Narra Alai:
Soy un manojo de nervios, no hay un solo rincón del departamento por el que no haya caminado. Traté de tomar un té para relajarme pero no hizo ningún tipo de efecto. No puedo dejar de pensar en Pablo metiéndose en ese lugar, no puedo dejar de pensar en Gonzalo, en lo que le pudieron haber hecho, en cómo estará, no puedo dejar de pensar en lo mucho que lo extraño. Lo único que espero es que los dos estén bien, es lo único que quiero.
Voy por la quinta taza de té cuando la puerta se abre. Me paro de un salto y corro hacia ella pero me freno de golpe. Frente a mi están Pablo y Gonzalo, miro a uno y a otro sin saber bien qué hacer primero. Pablo actua por mi y se adelanta abriendo los brazos, me uno a su abrazo con fuerza.
- ¿Cómo estás? - le digo preocupada - ¿Te lastimaron?
- Estoy bien - besa mi frente - me voy a bañar.
Nos deja solos y vuelvo a mirar a Gonzalo, es increíble que aun todo golpeado sea tan lindo. Sonríe nervioso y no me contengo, lo abrazo. Por varios segundos se queda paralizado, luego siento sus brazos envolverme dulcemente. No quiero soltarlo, lo extrañé tanto.
- Perdoname - susurra en mi oído y las lágrimas inundan mis mejillas.
- Te extrañé - le digo también en un susurro y me doy cuenta de que no soy la única que está llorando. Me abraza con más fuerza y lo siento estremecerse contra mi cuerpo.
- Yo también te extrañé. No te imaginás cuánto - me aparto de él y lo miro a los ojos, le doy un beso en la mejilla y me alejo.
- ¿Querés comer algo? - le pregunto para cambiar de tema mientras me seco las lágrimas con una mano.
- No - sacude levemente su cabeza - no tengo hambre.
Ya es casi de noche, sé que no comió nada en todo el día y encima pasó una experiencia horrible. - Tenés que comer Gonza - le digo con dulzura.
Me observa fijamente, luce triste y simplemente levanta los hombros.
Me acerco nuevamente y tomo su mano, él me mira a los ojos y yo lo llevo hasta la cocina. - Por lo menos dejame hacerte un café, con leche como a vos te gusta.
Asiente - bueno, pero no quiero comer nada.
Tomamos el café sin dejar de mirarnos. Luce cansado y el ojo derecho se le está hinchando. No sé qué hace acá, Pablo no me dijo absolutamente nada, pero le agradezco que lo haya traído - ¿Querés acostarte?
- Si... en el sillón - dice con seguridad y yo me río.
- Perdón - le digo al ver que me mira asombrado - No hace falta, podés dormir en nuest... en mi cama... eh, yo no tengo sueño y cualquier cosa duermo con Pa... en el sofá...
Hablar con él es más difícil de lo que pensé, no sé qué decir sin que suene mal y encima mi cerebro decidió desconectarse dejándome a mi y a mi impulsividad hablando con Gonzalo. Tomo aire - Dormí en mi cama, en serio.
- No quiero molestarte - me dice en un susurro.
Sacudo la cabeza - Vení - le digo guiandolo a la habitación, como si él no conociera el camino.
Se recuesta en la cama con un gesto de dolor y se toma las costillas - ¿Estás bien? - le pregunto preocupada.
- Ahora sí - me responde seguro mirándome a los ojos.
Puedo sentir como mi respiración se agita, él se inclina suavemente y su mano acaricia mi mejilla. Se acerca peligrosamente a mi boca pero se detiene. Esta vez soy yo quien se acerca y rozo mis labios en los suyos, lo siento estremecerse y solo me detengo un segundo para mirarlo a los ojos. Su mano se encaja detrás de mi nuca y empuja mi cara hacia él, su lengua entra en mi boca y no quiero hacer nada para detenerlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/63571622-288-k289180.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.
Romance"A veces me pregunto si alguna vez le rompí el corazón a alguien, si alguna vez fui capaz de estrujarlo con cada una de mis palabras hasta reducirlo a un montón de vidrios rotos. A veces me pregunto si alguien arrojó cosas maldiciendo mi nombre, si...