Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.

Entre la amistad y el amor.

Narra Pablo: 

Me despierto y la veo dormir en mi pecho, es tan hermosa. Estos seis meses que estuvimos separados la extrañe muchísimo.

No fue la primera vez que Alai y yo nos separamos, la primera vez fue cuando entramos a la facultad y me empezaron a amenazar con ella. En aquel entonces estuve dos años sin verla hasta que ella se contactó conmigo. Pero esta vez fue completamente distinta, estando al otro lado del mundo yo aún pensaba en ella todo el tiempo, soñaba con ella, me despertaba extrañándola, me dormía pensando en su sonrisa. A veces contaba las horas de distancia para calcular la hora que Alai estaba viviendo y así imaginarme lo que podría estar haciendo. Mi licencia era de un año e inclusive, con el dinero de la herencia de mis padres me podría haber tomado el resto del tiempo para continuar viajando, pero el extrañarla lo volvió imposible. 

Beso su nariz y ella despierta - Buenos días - me dice con una sonrisa. 

- Buenos días - le respondo y vuelvo a besarla. 

Desayunamos juntos.

 - Pabli ¿sabés qué estaba pensando?

La miro burlón - no. -reímos. 

- Quiero invitar a comer a las chicas y quizás podríamos presentarles a dos amigos tuyos... - me guiña el ojo. 

- ¿Algún requisito en especial? - la conozco, si fuera por ella haría un casting para elegirle novio a sus amigas. 

- Sí, que sean dulces y tiernos como vos...

Me sorprendió - ¿Alai pensando en un chico dulce y tierno? - toda mi vida la quise, pero eso no quita que ella no haya sido completamente superficial. No digo en todas, porque de Gonzalo se enamoró, pero si lo fue en el  noventa por ciento de sus relaciones sentimentales. 

- Es que cualquier chica querría un hombre como vos - se inclina para besarme.

- Te amo - se siente bien poder decirlo. Quizás me apresuré un poco pero me lo tuve que callar todo el último año. Alai es mi mejor amiga de toda la vida, siempre la quise claro que mis sentimientos por ella fueron cambiando hasta convertirse en amor y hoy, por primera vez en mi vida tomé el coraje de decirlo. 

Ella me mira, no puedo decir con exactitud que es lo que está pensando, supongo que la dejé helada. La verdad es que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que la amo, Gonzalo lo supo antes inclusive de que yo mismo me diera cuenta. 

Ahora que lo pienso es la segunda vez en el día que mis pensamientos desembocan en él, supongo que estar cerca de Alai me removió esos meses raros que pasamos los tres juntos. No volví a saber nada de Gonza pero lo que si sé es que por mucho amor que sienta por ella, nunca me voy a perdonar lo que le hicimos. 

Una lágrima recorre la mejilla de Alai - Yo también te amo, Pablo. 

Me acerco a ella para secar sus lágrimas, paso mi dedo pulgar por su mejilla y luego la beso. Ella me ama y no necesito nada más en el mundo. 

Narra Alai:

Me pongo un vestido blanco suelto que me llega a la mitad del muslo y unos tacones del mismo color, dejo mi pelo suelto y me pongo perfume, otro de los regalos de Pablo. Las chicas deben estar por llegar y los amigos de Pabli también.

El timbre suena y bajo las escaleras. Le doy un beso a Pablo y abro la puerta - ¿Leonel? - miro confundida a mi compañero de facultad.

- ¿Alai? ¿Jodeme que sos la novia de Pablo? - él también parece confundido aunque no deja de sonreír.