Día 18: El plan vuelve la vida - Parte 2/3

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«G»      

No me lo creía. Pero oí bien.

¿Lo hice? ¿En verdad escuché lo que acabo de escuchar? No puede ser. Solo... ¡NO! Luc Vidal no puede ser el hijo del conserje. ¿O sí? Pero, entonces, ¿¡por qué nadie lo sabe?! ¡ES LUC VIDAL!

Aparentemente paso mucho tiempo pensando en lo que acabo de enterarme y no me percato de que Luc ha terminado de hablar con su "padre" y está doblando la esquina, topándose conmigo en el proceso.

— ¡Te juro que no escuché nada! — suelto, asustada, apenas lo veo.

Idiooota.

Veo cómo Luc abre los ojos. El miedo, no, el terror dentro de ellos. Inmediatamente me coge por los hombros y me empuja bruscamente contra la pared.

—¡No se lo digas a nadie o juro que-

Luc no termina su amenaza al verse siendo jalado por alguien más, alguien muy alto.

— ¡¿Qué le estás haciendo?! — exclama Max apartándolo de mí de un solo empujón.

— ¡Max, déjalo! — le exijo al chico de lentes.

Su ropa no queda para nada con su actitud.

— ¿Estás bien? — pregunta y se acerca a mí comprobando que no esté lastimada. Lo esquivo. No soy una dama en peligro y Luc no iba a hacerme daño solo está asustado.

—Estoy bien, Max. Gracias, pero necesito hablar con Luc — interrumpo su intento de ser el caballero de brillante armadura, pero sin ser descortés. Max no tiene la culpa de no saber qué es lo que pasa en estos momentos.

Al ver la reacción del chico de lentes, sé que no fui tan sutil y amable como pretendía. Pero, ésta era nuestra oportunidad para el reavivar el plan y debía convencer a Luc que yo no era una amenaza. Inclusive podría mostrarme con su confidente, así como lo fui con Todd; quien me contó poco a poco anécdotas de su vida, entre ellos uno muy interesante y divertido con Max.

—Pero él te... — intenta Max, mas no lo dejo seguir.

—Voy a estar bien — le aseguro sonriendo —. Por favor Max, déjame hablar con Luc — le pido con un todo de voz que no sabía que tenía; sin embargo, parece funcionar al ver cómo los hombros de Max se relajan y este asiente. Extrañamente, me ¿acaricia el hombro? antes de irse y dejarnos solos.

Por suerte, entre todo el drama, Luc ha permanecido aquí.

—No le diré nada a nadie — prometo.

— ¿A cambio de? — pregunta y me duele un poco el rostro que veo. Lleno de desconfianza, como si nunca alguien hubiera hecho algo por él sin pedir nada a cambio. Aunque yo también quiero algo: un nombre. Pero no era lo mejor ahora. No podría.

—A cambio de...nada.

Veo como Luc pasa de la desconfianza a la sorpresa.

— ¿Nadie lo sabe? — me atrevo a preguntar. Él se ve incómodo cuando asiente.

—No, nadie. Excepto...Falon, la...

—Psicóloga del colegio —completo por él.

—Y la encargada de los papeles de todos los estudiantes en la escuela — agrega Luc.

— ¿Por qué tú...

— ¿Nunca dije nada? — me lee el pensamiento. Yo asiento tímida, esto es algo muy personal y heme aquí siendo una metiche total —. No pude porque sabía que se burlarían de mí.

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