ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]

Capítulo 30

Capítulo 30: "Sorpresa"

Simon aparcó su auto frente a la casa de Crystal y bufó de mala gana. Había sido designado como conductor otra vez, lo que significaba que no podría beber hasta perder el equilibrio como a él seguramente le hubiese gustado. Le dediqué una media sonrisa desde el asiento trasero, y él respondió guiñándome el ojo por el espejo retrovisor. Sabía que lo entendía, y debía admitir que, en el fondo, me alegraba de no estar en su posición. Si había accedido a venir a esta aburrida fiesta, sin dudas había sido porque esperaba hallar la solución a mis problemas en el fondo de una botella de whisky. Quizás, de esa forma, con el alcohol nublándome los sentidos, conseguiría que la imagen de Justin se borrara de mi mente... aunque fuese sólo por un rato.

-Presiento que será una gran noche.- exclamó Kate, claramente emocionada, y yo agradecí en silencio que se hubiese pasado por alto mi cabello desaliñado y la falta de maquillaje que llevaba encima. Se había entusiasmado tanto en cuanto le dije a última hora que quería que Simon y ella me pasaran a buscar, que casi ni había reparado en la simpleza de mi vestido blanco. Que no hubiese hecho ningún comentario al respecto debía de ser una buena señal.

-Te daré la razón siempre y cuando no tenga que hacer de niñero de ninguna de ustedes dos.- le reprochó Simon, y Kate y yo nos reímos mientras salíamos del coche.

Era extraño que la música apenas se oyese desde la vereda, pero supuse que sería para no molestar a los vecinos. Según lo que Kate me había comentado, los padres de Crystal iban a estar fuera de la ciudad por unos días, y si al regresar se encontraban con algún tipo de queja, era probable que se desatase la tercera guerra mundial.

Unos pocos pasos después nos detuvimos frente a la imponente vivienda, y Simon llamó a la puerta. No pasaron más de dos minutos cuando Crystal y su hermano mellizo, Miles, se aparecieron al otro lado. Para mi sorpresa, ambos parecían estar sobrios.

-¡Al fin llegan!- nos saludó la anfitriona. Era otra de esas tantas personas que conocía de haberla visto unas cuantas veces en la Universidad o en la playa. No podía considerarse mi amiga, pero la verdad era que siempre me había tratado bien y resultaba alguien muy agradable.

Kate de inmediato los abrazó, a ella y a su hermano. Si no me equivocaba, en algún momento había salido con Miles, aunque las cosas nunca habían llegado a ponerse demasiado serias.

-Nos hemos demorado un poco, pero aquí estamos.- suspiró, apartándose de sus amigos para seguirlos hacia el interior de la sala. Simon y yo caminábamos detrás, y tuve la impresión de que él también se sentía como un pez fuera del agua.

El lugar estaba repleto de caras familiares. En el living, un enorme grupo de gente se amontonaba alrededor del televisor de pantalla plana, donde dos chicos se enfrentaban a muerte en un duelo de Mortal Kombat. El resto de las personas bailaba en el porche trasero de la casa, e incluso había algunas que hasta se habían atrevido a bañarse en el hidromasaje nuevo. Los padres de Crystal iban a matarla en tanto se enterasen que un par de universitarios borrachos habían dejado un reguero de vasos rojos flotando dentro de su más reciente adquisición. Tragué saliva con fuerza y me esforcé por deshacerme del impulso de ir por todos lados limpiando el desorden que dejaban los demás. 

Santo Dios, tenía que relajarme.