ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]

Capítulo 19

Capítulo 19: "Bésame"

El resto de la semana transcurrió de manera tranquila y sin mayores acontecimientos.

Como era costumbre, había pasado tiempo con los chicos en la playa por las mañanas, y luego me ponía mi tonto disfraz de marinera para trabajar en el restaurante de mis padres hasta entrada la noche. De tanto en tanto, me detenía a observar mi nuevo vestido negro, que colgaba de la silla de mi escritorio, y rezaba para que la falda se alargase unos cuantos centímetros o el escote no resultase tan pronunciado, pero desafortunadamente, ningún hada madrina había acudido en mi ayuda para cuando desperté aquel glorioso mediodía de sábado.

Oí la alarma de mi celular repetirse por lo que parecía ser la quinta vez, y escondí la cabeza bajo la almohada para resguardarme del sonido insoportable. Podía dormir cinco minutos más antes de tener que moverme fuera de la cama. Sólo cinco minutos...

-¡Emily!- llamó mi madre justo cuando yo estaba a punto de cerrar los ojos de nuevo.- ¡El pastel de Simon está listo!- anunció.

Gruñí entre dientes, malhumorada, pero aun así me obligué a levantarme.

-¡Voy!

Caminé en cámara lenta hasta el baño, y no tardé en abrir el grifo para remojar mi rostro en agua fría. Las gotas diminutas que impactaron contra mi piel quitaron los restos de cansancio y disminuyeron la pesadez de mis párpados, y pronto me sentí un poco más espabilada. Recogí mi cabello enmarañado formando un moño desprolijo en lo alto de mi cabeza y bajé a la cocina luego de haberme lavado los dientes.

-¿Qué te parece mi obra maestra?- mi madre sonrió orgullosa, enseñándome el pastel que había preparado para Simon pocas horas antes de que yo despertara.

Me acerqué a la isleta de granito y lo examiné con atención antes de decir nada. La torta era redonda, y tenía dos pisos anchos. La parte de arriba estaba toda cubierta en crema batida, y unas cuantas frutillas dibujaban un corazón rojo en el centro. Encima del bizcochuelo, mamá había colocado rigurosamente una vela con el número dos junto a otra con el número uno, y a un costado, había clavado con palillos de brocheta un pequeño cartel en el que se inscribía: "Feliz Cumpleaños Simon". Era sencillamente perfecto.

-¡Por Dios, me encanta!- exclamé entusiasmada.- Realmente te has lucido con esto.

Mamá asintió con la cabeza, y noté cómo su sonrisa continuaba ensanchándose considerablemente.

-Estaba segura de que te gustaría.- replicó sin una pizca de modestia.- ¡Ahora espera a que Simon lo vea!

-Sí, será mejor que me vaya hasta su casa ahora mismo. Kate quiere encontrarse conmigo más tarde.- hice una mueca. Había demasiadas cosas por hacer en un corto período de tiempo, y la verdad era que no quería comenzar a estresarme.

-Bien.- mi madre se volteó para tomar algo de dentro de una de las gavetas de la cocina, y aproveché su distracción para zanjar la conversación y subir escaleras arriba hasta mi cuarto. Aún llevaba puestos mis pijamas, y debía apresurarme a cambiarme de ropa si no quería conducir a donde Simon vistiendo mis diminutos shorts de patitos.