Se acerca el final.

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Narra Pablo: 

Me despierto por los ladridos de Frutilla, seguramente quiere salir al jardín. Observo a Alai dormir, está desnuda y la sábana solo cubre parte de su cuerpo, dejando su espalda descubierta. Tiene el cabello revuelto y se ve terriblemente sexy. Me levanto de mala gana y sin apartar la vista de ella me pongo un pantalón. 

Pongo la cafetera en funcionamiento y le abro la puerta a Fruti, ella corre feliz bajo el sol y salta tratando de agarrar algún objeto en el aire que solo ella debe ver. 

Estoy sirviendo el café cuando un par de brazos rodean mi cintura y ella besa mi espalda - Buenos días mi amor - me dice  en un susurro con su voz de recién levantada. 

- Buenos días hermosa - volteo para besarla. 

Frutilla entra corriendo torpemente por la puerta y salta a los brazos de Alai, ella la besa contenta mientras le habla como si fuera un bebé. 

- Creo que la saludás con más ternura  a ella - le dijo fingiendo estar ofendido. 

- No seas celoso tontito, ella es mi nena preferida. 

- ¿Y yo? - le digo riendo. 

- Vos sos el amor de mi vida - me dice Alai mientras se acerca a besarme. Su aliento huele a menta y tengo que hacer un gran esfuerzo para apartarme de sus labios. Podría pasarme el resto de mi vida besándola. 

- Te amo, boba - le digo besando su nariz. 

- Yo te amo más - me dice riendo. 

Desayunamos juntos y ella está muy ansiosa, hoy es su primer día de trabajo y no para de hablar de lo nerviosa que se siente. - Tranquila amor, va a salir todo bien. - le digo tratando de calmarla. 

- ¿Y si no sé que decirle al paciente? ¿Y si no le gusta mi forma de trabajo? ¿Y si... 

- Amor, en las prácticas te fue bárbaro. Es lo mismo nena, ya vas a ver... - asiente pero no parece muy convencida y nada de lo que le diga la va a relajar, va a tener que comprobarlo ella misma. 

Me voy a trabajar y la dejo con su consciencia a solas para ver si entre las dos logran una tregua para calmar los nervios. Estoy seguro de que va a ser una excelente profesional aunque se ve jodidamente sexy vestida de traje y su consultorio se va a llenar de hombres con supuestos "problemas". 

- Pablo - la voz de la recepcionista me trae a la realidad - Te llegó ésto. 

Me entrega un paquete no mucho mas grande que una caja de zapatos, está envuelto en papel madera y no tiene ningún tipo de etiqueta. - ¿Quién lo trajo? 

- Del correo... no dieron demasiados detalles. Pero tranquilo, no es una bomba - me dice Mirta riendo. Hace quince años que trabaja en la brigada y siempre tiene algo gracioso para acotar. 

Abro la caja y encuentro fotos, son todas de Alai. Parece que alguien la está siguiendo, hay fotos de ella en el supermercado, en el banco, en un bar con Melina y Juli, paseando a Frutilla por la playa, saliendo de casa, subiendo a mi auto. ¡Mierda! Llamo a Gonzalo. 

- Pablito... - me saluda del otro lado de la linea.

- Me llegó una caja llena de fotos de Alai, la están siguiendo - le suelto sin siquiera saludarlo. 

- ¿Por qué no le ponés seguridad? - me reprocha Gonzalo. 

- Porque no quiere boludo, ya sabés como es - me defiendo. 

- Si no se da cuenta que la están siguiendo tampoco se va a dar cuenta de que tiene un guardaespaldas. Qué se yo, con intentar no perdemos nada. - me dice. 

Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora