Capítulo 27

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Capítulo 27: "De Regreso"


Escurrí un mechón húmedo de mi cabello y observé como las gotas de agua caían sobre mi traje de neopreno. Tenía suerte de que la vieja cabaña de madera estuviese vacía y sólo pudiese escuchar el sonido del mar a lo lejos. De lo contrario hubiese perdido la maldita cabeza.


Cuando necesitaba pasar un rato aislada del resto del mundo, surfear era mi escape. Cada vez que mi cuerpo estaba sobre la tabla, no podía pensar en nada más que no fuese la sensación de estar flotando por encima de las olas. Aquello siempre había sido lo más parecido a volar para mí, y quizás por eso había decidido zambullirme una vez más en el océano... porque necesitaba ahogar mis penas.


Aún me resultaba difícil de creer que todo lo sucedido hacía un par de horas atrás en casa de los Bieber hubiese sido real. Los gritos y los insultos, la imagen de Jeremy entrando en la cocina con un ojo amoratado y el labio partido, e incluso la última discusión que Justin y yo habíamos tenido... todo parecía parte de una pesadilla lejana, y dolía como un puto infierno cada vez que caía en la cuenta de que, en efecto, no había estado soñando.


¿Cómo era siquiera posible que las cosas hubiesen llegado hasta tal punto? Las escenas de lo acontecido no dejaban de reproducirse en mi mente, y sin importar cuánto me esforzara por borrarlas, allí estaban, grabadas a fuego tras mis párpados y en cada rincón de mi cerebro. Era espantoso.


Enterré los dedos de mis pies bajo la arena y clavé mi mirada en el horizonte tapado por las nubes oscuras. De pronto me sorprendí a mí misma pensando que el clima iba a tono perfectamente con mi estado de ánimo; gris y tormentoso. Oí un trueno a lo lejos y me abracé a mis rodillas como para protegerme de la brisa fresca que soplaba en la orilla.


Mi día había comenzado de la peor manera, y ya no tenía esperanzas de que mejorase. Sólo había tenido buenas intenciones desde un principio, y al final todo me había salido al revés. ¿Por qué la suerte nunca podía cooperar conmigo? Entendía que Justin estuviera enfadado por la situación de su madre, pero ése no era un buen motivo para que me tratara del modo en que lo hizo, ni mucho menos para que lo moliera a golpes a su padre. Estaba segura de que él no había tenido nada que ver con el reciente desalojo de Pattie, pero Justin le guardaba tanto rencor que no cabían dudas de que le echaría la culpa de todas formas.


Limpié una lágrima tibia que rodaba por mi mejilla y maldije entre dientes. Estaba harta de llorar, pero es que simplemente no podía evitarlo. Las últimas palabras de Justin seguían haciendo eco en mi cabeza, y con cada sílaba la opresión en mi pecho crecía.


"Emily, no eres mi amiga y mucho menos mi novia... ¡Que nos hayamos besado un par de veces no es motivo para que estés aquí preocupándote por mí!" había dicho, y a mí se me había caído el alma a los pies.


Pero, ¿por qué siquiera me molestaba tanto que me hubiese echado en cara que yo no era nada suyo? Justin era un idiota con mal carácter, y no merecía que siguiera malgastando mi tiempo o mi dignidad en él. De hecho, comenzaba a creer que estábamos mejor así, sin ser nada. A partir de ahora cada cual iría por su lado, igual que a comienzos del verano. Él había dejado muy en claro que no me necesitaba a mí, entonces yo tampoco tenía por qué recurrir nuevamente a él.


-Vete a la mierda.- mascullé de mala gana, arrojando a lo lejos una pequeña piedra que había encontrado entre los tablones del suelo de la cabaña.

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora