Capítulo 12

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Capítulo 12: "Amistad"


Como era costumbre, Travis y yo no volvimos a mencionar el asunto del beso en todo lo que restó de la mañana. Al fin y al cabo, no éramos más que amigos... que sólo compartían saliva de vez en cuando, y a decir verdad, eso estaba bien por mí. Travis nunca había querido mantener una relación demasiado seria con nadie, y yo lo comprendía.


-¿En qué piensas?- me pinchó. Se sentó encima de su tabla de surf y yo hice lo mismo.


-En nada.- mentí. Las olas nos mecían suavemente hacia arriba y hacia abajo de manera constante, mojándonos las piernas hasta la altura de las rodillas. La orilla estaba lo bastante lejos como para hacerme sentir que Travis y yo éramos los únicos en toda la playa, en toda Imperial Beach.


Él frunció el ceño, en un gesto que demostraba que no me creía en lo absoluto, aunque no hizo ningún comentario al respecto.


-Cuando era niño, mi padre solía traernos aquí a mí y a mi hermano a ver el atardecer...- cambió abruptamente el tema de conversación. Su mirada estaba fija en algún punto indefinido del horizonte, como si recordase viejos momentos de otros veranos.- nos poníamos nuestros trajes de neopreno, tomábamos nuestras tablas de surf y nadábamos hasta que casi no podíamos divisar la cabaña... en muchas ocasiones nos quedábamos dentro del agua por horas.- suspiró.


Intenté imaginar la escena que Travis me planteaba. Intenté imaginarlo más pequeño, más delgado y de menor estatura, tomando una tabla que superaba tres veces su tamaño, y luego traté de visualizar a su padre, del que nunca me había hablado, acompañándolo en dirección al mar.


-¿Y por qué han dejado de hacerlo?- pregunté.


-Pues... hay una razón por la cual jamás hago referencia a mi papá.- tomó una profunda inspiración y se pasó una mano por el pelo empapado. Enarqué las cejas, esperando a que Travis continuara con la historia, pero en lugar de eso, se quedó callado.


-No es necesario que me cuentes nada si no quieres...- lo tranquilicé.


Travis clavó sus ojos en mí, y sentí la forma en que el rubor me subía hasta las mejillas.


-No, sí... sí quiero.- me aseguró.- es sólo que... nunca he hablado de esto con nadie.


-Pero puedes hacerlo conmigo.- forcé una media sonrisa, que Travis trató de devolverme como pudo.


El sol se reflejaba sobre el agua como un gran medallón dorado y me ardía sobre la piel descubierta. El calor presente en el aire era tan intenso que apenas sí podía soportarlo, y eso que ni siquiera era de mediodía aún. Me hallé a mí misma pensando en lo genial que sería tener escamas para poder permanecer sumergida bajo las olas todo cuanto se me diera la gana, pero la voz grave de Travis me despertó inmediatamente de mi ensoñación.


-Cuando tenía doce, mi padre se fue de casa.- se encogió de hombros.- Supongo que se aburrió del paisaje y escapó, pero la realidad es que nunca nos dio una buena explicación de porqué se mudó.

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora