Weirdos

Día 3: ¿Liga de la Justicia?

«G» 

En este preciso instante, me encuentro en una incómoda escena. Estamos en el McDonald's más cercano a nuestra escuela sentados en la mesa de la esquina. Yo estoy de espaldas a la ventana, a mi lado está Yoyo, con una risa que se le viene escapando desde que me vio, y frente a nosotros están los famosos "Max y Todd".

Max es un chico que podría definir como clásico; ojos marrones, cabello negro rizado, lentes de montura gruesa como está de moda, nariz bonita, labios delgados, mejillas rojas (aunque no sé si tiene fiebre o si nació con ese rubor natural), se podría decir que es simpático.

El que sí resalta es el chico que está a su lado, Todd; alto, con una camisa ligera pese al fío que hacen resaltar sus bíceps y sus vellos rubios, ojos azul cielo, sonrisa que ha pasado por el dentista, cabellos extremadamente rubios y con un corte genial escondidos bajo una gorra verde de lana, y una sonrisa descarada igual a la de Yoyo.

¿Me perdí de algo?

— ¿Qué se van a pedir? — pregunta Yoyo luego de dejar de reír.

—Yo quiero una Big Mac con papas grandes, una Sprite y dile que te dé mucho kétchup — responde Max.

— ¿Tú Gigi?

—Yo una Cheeseburger grande, papas grandes, un sundae de fresa y una coke diet — digo porque en verdad tengo hambre. Debí haber desayunado más que cereal con yogurt. Pero al parecer, los chicos no piensan igual y me ven como si fuera una alienígena.

—Tú, mi querida amiga, eres un pozo sin fondo — declara Yoyo riendo al igual que los demás, incluso el colorado de Max que hasta ahora no había dicho ni pío —. Ok, denme el dinero.

— ¿Y yo? — pregunta Todd.

—Tú me vas a ayudar a traer las cosas, imbécil. O acaso pensabas que podría cargar con todo.

—En realidad yo pensaba que cada uno iba por su cuenta... — empieza Todd pero después de ver la mueca de Yoyo, se pone de pie —... pero mejor soy un buen amigo y te ayudo — termina caminando hacia la caja con el pelinegro.

Al final, me quedo sola con Max.

—Y bien... — empiezo —. ¿Cómo conocieron a Yoyo? — pregunto tratando de hacer plática.

— ¿Eh? — Max parece confundido.

—Te pregunté cómo se conocieron ustedes tres — repito.

—Ah, bueno nos conocimos en la clase de Historia, parecía ser agradable así que Todd lo incluyó en el grupo al instante.

— ¿Todd y tú son amigos desde hace mucho? — vuelvo a preguntar, hasta parece una entrevista.

El moreno se relaja y suelta una risita.

—Demasiado diría yo — bromea —. Nuestras mamas se volvieron amigas en una de esas clases de Yoga prenatal y daba la coincidencia que vivían en el mismo vecindario, así que puedo decir que lo conozco desde que usábamos pañales.

—Wow, debe ser bonito tener una amistad así de larga.

— ¿Y tú?

— ¿Yo qué?

— ¿Tienes alguna mejor amiga o amigo?

—Tuve amigas en primaria pero nada como ustedes y a Yoyo lo acabo de conocer recién el lunes, pero creo que en un futuro podría considerarlo como mi mejor amigo — confieso con una sonrisa.

— ¿Por qué? — inquiere.

—No lo sé, es raro de explicar — digo —. Es como cuando encuentras a alguien que es idéntica a ti que sabes que tienen que estar juntos.