ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]

Capítulo 20

Capítulo 20: "Botella"

Giré sobre mis zapatos de tacón y volví a revisar mi atuendo en el espejo de cuerpo entero de mi habitación. El vestido negro era tan ajustado que apenas sí me dejaba respirar, pero como según Kate "esa era la gracia", cerré la boca y procuré no sacar el tema de nuevo.

-Te ves genial.- mi amiga me lanzó una mirada de reojo mientras terminaba de rizarse el cabello.- Travis se va a querer morir cuando te vea.

De pronto sentí que me iba a atragantar con mi propia saliva, pero traté de mantener la compostura y parecer indiferente. Kate no sabía lo que había ocurrido con Justin horas antes en casa de Simon, y la verdad era que no planeaba contárselo a nadie. Todavía intentaba descifrar cómo procesar la escena, aunque no estaba segura de poder superarla del todo alguna vez. Justin siempre había sido como un hermano para mí, y que la dinámica entre nosotros de pronto se tornara tan... distinta no me era algo fácil de asimilar. Lo que más me aterraba en toda la situación, era admitir que sí habíamos tenido cierta química. De vuelta en la piscina, cuando tan sólo escasos centímetros nos separaban al uno del otro, la tensión era tan intensa que hasta casi podía palparse en el aire. Todo mi cuerpo reaccionaba ante su presencia, y yo no sabía cómo manejarlo. Justin me resultaba ciertamente muy atractivo, pero aún no me creía preparada como para mantener una relación seria con él, mis emociones eran demasiado confusas de momento.

-¿Tierra llamando a Emily?- insistió Kate después de un rato, y yo automáticamente salí de mi trance.

-¿Sí?

-¿Acaso has estado escuchándome?- arqueó una ceja.

-No, lo lamento.- suspiré, sentándome en el borde de mi cama. El colchón se hundió levemente bajo mi peso.

Kate me observó de nuevo con cara de preocupación.

-¿Estás bien?- frunció el ceño.- Pareces... distraída.

Negué con la cabeza, pero entonces la imagen de los labios de Justin casi tocando los míos me tomó por asalto. Di un respingo en un intento por ahuyentar el recuerdo de mi mente y respiré profundo. ¿Por qué demonios estaba comportándome como una completa idiota?

-No, sólo estaba pensando en...- iba a excusarme, pero Kate no me dejó terminar con la frase.

-¿En que debería maquillarte?- quiso adivinar, y le agradecí en silencio que hubiese cambiado el rumbo de la conversación.

-Bueno...

-¿Eso es un sí?- abrió mucho los ojos, y estaba tan entusiasmada ante la idea que sentí lástima de tener que aguarle la fiesta. Kate amaba delinearse, usar rubor y brillo en los labios, mientras que yo a duras penas me ponía máscara de pestañeas. No quería acabar pintada como una puerta.

-No lo sé...- me resistí.

Kate hizo un mohín.