Capítulo 10

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Capítulo 10: "Abrazo"


Más recuerdos de la noche anterior se aparecieron en mi mente mientras el agua tibia de la ducha descomprimía la tensión acumulada en mis músculos. Cerré los ojos, y permití que la vívida imagen tomara forma en mi cerebro.


"...Te extraño, Justin. Sé que estás aquí conmigo, pero te extraño.", había dicho justo antes de derrumbarme hecha un mar de lágrimas delante de él. ¿Por qué había llorado siquiera? Aún no lograba comprenderlo del todo. ¿Habría sido porque aquella era mi forma de confesarle lo mucho que todavía me importaba... como amigo? ¿O porque me costaba superar el hecho de que Justin ya jamás volvería a ser quien era antes de mudarse a San Diego? Pronto llegué a la conclusión de que muchas veces puedes echar de menos a la gente, pero no porque estén precisamente lejos de ti, sino porque añoras a las personas que solían ser antes de convertirse en completos extraños para ti. Tal vez, consciente o inconscientemente, había hecho referencia a esto último a través de mis palabras, aunque la verdad era que prefería no darle demasiadas vueltas al asunto.


Apliqué una cantidad razonable de champú sobre mi cuero cabelludo y masajeé la zona con las yemas de mis dedos, al tiempo que otra escena dentro del Duke's se encendía en mi memoria. Ahora, lo veía a Justin, cargando mi peso sobre uno de sus hombros para arrastrarme fuera del bar, muy a pesar de los constantes puñetazos que yo le propinaba rogándole que me bajara. Nos habíamos subido al auto de Simon y... habíamos ido a casa de los Bieber. Probablemente eso explicaba el motivo por el cual había despertado en su habitación en lugar de en la mía.


Si me ponía a analizar la situación con detenimiento, Justin.-citando sus propias palabras.- me había salvado el culo dos veces en veinticuatro horas. Honestamente, me costaba creer que aquello fuera real. ¿Justin- rey de los ególatras- Bieber? ¿Haciendo algo bueno por alguien más que él mismo? No, él no era así, al menos su 'nuevo yo' no lo era. Estaba segura de que no me había hecho tantos favores sólo porque sí. Iba a pedirme algo a cambio, y debía averiguar qué cosa querría. Si no, ¿por qué se mostraba amable conmigo para después, de un momento a otro, continuar molestándome? No tenía ningún sentido.


Cerré el grifo y envolví mi cuerpo en una toalla grande. Luego, hice una especie de turbante para mantener mi pelo recogido con la ayuda de una toalla más pequeña, y me dirigí hacia mi cuarto para ponerme algo de ropa. Tomé una profunda inspiración antes de girar el picaporte, en un intento por calmar mis... ¿nervios? ¿Acaso la posibilidad de que Justin estuviese en mi alcoba me ponía nerviosa? Tenía que ser un chiste. Probablemente se hubiese marchado en cuanto entré a darme un baño, y no lo había escuchado partir a causa del sonido de la du...


"Mierda, no"


Estuve a punto de dejar caer la toalla sobre el suelo de alfombra en cuanto abrí la puerta y me encontré con mis peores miedos convertidos en realidad justo delante de mis narices. Pero lo que más me asombró fue verlo sentado al borde de mi cama... con una fotografía entre las manos.


-Aún no consigo olvidarme de este día.- esbozó una sonrisa ladeada, y me enseñó la imagen enmarcada en el portarretratos. Su voz se oía... melancólica, o algo parecido a eso.


Me acomodé a su lado en el colchón y agarré con fuerza la foto, en la que se nos veía a Justin y a mí abrazados y riendo para la cámara. Eran vísperas de Navidad, justo un año antes de que él se mudara, y en esa noche en particular, había caído la primera nevada en la historia de San Diego. Recordaba que Justin, Simon, Kate y yo habíamos salido a celebrarlo a la cancha de fútbol americano del instituto, en donde nos la habíamos pasado haciendo esculturas de hielo y dibujando ángeles con nuestros cuerpos en el césped cubierto de blanco. En la imagen, Justin rodeaba mis hombros con un brazo, y yo lo abrazaba por la cintura. Ambos teníamos la nariz y las mejillas enrojecidas por el frío y el pelo levemente salpicado por copos de nieve. Se nos notaba muy unidos... se nos notaba felices. ¿Qué nos había sucedido?

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora