ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]

Capítulo 33

Capítulo 33: "Cacique"

-Eres una pésima instructora de surf.- me acusó Justin, y yo rodé los ojos.

-¡Oye!- le di un codazo, fingiendo estar muy ofendida ante el comentario.- No es mi culpa que no pudieras mantenerte en pie sobre la tabla ni por cinco minutos...

Justin me fulminó con la mirada y no pude contener la risa. Habíamos pasado lo que debían de haber sido las últimas dos horas en el agua y, para ser sincera, verlo trastabillar y perder el equilibrio cada vez que intentaba montar una ola, sin dudas había sido lo más divertido en lo que iba del día. Estaba segura que, de haber podido filmar al menos uno de los tantos golpes que Justin se había dado, el video habría revolucionado las redes sociales. Qué pena que mi teléfono no funcionase dentro del mar, o que Simon y Kate no hubiesen grabado nada desde la orilla.

Suspiré, frustrada de que al fin y al cabo mi fantasía que lo convertía en la próxima estrella de YouTube no fuese a cumplirse nunca, y Justin me dio un pequeño empujón con el hombro.

-Pues yo digo que sí, que es tu culpa.- sentenció, y yo enarqué las cejas con sorpresa.- Si no me hubieses distraído con ese traje de neopreno que llevas puesto...

-¡Eres un asco!- me quejé, esforzándome en vano por ocultar el rubor en mis mejillas.

Justin se encogió de hombros.

-Pero aún así te encanto, ¿verdad?- me guiñó un ojo antes de estallar en carcajadas. ¿Por qué siempre tenía que ser él quien se burlara de mí? Era simplemente muy molesto.

-No, de hecho, te equivocas.- puse mi mejor cara de póquer, y de inmediato me eché a correr lejos de la orilla. No fuera cosa que Justin pudiese descifrar mi expresión y se diera cuenta de que estaba mintiendo.- ¡Te crees que eres todo un galán pero no es así, Bieber! - lo provoqué. Él no tardó en morder el anzuelo. 

-¿Ah, sí? ¿Es eso lo que piensas?- gritó a mis espaldas, casi como si estuviera desafiándome a algo.- Ya lo veremos, nena.- se mofó, lanzándose a la carrera justo detrás de mí.

El aire era denso y caliente, y para cuando hubimos llegado a la cabaña de madera de la playa minutos después, apenas sí podía respirar con regularidad.

-Lo que yo pienso es que deberías avergonzarte.- exhalé, arrojando la tabla de surf contra los viejos tablones atornillados al suelo. 

Justin frunció el ceño. Era evidente que no comprendía a qué me refería.

-¿Avergonzarme? ¿De qué?- preguntó.

-De que una chica te venciera dos veces en lo que va de la mañana, campeón.- me crucé de brazos y saboreé mi dulce momento de victoria antes de que alguien más pudiera arruinarlo. Si no había tenido la suerte de documentar las caídas de Justin, al menos podía compensarlo con devolverle aunque fuera un décimo de las bromas que él me hacía diariamente a mí.