Gracias a Aslan, llegó un cargamento nuevo a Sol Eclipsado de provisiones. Susan se había convertido junto a Lemec, en los doctores oficiales, ya que los verdaderos médicos habían muerto cuando tomaron la ciudad.
Peter estaba orgulloso de su hermana. Al fin tenía una responsabilidad y algo en lo que centrarse. Pero se sintió aun con más orgullo cuando pasó un día entero sin maquillarse, y no se dio cuenta hasta que llegó la noche. Se miró en su reflejo de agua y dijo:
—¡Peter! ¡Llevo todo el día sin maquillar!Y menos mal que tenían las provisiones nuevas, porque el ataque de ese día estaba siendo muy duro. Solo ese día habían muerto más de cincuenta solados y veinte civiles. Sol Eclipsado era un caos.
Tal e Hier estaban muy raros, intentaban esquivar las miradas de la gente. Incluso ella había sido más amigable con Ghemor.
—Es la segunda vez que te salvo la vida, regente Tal—dijo limpiando su espada con una sonrisa que deslumbraría al sol.
Tal le miró, como aguantándose una sonrisa, intentando ser seria.
—¿Pretendes que te de las gracias por ello?—dijo la solandiana.
—Solo pretendo que lo reconozcas. Eres muy testaruda, es una de las cualidades que más adoro de ti, pero no cuando están en mi contra—respondió el calormeno.
Ceres levantó una ceja y dijo:
—Aja.
Ghemor se volvió hacia Peter.
—¿Lo ha escuchado su majestad?—preguntó el Tarkaan acercándose al joven.
Peter se rio.
—¡Es inaudito! La Regente Tal se ha quedado sin palabras.
La solandiana puso los ojos en blanco y se fue del sitio a cambiarse, pero entonces, escucharon un estruendo a lo lejos. Todos corrieron a las ventanas para poder ver mejor lo que ocurría: había habido una explosión. No había bombas en Narnia (al menos de momento) por lo que a todos le pilló de sorpresa la gran explosión. Sin embargo Peter y Susan se sabían ese ruido de memoria.
—¿¡Qué demonios ha sido eso!?—gritó Lemec.
Del techo empezaron a caer finos escombros y Susan miraba al cielo preocupada en un acto reflejo.
—Ha sido una bomba...—dijo preocupada—¿Es que ahora hay bombas en Narnia?
De repente llegaron unos calormenos junto a unos narnianos.
—Su majestad, nos informan de que el portal se ha cerrado y de que en el ejército vástago está cundiendo el pánico—dijo un calormeno a Susan.
La reina se puso el pelo detrás de las orejas y corrió a la sala donde se tomaban las decisiones. No se sorprendió de ver allí a Lemec, al fauno Nog (exigiendo saber que estaba pasando) y a Tarkaan Ghemor, junto a su hermano, Ceres e Hier.
—¿Os habéis enterado de la noticia?—preguntó Susan abrazando a su hermano.
—Hace pocos minutos—respondió Peter—,me han informado de que ha habido una gran explosión.
—¿Crees que tendrán bombas también?—preguntó Susan, con miedo.
Peter no respondió, pero se temía lo peor.
—¡Ahora es el momento de atacar!—gritó Ghemor dando un golpe a la mesa con su puño—Están descontrolados, no saben qué hacer. Si tenemos suerte su general estará en el otro lado, ¡y solo habrá cientos de soldados sin rumbo!
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Las Crónicas de Narnia: Perlas del Destino
FanfictionLos tambores de la guerra resuenan en todos los rincones de Narnia y los reyes de antaño vuelven para librar su ultima batalla. Es un todo o nada. La lealtad y el amor serán puestos a prueba mientras un poderoso enemigo acecha de entre las sobras. N...