Tormenta de Nieve

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¡Hola a todos! Desde que era una niña he querido hacer un fic de Narnia (antes incluso de saber que los fanfics existían) así que después de muchos años de espera, por fin me decidí a hacer uno. Se puede leer sin haber tocado los libros, aunque yo lo recomendaría para saber ubicarse mejor. De todas formas, si aparece algo que solo sale en los libros o que vea yo que no lo entienda la gente que solo ha visto las peliculas, lo pondré antes de empezar el capitulo. Habrá, amor, aventuras, tristeza, risas, batallas...

Está situado antes del ultimo libro del que ignoraré su existencia, por lo cual ¡cualquier cosa puede suceder y todo será mio!Iré subiendo un nuevo capitulo entre una o dos veces por semana, no olvideis un pequeño review :3

¡Espero que os guste!



Los hermanos Pevensie se reunieron por primera vez en mucho tiempo. Susan estaba radiante con su vestido nuevo de flores, la última moda en Estados Unidos. Lucy la miraba con recelo. Ya no tenía problemas de seguridad en sí misma, pero aun así se sentía un poco mosqueada cuando cada dos por tres algún chico sacaba a su hermana a bailar y a ella no, pero se consolaba diciendo que al menos ella era más inteligente.

Peter también había cambiado mucho. Era un joven adulto muy apuesto que trabajaba a tiempo parcial como ayudante en un banco, queriendo ser banquero algún día. Edmund continuaba sus estudios, y lo que más le llamaba la atención era ser periodista o escritor. Lucy no se decidía todavía. Había pocos empleos para las mujeres en los años cuarenta, empleos que verdaderamente valiesen la pena. No quería ser una simple recepcionista ni taquígrafa. Necesitaba ser algo más. Le gustaba estar al mando, saber que podía aportar algo a alguien y hacerle mejorar, así que tal vez fuese maestra.

Los cuatro estaban en aquella fiesta de Fin de Año de 1948, reunidos.

—Hey, Lucy—la llamó Peter—¿Qué te pasa?

La jovencita se recompuso, ya que se había adormilado.

—Seguro que se quedó anoche despierta pensando en las musarañas—intentó incordiarla Edmund.

—Cállate Ed—le riñó Peter.

Ella suspiró.

—Me aburre esta fiesta, no hay nadie interesante.

Susan oyó a su hermana mientras bebía con una pajita su Coca-Cola, parecía escandalizada.

—¡Como puedes decir eso!—se acercó a su hermana pequeña—Mira al hijo de los Harrington, ¿lo ves?—dijo señalándolo—Es un par de años mayor que tú y no para de mirarte. Sonríele un poco y seguro que te saca a bailar.

Lucy miró furtivamente al hijo de los Harrington. La estaba mirando. Era muy guapo, pero también parecía un poco engreído.

—Ni hablar—negó Lucy—.Seguro que intenta aprovecharse de mi.

Susan alzó las cejas.

—Tal vez podrías aprovecharte tú también de él—dijo guiñando el ojo.

La hermana mayor se levantó de la mesa y se puso a bailar de nuevo.

—Y esa es la nueva Susan—comentó Edmund sarcásticamente.

—Cállate—suspiró Peter.

De repente Lucy atisbó algo por la ventana de la casa. Cada vez que ocurría cualquier cosa fuera de lo común, la relacionaba con Narnia. Cogió a Edmund del brazo y lo arrastró fuera.

—¿Qué ocurre Lu?—preguntó extrañado.

Pero Lucy casi no lo escuchaba, estaba demasiado preocupado buscando ''algo''. Y de repente, lo encontró. Parecía...

—...un tornado —susurró Lucy, sonriente.

—¿En medio de Londres?—preguntó Edmund.

—Tiene que ser de Narnia. Tiene que serlo, nadie más parece darse cuenta—dijo emocionada, mirando a todas partes, donde las personas transitaban la calle con total normalidad crujiendo con sus botas la nieve de las aceras en aquella silenciosa noche.

Peter no entendía porque Lucy y Edmund se habían ido de allí a toda prisa, pero supuso que nada bueno. Se levantó de la mesa y se llevó a Susan del baile, aunque ella no dejaba de forcejear.

—¡¿Qué haces Peter?! ¡Suéltame!—gritó mientras intentaba escapar—¡Quiero volver!

Traspasaron las puertas y vieron a sus dos hermanos menores mirando al cielo, hipnotizados. Peter y Susan se giraron y pudieron contemplar el gran tornado que se acercaba a su posición.

—¡Peter! ¡Es Narnia!—gritó Lucy.

Susan no podía creerlo.

—¡Lucy te has vuelto loca! ¡Narnia no existe! ¡Era solo un juego!—gritó.

Peter cogió a su hermana más fuerte del brazo.

—¿Ah sí? Pues explícame porque somos los únicos que lo vemos—dijo señalando al resto de los viandantes.

El tornado cada vez se acercaba más y sus vientos hacían que los pelos de los Pevensie les azotasen contra la cara. Entonces, los pies de los cuatro se separaron del suelo y empezaron a girar en el aire en una espiral de nieve y viento.

—¡Agarraos todos muy bien!—gritó Peter.

Los cuatro hermanos hicieron un círculo mientras giraban en el aire, pero de repente, las corrientes se intensificaron y empezaron a separarse unos de otros. Ya no veían Londres, ni la nieve, no veían nada.

—¡Peter me estoy resbalando! —gritó Edmund.

—¡No te sueltes!—dijo Susan.

Pero ya era demasiado tarde, Edmund se separó del grupo llevándose a Lucy con él. Susan y Peter les perdieron la vista en el remolino, pero no dejaron de llamarles. Entonces, notaron que caían rápidamente al suelo y segundos más tarde se estrellaron contra él.

Las Crónicas de Narnia: Perlas del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora