No necesito nada más en el mundo.

165 11 2
                                    

Narra Alai: 

Estoy recostada en el pecho de Pablo, me gusta el aroma dulce que se desprende de su cuerpo. 

- Tengo hambre mi chico lindo - le digo mordisqueando su oreja. 

Él ríe a carcajadas - Puedo cocinarte si querés... 

Parpadeo varias veces confundida - La última vez que me cocinaste teníamos 18 años...

- Esas fueron las mejores milanesas que comiste en tu vida lo sé - ambos reímos. 

Pongo mi mejor voz dramática - Claro que si, la forma en que derretiste el queso fue mágica -volvemos a reír. 

- Sos mala - me dice haciéndome puchero y logrando que me derrita completamente. 

- Pero me querés igual - le digo sonriendo. 

- No. No te quiero - está serio y lo miro confundida, él vuelve a reírse y cada vez entiendo menos - Te amo Alai, no te quiero, te amo. 

Me giro para quedar sobre su pecho y presiono mis labios en los suyos, muerdo juguetona su labio inferior y él me abraza por la cintura. - Podría quedarme así toda la vida - Le susurro contra su boca.

Mi panza ruge estruendosamente y Pablo ríe a carcajadas - Creo que tu panza no opina igual... vamos a comer algo. 

Me levanto y busco una de sus camisas, adoro vestirme con ellas. Él me mira mordiéndose el labio y yo le bailo sensual haciéndolo reír a carcajadas - Sos muy sexy y mala, por sobre todas las cosas, mala. 

Me siento a horcajadas sobre él y juego con su labio inferior jalando suavemente de él, Pablo intenta atrapar mi boca y yo río, finalmente unimos nuestras lenguas en un beso. 

Mi panza vuelve a rugir y reímos - Vamos a comer linda - me dice para luego darme un corto beso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi panza vuelve a rugir y reímos - Vamos a comer linda - me dice para luego darme un corto beso. 

Me aparto de mala gana y bajo las escaleras, él se pone los pantalones y me sigue. Por primera vez desde que llegamos observo la puerta corrediza del jardín, los vidrios rotos fueron reemplazados por unos nuevos. - Son antibalas - me comenta Pablo. 

- ¿Antibalas? - le pregunto asombrada. 

- Si, quiero evitar todos los riesgos posibles - me dice besando mi cabeza. 

Lo observo moverse en la cocina, digamos que está "cocinando" sandwiches y eso me divierte demasiado. - Bien, ahora los tostamos como te gustan y listo - me dice colocando los panes en la tostadora. 

- ¿Te ayudo con algo bombón? - le pregunto sin poder dejar de sonreír. 

- No, quiero que te relajes y disfrutes de todo hoy. 

- ¿De vos? - mis ojos relampaguean de emoción. 

Se acerca sensualmente y me sujeta por la cadera, yo enredo mis piernas en su cintura - Si querés disfrutar de mi... - susurra contra mi boca. 

Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora