Capítulo 37

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Capítulo 37: "Cuatrocientos Kilómetros"


La alarma en mi teléfono sonó cerca de las siete y media de la mañana, y con pereza estiré el brazo fuera de la cama para apagarla. Apenas sí había podido conciliar el sueño la noche anterior y, aunque doliera admitirlo, estaba segura de que jamás podría olvidar lo que había sucedido, sin importar lo mucho que lo intentara.


Travis había sido golpeado por Justin, y acto seguido me había confesado que le gustaba. Si lo decía en voz alta, parecía que aquello formaba parte de una auténtica telenovela, o que todo era simplemente una broma de la que podríamos reírnos en un futuro. Pero no, había sido real. De principio a fin.


Di media vuelta sobre el colchón, y me levanté lentamente. Carol pasaba a recogerme con el auto por la puerta de casa, y de allí iríamos rumbo a San Diego junto con Kate. Luego de la pelea en los bolos, había decidido llamar a la prometida de Evan, y le propuse que fuéramos a comprar su vestido de novia en alguna de las inmensas tiendas de la ciudad. Era consciente de que aquello era sólo una excusa para poder alejarme de Justin y Travis, aunque fuera únicamente por un rato, pero no era como si en Imperial Beach hubiesen demasiados negocios de donde pudiéramos elegir algo, así que en cierto modo todos salíamos ganando.


Entré en el baño de frente a mi habitación, me quité el pijama y arrojé un montón de ropa sucia al cesto que después iría directo al lavadero. Tomarme una ducha bien fría parecía ser la mejor opción para espabilarme y comenzar el día con la cabeza despejada. Abrí el grifo con cuidado, y no dudé en meterme bajo la cortina de agua helada, deseando que los problemas pudieran escurrirse tan rápido como las gotas entre mis dedos. ¿Qué iba a hacer ahora? Mi plan apenas me daba veinticuatro horas de ventaja, y no por ello iba a tenerlo todo más fácil cuando regresara. Tarde o temprano, iba a tener que enfrentarme a mis emociones y, fuese cual fuese mi resolución, tenía en claro que alguien iba a salir lastimado en el final.


"...Yo veo que estás enamorada de Justin.", había dicho Travis, y no había sabido qué contestarle. No se lo había confirmado, pero la realidad era que tampoco se lo había negado.  Justin había sido mi mejor amigo durante prácticamente toda mi vida, y todavía se me hacía extraño asimilar que sentía el típico cosquilleo en el estómago cada vez que lo tenía cerca, o que mi corazón se aceleraba cuando sus ojos se clavaban en los míos. Aún me resultaba difícil admitir que incluso pensaba en él un poco más de la cuenta, o que lo extrañaba cuando no estábamos juntos. Pero, ¿acaso todo eso significaba que lo amaba? No podía estar segura, mucho menos después de lo enfadada que había quedado con él tras los sucesos en el bowling.


Enjuagué los restos de acondicionador en mi cuero cabelludo, y salí de la ducha envuelta en una toalla. Parada frente al gran espejo, intenté peinarme, y pronto descubrí que mis pensamientos estaban tan enredados como mi pelo, que se había anudado en las puntas. Jalé y tironeé del cepillo, soltando unas cuantas palabrotas, hasta que finalmente conseguí hacerlo pasar entre los mechones. Después de todo, quizás ésa era la respuesta a mis conflictos; forcejear con mi propia voluntad para arrancar de raíz a Justin y a Travis de mi vida. No estaba convencida de que fuera a funcionar, aunque lo cierto era que tampoco podía dejar las cosas así como estaban. No era correcto.


Regresé a mi cuarto en cuanto hube terminado con mis asuntos de higiene matutina y, por una vez, decidí que iba a vestirme con algo que no fuese ropa de playa. Las tiendas de vestidos en San Diego eran famosas por ser mucho más glamurosas que cualquier otro negocio en Imperial Beach, y quería estar a la altura. Yo misma había planeado que condujéramos cuatro horas hasta allí, así que debía tomármelo en serio. Abrí mi armario, y elegí una blusa blanca con botones y bolados, que luego combiné con unos shorts de jean y unas sandalias a tono. Kate probablemente hubiese saltado de la emoción al verme tan arreglada.

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora