«G»
Por primera vez en mi vida pasé la noche pensando en lo que una chica de mi edad piensa: Chicos.
Solo que en mi caso, en vez de pensar en ese ardiente actor/cantante/personaje literario/personaje de manga completamente ficticio en inalcanzable, yo pensaba en el trío de chicos con los que almorzaría al día siguiente.
¿Y si no le caigo bien? ¿Y si piensan que soy rara? ¿Y si son esos frikis gordos que nunca se han acercado a una chica y me ven como Gollum ve a su preciosa? Buaj, iuu iuu.
Ruedo por mi cama creando miles de escenarios para ese encuentro, ninguno me gusta. Veo la hora en mi despertador y suelto un suspiro de exasperación. Las tres de la madrugada y no he podido pegar el ojo todavía.
—Quiero dormir — jadeo alargando la "i" en la última palabra.
Las ganas de mandarle un mensaje a Yoyo para cancelar el plan me tientan pero, luego, recuerdo que habíamos quedado en no molestar al otro después de la una de la madrugada. Súper.
Sin nada más que hacer que atormentarme, decido tomar mi celular y abrir MangaRock para distraerme con la esperanza de que me entrara el sueño y cayera inconsciente al fin. Busco el manhwa "Noblesse" y empiezo a leer donde me quedé. Los minutos pasan al igual que los capítulos y para cuando me doy cuenta ya ha amanecido y he terminado de leer la última actualización. Genial, debí abrir el libro de economía.
El sonido de mi alarma suena y lo apago al segundo. Estoy de un humor de perros y no poder dormir no ayuda a mejorarlo. Sin poder hacer nada más, me levanto de mi preciosa y confortable cama y decido enfrentar este día de mierda. Este largo, largo día de mierda.
Camino, a paso de procesión, hacia el baño. Tan lento estoy avanzando que una hormiga me adelanta entra primero. Como todos los días me doy una ojeada en el espejo y decido (por ser el día que es y por tener que encontrarme con las personas con las cuales tengo que encontrarme) lavarme la cara hasta que se me caigan las pecas para luego aplicarme algo del maquillaje de mi mamá. Porque, siendo sincera, el maquillaje que yo tengo está en alguna esquina abandonada de mi cuarto y es de dudosa procedencia ya que los compré en una tienda cualquiera por impulso.
Después de darme una rápida ducha, estoy caminando de puntitas hacia la habitación de mis padres, con cuidado abro la puerta evitando que esta me delate con algún rechinido pero al entrar me doy cuenta de que no importa. ¡Es verdad! Hoy iban a visitar a la abue temprano. Me doy una palmada en la frente por no recordarlo y camino, ahora más segura, por la habitación sentándome en el tocador que mamá usa para arreglarse. Es el sueño de toda chica, menos para mí, porque juro que me siento como Sandra Bullock en Miss Congeniality, no tengo idea de qué es qué aquí. Tomo lo que creo que es el corrector y lo aplico sobre mis ojeras para no parecer un adefesio, lo difumino como con los dedos como lo hago con el bloqueador hasta que no se nota mucho.
Creo que está bien con eso.
Satisfecha con mi trabajo, salgo de la guarida prohibida y me alisto. Todo mi guardarropa es comprado por mi madre porque dice que las camisetas con estampados que mandé a hacer son ridículas.
Mi madre, siempre tan sutil y amorosa. Pero se equivoca.
Y es que, ¿a quién no le gustaría tener un polo de con frases sarcásticas o a Eren de Shingeki no Kyojin en modo Titán o una camiseta rosada con el logo de "LoveMe" de Skip Beat? Es más, creo que voy a sacar mi remera blanca de Mokona y la combinaré con un jean normal.
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Weirdos
Teen FictionG es una chica excepcionalmente simple. Le gusta las cosas dulces, ver tv, no salir de su habitación y perder el tiempo leyendo mangas. Lo cual ha estado haciendo durante casi toda su vida de secundaria...hasta que la venda cae de sus ojos y ve que...