemente ya no compartiésemos los mismos gustos o intereses de hacía años atrás, entonces... ¿para qué forzar algo que estaba destinado al fracaso? No tenía intenciones de sonar pesimista, pero así era exactamente como me sentía.

-¿Por qué lo has hecho?- pregunté a modo de expresar mis pensamientos en voz alta. La falta de palabras por parte de ambos estaba comenzando a enloquecerme, y para ser sincera, realmente necesitaba una respuesta a mis dudas.

-¿Por qué he hecho qué cosa?- Justin frunció el ceño, confundido, sin desviar su atención de la vereda por la que andábamos.

-Que porqué has sugerido que deberíamos ser amigos de nuevo...-aclaré.

Justin suspiró y se pasó una mano por el pelo.

-Pues, aunque te cueste creerlo, Emily Rose,... muy...muy en el fondo, tengo un corazón.

-¿Quién lo hubiese imaginado? ¡Justin Bieber tiene un corazón!-exclamé, divertida.- ¡Ah! Y, al parecer, también sentimientos.- añadí con una sonrisa.

-Ya...-hizo un gesto como para que me callara.-ahora no vayas a aprovecharte de mi confesión, ¿vale?

-De acuerdo, no lo haré.

Justin puso los ojos en blanco y dejó escapar una carcajada apenas audible.

-En fin, dejando eso de lado...- exhaló.- he estado reflexionando acerca de...

-Espera.- lo interrumpí.- ¿Tú? ¿Reflexionando? ¡Ese es el mejor chiste que he oído en años!- intenté bromear, pero Justin me fulminó con la mirada.

-¡Oye! ¡Dijiste que no volverías a hacerlo!- se quejó, dándome un pequeño empujón que no hizo más que desplazarme apenas unos centímetros de mi caminata en línea recta.

Me mordí el labio inferior para reprimir una amplia sonrisa.

-¡Lo sé! Es sólo que no he podido contenerme, lo siento.- me disculpé justo en el momento en que nos detuvimos frente a la entrada de mi casa. Jeremy y mi padre, que habían permanecido siempre unos pocos metros por detrás de nosotros, lograron alcanzarnos antes de que llegase a tocar el timbre.

Papá extrajo un juego de llaves de dentro de su bolsillo y abrió la puerta.