Día 31: La sorpresa del Diablo - Parte 4

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ALERTA EL SIGUIENTE CAPÍTULO TIENE ESCENAS QUE PODRÍAN GENERAR CIERTA INCOMODIDAD, SE SUGIERE RESPETO Y MENTE ABIERTA.

wow, hasta yo me dije "se biene lo weno"






"G"


No...puede ser.

En mi vida, que no es una cruzada que digamos — porque siempre he sabido apreciar lo que tengo —, pocas veces son las que he sentido esta extasiada felicidad. Cuando mi primo Jeff me regaló a Petunia, cuando mis padres me llevaron a Orlando y probé mi primera cerveza de mantequilla, cuando hice mi primer amigo, cuando Todd pudo volver a jugar al fin y ahora.

Definitivamente este momento lo atesoraré en mi memoria por siempre.

¿Cuándo lo hicieron? ¿Cómo?
Eran las preguntas que mi mente no podía dejar de hacerse.

Porque allí estaba, mis amigos, esos cinco individuos que me acompañaron por solo medio año y, sin embargo, compartí junto a ellos experiencias de toda una vida. Yoyo sostenía un pastel de chocolate en sus manos, mi favorito, y se acercaba a nosotros mientras todos en la habitación empezaban a cantar el "Feliz Cumpleaños".

Siempre me sentí incómoda cuando era el momento de cantar. Es decir, ¿qué es lo que se supone que debo hacer mientras tanto? ¿Cómo las personas soportaban la dulce tortura de ser observados por casi dos minutos consecutivos. ¿Aplaudían? ¿Cantaban con ellos? ¿No hacían nada y solo miraban su pastel? ¿Huían? No lo sé. Solo sé que mis mejillas se tiñeron de rojo y que las velas eran tantas como mis años, que mis manos aplaudían ligeramente (tímidamente) y que podía escuchar las voces de todos a quien quería para, luego, limpiar mi rostro de pastel gracias al "increíblemente gracioso" de Yoyo.

No fue hasta después de los "hip, hips" y los "¡hurras!" que pude distinguir a las personas en el lugar. Sin contar a los cinco de la pandilla, Wayne y Lucas, los conocía pero solo de paso.

Había siete chicas más a parte de Lottie y Sarah, y más de seis chicos.

¿De dónde venían? ¿Los invitaron para llenar el lugar?

No quería ser ruda pero, enserio, no los conocía. ¿Cómo se supone que los debía saludar? ¡Soy pésima en esto!

Poco a poco, la respuesta llegó cuando fueron ellos los que se acercaron a mí y me desearon un feliz cumpleaños. No pude responder más que gracias, ni siquiera "gracias y tu nombre", no. Y eso me entristeció.

Pero, pese a eso, no iba a permitir que fuera yo precisamente la oveja negra de la fiesta. Porque era una gran y linda fiesta, eso no hay duda. Habían globos, un dj, serpentina colgada al techo, vasos rojos, barriles de cerveza, pizza congelada, nachos, hot dogs para picar, era increíble...pero no era del todo yo.

La música empezó a sonar y todos, como impulsados por un ente superior, comenzaron a bailar.

— ¡G! —llamó Lottie desde la cocina. No dudé en acercármele —. ¡Feliz cumpleaños linda! — gritó, por la bulla, dejando de servir las bebidas para abrazarme.

—Gracias Lott — respondí, esta vez de corazón.

— ¿Y te gustó la sorpresa? — pregunta una voz a mis espaldas, asustándome.

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