Weirdos

Día 33: Desfile de corazones y sabios al rescate - Parte 1/2

"G"

Es increíble el nivel de percepción que tienen la madres, como lo van desarrollando desde que estamos en su vientre y mejora con cada año que cumplimos. 

Si antes me quejé que mis padres no me ponían la suficiente atención, hoy me retracto. Porque mamá lo nota de inmediato y yo sé que lo notó, y no trato de ocultarlo. En cambio, me siento aliviada.

- ¿Cielo, qué pasó?

Estoy por decirle todo, la fiesta sorpresa, la ligera decepción, la conversación con Julian, el beso...pero nada sale y salgo corriendo hacia mi habitación escuchando como los pasos de mis padres me siguen.

Como cuando era niña, me meto debajo de mi cama y me oculto con mi manta. En la puerta de mi cuarto escucho como mis padres deciden quién va a entrar primero. 

- Déjame hablar con ella - dice mi madre y escucho a mi papá decir un "está bien". Luego, mi madre ingresa -. ¿Genevieve, cielo?

-Hola mamá - saludo desde mi nido.

-Hola cariño - saluda de vuelta sentándose en el borde de mi cama -. Déjame ver ese rostro de diecisiete años - pide ella y obedezco saliendo de la manta -. Hola, hermosa  - sonríe mamá y acaricia mi cabeza -. ¿Quieres contarme algo?

- Hoy me hicieron una fiesta sorpresa.

-Sí, Zedd nos lo contó. Pensé que te quedaría a dormir en su casa.

-Iba pero...-No puedo decir más. La garganta se me cierra y siento un nudo al tragar saliva. Mis ojos no alcanzan a los de mi madre. Aprieto la manta.

- ¿Pero?

- No me gustan las fiestas sorpresas -se me escapa para mi sorpresa. Oh, eso era.

- Me lo suponía, nunca te gustaron desde que tus amigos del kinder te vieron en pijamas cuando tenías cinco.

- No recuerdo eso - comento sorprendida. Osea que mi rechazo a las fiestas tiene historia, eh, interesante.

- Sí, lloraste y te fuiste corriendo a tu cuarto como ahora pero primero rebuscaste en mi cartera y cogiste tu chupón antes de subir - cuenta mamá y yo me río de mi ocurrencia.

Mamá espera a que termine de reír.

- ¿Yoyo te trajo?

- Sí, le pedí que lo hiciera - le respondo, ahora un poco mejor.

 -Ya rugí - respondo y ahora es el turno de mamá de reírse.

-Vamos, ya casi está listo. Tu papá debe haberlo terminado o comido todas las cerezas, una de dos.

Yo asiento divertida. Estoy por pararme de la cama, cuando recuerdo el beso y el que no se lo he dicho a mi mamá.

-También di mi primer beso hoy - se me escapa. Mi mamá se detiene en la puerta y voltea. Una sonrisa se le empieza a formar hasta que ve mi rostro. No sé qué expresión tengo pero supongo que no es la correcta para una chica que dio su primer beso.

- ¿Qué paso? ¿Yoyo? - pregunta y niego con la cabeza. Otra vez siento el nudo.

Yo la llamo con las manos y ambas nos sentamos en mi cama.

-No, no. Fue...con alguien mayor - empiezo y, al ver que mamá no dice nada, decido seguir hablando -. Estaba decaída y empezamos a hablar, y hablamos de muchas cosas, y luego yo...lo besé.

Después de escuchar eso, mi madre emite un ligero jadeo que lo disimula bien pero tarde como para no notarlo.

Mi habitación cae en un corto silencio. Mamá luce...no tengo idea. Su rostro es indescifrable, incluso papá tiene problemas para reconocer su estado de ánimo cuando está así, solo podemos notarlo cuando es muy tarde.

Justo ahora.

- ¿Y te gustó?

¿Qué clase de pregunta es esa mamá?

- Supongo.

- ¿Sentiste que te forzó en algún momento?

-No, él fue...muy tierno.

- ¿Y qué pasó?

¿Quizás debí contarle esto primero a las chicas.

- Cuando abrí los ojos, me asusté y corrí a la habitación de Yoyo. Él...me siguió y me dijo que le gusto - digo y siento cómo la sangre sube hasta mis mejillas.

- ¿Él te conoce?

-Sí.

- ¿Y te gusta? - vuelve a preguntar mamá y me recuesto contra mi cabecero, mis manos alrededor de mis piernas.

-No lo sé - confieso, casi como un gimoteo. Mamá sonríe comprensiva.

-Nadie puede imponer sus sentimientos en ti si tu no quieres. ¿Está bien?

-Sí.

-Piensa esta noche y respóndele el lunes cuando lo veas.

- ¿Cómo sabes que va a mi colegio?

- Intuición de madre - dice y siento que sabe a quién besé -. No le diré a tu papá que fue un chico mayor, pero sí le contaré sobre tu primer beso. De seguro sacará un foto y te avergonzará.

- ¡Uhh, no! - gimo y mamá se ríe.

-Vamos, lávate la cara y baja para que te cantemos el feliz cumpleaños y comamos la torta, que hace horas que me hace ojitos - bromea y besa mi frente antes de pararse.

-Vale.

"Y"

-Repítelo.

-Muy gracioso.

-Vamos, repítelo.

- ¡No, déjame tranquilo! - dice Julian harto de mí persiguiéndolo. 

-Oh, espera,  lo haré por ti - digo riendo -. "Me gustas y si hay algo que la literatura me ha enseñado... - empiezo a recitar pero los pasos de mi hermano se acercan y sus manos tapan mi boca, sus mejillas rojas de la vergüenza.

- ¡Ya basta! - exclama él. Por un segundo me compadezco de su situación mientras el se sienta en nuestra sala.

- Vamos, ya pasó - le digo siguiéndolo y sentándome a su lado.

-Es vergonzoso.

-Mmm...no te puedo decir que no, pero no puedes hacer nada por ahora.

-Deberías ser motivador profesional, se te da de maravilla - comenta sarcástico.

Y hasta allí llegó la compasión.

-Quizás no tenga clientes pero al menos no me confesé ante una chica de diecisiete años diciendo "si hay algo que la literatura... - un manotazo golpea mi nuca y me río al ver la cara de mi hermano escondida entre sus puños.

A decir verdad, no quiero burlarme de él pero no sé otra manera de animarlo. Aún así, trato:

-Oye - inicio, Julian gira sus rostro hacia mí -. Al menos lo hiciste y, te prometo, que pase lo que pase cuentas con tu hermano.

Puedo ver una pequeña sonrisa crecer en el rostro de Julian y luego estoy siendo estrangulado por su brazo mientras revuelve mi cabello.

-Gracias enano.

Después de la charla entre hermanos, me voy a mi cuarto y enciendo la laptop. Tengo un mensaje de Gigi:

"Necesito que hablemos mañana y lleva a tu hermano. G"