Capítulo 34

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Tris POV

Pasa algo horrible. Me despierto y Cuatro ya está despierto, me abraza y me va a dar un beso en la boca cuando en eso se abre la puerta. Entra Brenda y apunta a Cuatro con una pistola, le da en el pecho y él me dice unas bellas y hermosísimas palabras:

—Tris, te amo. Eres mi luz y siempre lo serás, desde que te vi sentí algo que jamás había sentido en toda mi vida y te juro que eres lo...

En eso me doy cuenta de algo e interrumpo su bello discurso.

—Cuatro, no es real. Sé que no es real.—digo muy segura y me pellizco el hombro. Entonces despierto en mi cama, toda desacomodada. Veo el reloj y son las cuatro de la mañana, Cuatro sigue dormido, sólo dormí tres horas. No tengo sueño, fue una horrible pesadilla, aunque no se veía real. Me levanto cuidadosamente de la cama para no despertar a Cuatro. Me pongo los zapatos silenciosamente y me dirijo hacia la puerta. Cuando pongo mi mano sobre la perilla para abrirla siento unas cálidas manos colocarse delicadamente sobre mis hombros.

—¿A dónde vas?—pregunta.

—Es que tuve una pesadilla y quería salir a tomar algo de aire fresco.—le digo depositándole un beso en la frente—Tranquilo, no me pasará nada.

—¿Quieres que vaya contigo?—pregunta dulcemente.

—Cuatro, son las cuatro de la mañana, debes descansar.—digo

—Mira, si quieres puedo ir contigo y me hablas sobre tu pesadilla ¿quieres?—dice esbozando una sonrisa

—Sí, ¿a dónde quieres ir?—pregunto cerrando la puerta del cuarto, no se ve desvelado ni nada parecido, luce como si hubiera dormido diez horas seguidas o más.

—Vamos al Pozo.—dice y entrelaza sus dedos con los míos. En el camino me mira—Dime.

—Bueno, es que soñé que había despertado en una hermosa mañana, todo era perfecto, sin riesgos ni nada. Pero entonces llegó Brenda y simplemente así, de la nada, te disparó, sin ninguna razón.—digo, suspiro y sigo explicando—Entonces te empezaste a despedir de mí, mientras se te cerraban los ojos, te interrumpí y me di cuenta de que no era real, me pellizqué y me desperté. Ya lo sé, es una pesadilla sin sentido, pero no me gustaría perde...

—Tranquila, aquí estoy—me dice lentamente y me acaricia los pómulos con sus dedos. Lo abrazo y me siento a salvo.—Charlemos un rato en lo que te da sueño, ¿va?

—Está bien—digo—Estoy nerviosa, dentro de dos semanas es la ceremonia de la elección y no sé qué haremos, hay que ver qué haremos con los iniciados.

—Bueno, ambos nos podemos encargar de ser instructores de iniciados, mientras Peter y Christina siguen con los "nacidos" en Osadía. Prácticamente así los debemos de llamar aunque no sea verdad.—dice y suspira—tengo miedo de que haya alguien estirado.

—Yo no, date cuenta cómo acabaron los últimos estirados—digo sonriendo.

—Tienes razón, esos estirados son los mejores, en especial la estirada, la hermosa estirada—dice y me sonrojo.—La hermosa estirada novia de éste afortunado estirado.

—La afortunada estirada de tener a un novio estirado tan encantador y atractivo—digo y él sonríe (sonrisa encantadora) y me rodea los hombros con su brazo.

—¿Ya tienes sueño?—pregunta bostezando. Tal ves no tenga sueño pero estoy calmada, a su lado, así que supongo que podré dormir.

—Ya—digo y caminamos lentamente hacia nuestra habitación, entramos, me quito los zapatos y él igual. Como hace unas horas, me acuesto sobre su regazo y me quedo dormida.


Es real, y no lo es (Divergente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora