Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.

Improvisar.

Narra Alai:

Me despierto abrazada a Gonzalo, tal como lo prometió se quedó conmigo todo el día de ayer. Al llegar la noche no tenía muchas ganas de estar sola y  me ofreció quedarme a dormir. Por supuesto acepté. 

Hablamos muchísimo, nos contamos historia de cuando eramos chicos y me hizo reír demasiado, por unas horas me olvidé el horror que viví, él no se lo imagina pero le debo tanto. De no ser por Gonzalo no sé si hoy estaría viva. 

Me levanto con especial cuidado para no despertarlo, entro a su cocina y preparo café. Él me aconsejó que poco a poco retome mi rutina normal, que no deje que el miedo me paralice y qué mejor para recuperar mi vida que un buen café.

- Buen día princesa - Me vuelve loca que me llame así.

Desde la puerta de la cocina Gonzalo me sonríe y se ve realmente sexy con su carita de recién levantado. 

- ¿Te dije alguna vez que tu sonrisa me vuelve completamente loca? - beso sus labios con dulzura. 

- Mmm dejame pensar.... Sí. Me lo dijiste - lo miro confundida - Y sí, estabas borracha Ja, ja, ja. 

Me sonrojo y él continúa riendo - Iba a servirte café pero no lo merecés, maldito - me uno a su risa. 

Él se lleva involuntariamente una mano a su cabello y lo acomoda. Se siente raro tenerlo cerca, es el primer hombre en mi vida con el que duermo sin haber tenido sexo previamente, aunque claro, me encantaría tener sexo con él. 

- Definitivamente mis camisas te sientan mejor a vos - Susurra en mi oído y mi piel se eriza. 

- Me convenciste, te voy a servir café. 

- No sin antes darme otro beso - ¿Quién podría negarse? 

Desayunamos juntos y él tiene que irse a trabajar - Alai... ¿Vas a ir a la facultad hoy?

No se si estoy preparada para salir - No sé - respondo nerviosa.

- Ya te dije, no podés dejar que te roben tu vida de esta manera...

- Pero todavía no estoy lista, por favor... un día más - le suplico. 

- Está bien, pero te va a salir caro - me dedica una mirada traviesa y me sonrojo. - Yo me tengo que ir, ya es tarde... ¿Querés quedarte acá?

- No lindo, está bien... voy para mi casa y te espero ahí. 

Ya en mi departamento pongo a cargar mi celular y lo enciendo, al instante empiezan a llegar mensajes. No quiero leerlos, imagino de quién son. 

Me doy un largo baño y me dedico a mimarme un poco, me visto con ropa cómoda y dejo que mi cabello se seque al natural. Pongo música y me acurruco en el sofá, decido que no puedo escapar mucho tiempo más y tomo mi celular nuevamente. Empiezo a leer. 

Nicolás: Nena, te estuve llamando. ¿Todo está bien? 

Nicolás: Alai, me estoy empezando a preocupar. Respondeme por favor. Tu celular sigue dando apagado.  

Nicolás: Fui a tu casa y no abriste, quizás no estabas. Todavía no me aprendo tus horarios de facultad. Llamame ¿si? 

Nicolás: Alai, fui a tu facultad. Me dijeron que hoy faltaste y en tu casa no estás ¿Dónde te metiste? ¿Pasó algo?

Melina: Zorra dejá de esconderte de Nicolás ¡¡¡¡Me está volviendo loca!!!!

Nicolás: Por favor Alai, estoy preocupado nena.