Susan se peinaba el pelo frente al espejo, ensimismada con su propia imagen. Era la mujer más guapa de toda Narnia, estaba segura de ello. Desde la visita de Tarkaan Ghemor hacía ya dos semanas, Koral pasaba más tiempo con Ceres que con ella, a pesar de ser su dama de compañía, y los castores la estaban poniendo nerviosa. El único consuelo eran las visitas diarias de Lemec el sastre, también muy cotilla.
Le encantaba los cotilleos y siempre que confeccionaban un vestido nuevo, se enteraba de todo lo que pasaba en Sol Eclipsado. Al parecer, todo Calormen se había enterado de la hija medio solandiana de Ghemor y le habían destituido de su puesto. Ahora se encargaba del papeleo y su nombre y el de su familia había caído en la deshonra.
—Es una pena, me parecía un hombre muy guapo—dijo Susan intentando encontrar un color que le sentara bien para unos zapatos.
Lemec frunció el ceño, un poco mosqueado.
—Reina Susan, ese hombre es un monstruo, ¿sabe lo que hizo durante la ocupación calormena? ¿Todos los asesinatos e intrigas?—dijo levantando la voz.
Ahora era Susan la que estaba enfadada.
—Lemec, no te permito que me hables así, ¡yo soy la reina!—dijo apretando los músculos—Además que sea malvado no quita que me parezca guapo. Solo digo lo que pienso, soy sincera.
Lemec miró a Susan de reojo y se levantó.
—Lo siento majestad, llego tarde a otra cita importante—dijo con aires de superioridad mientras recogía su material, muy enfadado.
Susan chistó con la lengua.
—¡Eso, márchate! ¡No te enfrentes a tus problemas!—gritó Susan.
''Es un cobarde, sabe que tengo razón. Bueno, es un sastre, no puedo pedirle mucho más a su simple mente'' pensó mientras sonreía.
Y el calormeno se fue de la habitación dejando a Susan sola con sus pensamientos y su improvisado esmalte de uñas.
***
Pero otras personas de Sol Eclipsado tenían sus propios problemas. Hier no dejaba de darle vueltas a lo que la giganta le dijo: Sé que fuiste encontrado hace 10 años por los solandianos y que no recuerdas nada de tu vida anterior, que fuiste reeducado con sus estúpidas costumbres y su creencia en ese león bobalicon. Porque no eres como los demás, eres un frio... y no te preocupes, ella está volviendo.
¿Quién era ella? ¿De dónde retornaba? ¿Qué tenía que ver con él? Pero sobretodo... ¿Qué era ser un frio? Estaba claro que era sobre sus poderes de hielo, pero si se había referido a él como un Friosignificaba que había más como él. O había. La esperanza de no estar solo en el mundo le dio un poco de esperanza.
No tenía recuerdos de su vida pasada. Su primer recuerdo era con los campesinos solandianos, encontrándole desnudo en mitad del bosque. Le enseñaron las lenguas de Narnia, a vestirse, a comportarse, valores, familia... pero desde que supo congelar las cosas, todos los que creía que eran amigos suyos empezaron a darle de lado.
ESTÁS LEYENDO
Las Crónicas de Narnia: Perlas del Destino
FanfictionLos tambores de la guerra resuenan en todos los rincones de Narnia y los reyes de antaño vuelven para librar su ultima batalla. Es un todo o nada. La lealtad y el amor serán puestos a prueba mientras un poderoso enemigo acecha de entre las sobras. N...