Capítulo 23

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Tris POV

—¡TRIS AYÚDAME!—se escucha la voz de alguien: Tobias.

—¡TOBIAS!—grito y me echo a correr.

No sé dónde está así que pido una señal.

—¡TOBIAS!—grito de nuevo esperando a que vuelva a gritar.

—¡TRIS NO VENGAS! ¡CORRE!—grita Tobias, ignoro sus palabras y corro hacia él. Su voz se oye con sufrimiento.—¡AAAH! ¡Suéltenme YA!

Sigo su voz hasta un túnel. Katniss y Peeta vienen detrás de mí, corriendo rápido. El túnel está oscuro, pero puedo ver el camino. Hay unas escaleras de bajada. Se escuchan los gemidos de Tobias, cada vez más fuertes. Corro más rápido de lo que me creo capaz de correr. El túnel se hace cada vez más oscuro y más estrecho. Mis ojos apenas pueden ver los bordes de los escalones que estoy bajando. Los escalones se acaban y puedo correr más rápido todavía. Con mis ojos, tan cansados de forzar la vista en esta interminable oscuridad, alcanzan a ver una puerta.

—AAAAAH ¡NO! ¡DÉJENME YA!—grita Tobias.

Cada vez veo que me acerco más a la puerta y los gemidos y gritos de Tobias se oyen cada vez más fuertes. Estoy frente a la puerta, la pateo y no se abre, giro la perilla pero como me lo imaginaba: no abre. Saco mi pistola y disparo a toda la puerta.

—¡TRIS NO! ¡NO ENTRES TRIS NO!—grita Tobias, está llorando y sufriendo.

No le hago caso y sigo disparando hasta que pateo la puerta y logro hacer un agujero en ella lo suficientemente grande para poder pasar a través de él. Paso y hay luz. Tobias está sentado en una silla estremeciéndose, está sólo, la luz lo ilumina a él. La otra parte de la sala está completamente oscura, que no puedo ver nada. Katniss y Peeta entran y dejan caer a Tom y a Carol al suelo. Yo no suelto a David, hasta que veo la cara de Tobias. Es sufrimiento de verdad, pero, ¿por qué? Suelto a David y voy hacia él.

—¡NO! ¡NO TE ACERQUES BEATRICE!—grita Tobias, hago lo que hice en estos últimos minutos: no hacer caso a lo que dice.

—Tobias, dime ¿qué está pasando?—pregunto preocupada.

—Te explicaré si no avanzas ni un solo paso más, por favor aléjate.—hasta ahora que dejo de ver su cara me doy cuenta de que está amarrado a la silla con unas cuerdas y está encadenado a, a lo que supongo que es la pared, pero no la veo porque todo está oscuro excepto él. Presiento que hay algo malo. Me acerco y tomo la cadena, siguiendo su rastro hasta la oscuridad.—¡NO!

Ignoro lo que dice y sigo la cadena, estoy en la total oscuridad de nuevo. Siento un olor horrible que hasta me pica la nariz. Es un olor a rosas con sangre. Se escucha una respiración en la parte oscura, donde yo estoy. No puede ser mi respiración así que dejó de respirar unos segundos y sigo escuchando esa respiración. Sigo oliendo las rosas y la sangre. Empiezo a escuchar una tos seca, hay alguien aparte de mí. No me rindo y continúo siguiendo el rastro de la cadena. La empiezo a jalar y me doy cuenta de que ya estoy llegando al final de la cadena, está pegada a la pared, golpeo y golpeo pero no se rompe. Escucho pasos detrás de mí. Me volteo con cuidado y busco mi pistola, el olor a sangre y rosas aumenta cada vez más que se escucha un paso. Se escucha una tos y me cae sangre en la mano. Me da asco y me la limpio en el pantalón. Se dejan de escuchar los gemidos de Tobias. Encuentro mi pistola y a ciegas disparo a lo que creo que es la cadena, porque al jalarla ya no está sujeta a nada. Corro con la cadena hacia lo que creo que es la luz. Todo está a oscuras así que corro más rápido.

—¡TOBIAS!—grito para orientarme.

—¡TRIS AQUÍ ESTAMOS!—grita Katniss, sigo su voz. Empiezo a ver la luz y sé que ya estoy llegando.

Veo a Katniss y a Peeta alarmados y me vuelvo para ver a Tobias. Está dormido, o eso creo. Katniss y Peeta siguen viendo alarmados a un punto en la oscuridad y yo oigo los pasos de nuevo. Creo que Katniss y Peeta pueden ver algo que yo no veo. David y sus colegas siguen tirados en el piso.

—Señorita Katniss Everdeen, nos volvemos a ver—dice la voz de un anciano y empieza a toser, cae una gota de sangre fuera de la oscuridad. Lo que significa que el anciano está cerca.

Corro hacia Tobias y lo empiezo a agitar, en busca de señales de vida. Empieza a gemir.

—Capitolio, Capitolio, Capitolio—dice Tobias una y otra vez como una grabadora repitiendo la misma palabra.—Capitolio, Capitolio.

—¡TOBIAS DESPIERTA!—grito

—Capitolio, Capitolio, Capitolio, Capitolio, Capitolio—sigue diciendo.

—¡CAPITOLIO!—ahora entiendo, el Capitolio del que me habló Katniss. El anciano que se acerca a cada vez más debe ser el presidente Snow.—¡EL CAPITOLIO!—repito, esta vez más fuerte

—Snow—dice Katniss, ya no se ve alarmada y pone la frente en alto.

—Presidente Snow—digo y por fin veo la figura que se asoma: un anciano, quien creo que es Snow.

—¿A quiénes trajiste ahora señorita Everdeen?—dijo el anciano. Tiene barba blanca y cabello blanco, su aliento huele a rosas con sangre y usa ropa perfecta. Trae una rosa blanca en el bolsillo de su saco blanco.

—¿Por qué le haces daño a él?—pregunto

—Tú debes ser la señorita Prior ¿no es así?—dijo Snow.

—Sí, ¿qué quiere?

—Mira, sé que disparaste a alguien en la pierna, alguien importante.

—¿Qué, el?—pregunto señalando a David con la cabeza.

—Sí, él, señorita Prior.

—¿Y eso que tiene que ver con Tobias?

—Que él está contigo.

—Y, ¿A usted qué le importa?

—Mira Beatrice, tú no sabes nada, absolutamente nada de mí.—Se acerca cuidadosamente a David y le susurra algo al oído, no lo suficientemente bajo, ya que oigo lo que le dice—Hola, hijo...

—Capitolio, Capitolio, Capitolio...

Es real, y no lo es (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora