Capítulo 38

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Capítulo 38: "El Faro"


El sol quemaba en mi espalda, y me vi tentada de salir corriendo en dirección al océano. El aire olía a pintura y a aserrín, y una canción vieja de rap sonaba en una pequeña grabadora de CD mientras trabajábamos. El cuatro de Julio siempre había sido una de mis celebraciones preferidas, y no precisamente porque me interesara demasiado la historia estadounidense, sino más bien porque la municipalidad de Imperial Beach siempre daba las mejores fiestas en California. Previo a ese día, todos los vecinos salían a adornar sus casas o, en nuestro caso, a refaccionar los lugares comunes, y era como si la alegría fuese palpable en cada rincón de la ciudad.


-Creo que deberíamos escabullirnos y cambiar el hip hop por algo de NSYNC.- sugirió Kate por lo bajo, dando una pincelada blanca a un tablón de madera.


-Pues a mí me gusta Jay Z.- me encogí de hombros.- Además, ¿no piensas que ya es hora de que superes tu obsesión por Justin Timberlake?- añadí.


-Eso es como pedirte a ti que dejes de surfear.- mi amiga rodó los ojos, y yo me reí.- Misión imposible.


-Buen punto.- reconocí, introduciendo mi brocha gorda en un gran bote de pintura azul.


Tras una larga discusión con Kate y Simon, habíamos decidido que re-decoraríamos la cabaña de la playa y, éramos tan cursis, que no habíamos tenido mejor idea que hacerlo con los colores de la bandera norteamericana. Habíamos acordado que nos levantaríamos temprano para ir a comprar los materiales y tener todo listo cuanto antes, pero ya llevábamos casi dos horas atareados, y aún así nos faltaba más de la mitad para terminar. 


-¿Cómo les ha ido a mis chicas ayer en San Diego?- bromeó Simon, rodeando la pequeña casa para llegar hasta donde estábamos Kate y yo trabajando. Tenía entre las manos un nuevo tarro de esmalte rojo apenas abierto, y lo depositó con un suspiro sobre la arena.- Mierda que esto estaba pesado.- se quejó, sacudiendo el brazo adormecido.


-¡Ten cuidado con la pintura, o juro que vas a pagarlas si me ensucias la ropa!- se alarmó mi amiga y luego, volviendo a la pregunta inicial, contestó:- Nos ha ido de maravilla.


-¡Carol incluso nos ha pedido que seamos sus damas de honor!- añadí, entusiasmada.


Simon hizo una mueca.


-Pues creo que serán las más...- comenzó a hablar, pero Kate lo interrumpió.


-¿Lindas de toda la fiesta?- quiso adivinar, elevando las cejas a la expectativa.


Simon se encogió de hombros. Por el rabillo del ojo, noté que se mordía el labio para reprimir una carcajada.


-Iba a decir ridículas, pero si tú insistes...- puso su mejor cara de ángel inocente, y Kate y yo saltamos a la defensiva.


-¡Ey!- protestamos al unísono, y yo me agaché para sumergir mis dedos en el viscoso barniz azul. Dándome media vuelta para enfrentar a Simon, fingí que su playera gris era una servilleta.

ENTRECRUZADOS [Justin Bieber Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora