«Y»
Después de tener una agradable y muy divertida tarde iniciando a G en el mundo del fangirleo por hombres lobos, la mayoría de ellos en topless, asesinatos en serie con villanos geniales, la sensual y rebelde Malia, la hermosa e inteligente Lydia y la tierna ninja badass Kira, volvemos a reunirnos en la cafetería al día siguiente. Aparentemente, ya somos un grupo oficial porque estamos los seis nuevamente; sin embargo, esta vez el ambiente no es el mismo.
Veo los ojos llorosos de Gigi, las miradas llenas de preocupación de Sarah y Lottie, la ardiente rabia en los ojos de Max que comparto en estos momentos. ¿La razón? Es simple y a la vez compleja, algo que nunca esperé en el corto tiempo que lo conocí, pero supongo que a veces los seres humanos somos buenos fingiendo.
—Todd — habla G, siendo la primera en decir algo desde que nos sentamos —. ¿Me vas a decir por qué tienes el labio partido y el ojo morado?
—No es nada — responde el rubio después de un corto silencio.
— ¡Y una mierda! — gritan Max y G al mismo tiempo, golpeando la mesa con sus palmas y levantándose de la mesa.
La cháchara de la cafetería se ve apagada en un segundo.
—Chicos, calma — intervengo —. No es el mejor lugar para hacer una escena — agrego indicando con los ojos al resto de las personas, quienes miran expectantes de conflicto nuestra mesa.
—Entonces salgamos — propone Sarah, con una seria mirada que se contagia en todos los miembros presentes.
—Por favor — pide Todd —. No fue nada, dejémoslo así — ruega.
—No, no esta vez Todd. Se ha pasado y tú lo sabes — le dice Max a su amigo cogiéndolo del brazo y "obligándolo" a pararse como todos en la mesa, listos para irnos —. Vamos.
El siempre sonriente Todd está rojo de la ¿vergüenza?, ¿rabia?, ¿impotencia? No lo sé. Lo que sí sé es que también quiero saber qué pasó ayer en la casa de los Lorre.
Con ya poco que disimular salimos del lugar, por suerte ninguno había comprado nada aún.
Caminamos por los pasillos del primer piso en dirección a la puerta principal. Existe un refugio detrás del aula de profesores donde podemos hablar sin que nadie nos interrumpa o se entere de la conversación. Lo sé porque Julian, de vez en cuando, se dirige allí para fumar sin que le pillen, algo que solo hace cuando está estresado o por la otra razón. Les hago saber a los chicos del lugar y al salir del colegio nos dirigimos allí.
Una vez dentro del pequeño refugio, un espacio de grama rodeado de árboles y arbustos con el cielo como única vista, nos sentamos formando un pequeño círculo.
—Esto es demasiado, chicos. ¿Por qué no me pueden dejar en paz? — comenta Todd con voz cansina.
— ¡Porque somos tus amigos! — le grita Max reacio a "dejarlo en paz".
— ¿Todd? —Gigi pronuncia el nombre del rubio animándolo, de una manera sutil, a que diga algo.
Este suspira en forma de rendición y por primera vez, luego de varias súplicas, satisface nuestra curiosidad desde un principio.
—Mi padre se enteró ayer que me expulsaron del equipo de football por ser gay — confiesa.
— ¿¡Fue tu propio padre?! — preguntan Charlotte y Sarah, ambas claramente sorprendidas al igual que el resto.
Nuestro amigo asiente.
—Pensé que como admitías ser gay en público tus padres lo sabían — le digo y por lo que veo no soy el único.
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Weirdos
Teen FictionG es una chica excepcionalmente simple. Le gusta las cosas dulces, ver tv, no salir de su habitación y perder el tiempo leyendo mangas. Lo cual ha estado haciendo durante casi toda su vida de secundaria...hasta que la venda cae de sus ojos y ve que...