Capítulo 28

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Narra Benjamín

Parecía otro día común y corriente en Aspen. El clima arido lo hacia sentir mas aburrido y estresante.

Eran las dos de la tarde y las clases al fin habían terminado . Salí de la universidad y tome un auto bus a casa, la hora estimada de llegada era dos horas. Ya que la universidad se encontraba retirada de la ciudad.

Para mi suerte en el próximo año, me quedaría en esta. Algo así como un internado e iría los fines de semana a visitar a mi familia.

Llegué todo adormecido a casa ya que el salvante frio del bus me mantuvo tranquilo y no ahogado por la gente.

No tenía nada asignado por hacer. Mis padres se encontraban en la sala por lo cual los saludé y comí lo que estuviese en el refrigerador.

Quería saber el interesante tema del cual hablaban mis padres, y quede muy confundido al oír que Hazel había salido con un chico por primera vez.

La pequeña traviesa está creciendo y no me estaba dando cuenta. Aunque pensaba que ella y Jade se traían algo.

Su nombre retumbaba en mi cabeza por alguna extraña razón. Desde la fiesta de la rubia, y con "rubia" me refiero a mi hermana, no lo he visto.

Pensé en platicar con el y con Liam quien suponía que estuviese ahí.

En camino a su casa note al pequeño vecino saliendo por la ventana de una habitación.
Justamente le iba a decir que que hacia en ese lugar pero fui interrumpido por la voz de Helen, quien exclamaba la acción de Will.

—¡William Ernesto Marshall! ¿Estás robando?—Exclamó Helen.

—¡No es lo que parece Mamá!—Respondió William.

No pude evitar reír sobre aquella escena. Quité la mirada de estos y me dirijí a la casa de los Ross pero William hizo una mueca rara que expresaba que no había nadie en casa.

Lo cual era extraño ya que nunca salían.

Narra Hazel.

Todo iba bien con Erik. Salimos a pasear por la ciudad, el era un chico muy dulce y aparte de ser mi compañero de clases era un gran amigo.

—Hazel.—Dijo Erik.

—¿Si?—Respondió Hazel.

—¿Te he dicho lo hermoso que soy?—Dijo Erik riendo.

—Tonto.—Rió Hazel.

—No es cierto, pero ¿Alguna vez te dije lo hermosa y especial que eres para mi?—Dijo Erik.

En ese momento mientras Caminábamos no sabia que responder ya que me sentía alagada y nerviosa, tanto así que parecía un tomate.

Eso me hizo pensar en la platica que tuve mediante texto con Jade. Cuando me llamo «Hermoso Tomate» me sentí muy especial, e hice ver a Jade de otra forma, por lo poco que lo conozco me parece muy tierno.

Pero algo me hizo sacar de mis pensamientos y fueron los sonidos de Erik.

—Si, unas doscientas veces. Eres el mejor amigo que he tenido Erik y no te quiero perder. Por cierto, ¿Ya está todo organizado para el baile? Recuerda que somos pareja.—Dijo Hazel.

—Claro nena, te haré sentir la chica mas hermosa y especial de la graduación.—Dijo Erik abrazando a Hazel.

Le correspondí con el abrazo y nos adentramos a un restaurante que no me había fijado en el nombre.

Las personas en este lugar se encontraban hablando sobre un mismo tema ya que se oía algo sobre un chico atropellado. Cuando Erik y yo fuimos a pedir la orden, por que nadie se acercaba a nosotros, le preguntamos a uno de los empleados de lo que pasaba.

—El hijo de uno de los meseros que trabaja aquí fue arrollado horriblemente mientras pasaba la linea peatonal.—Respondió este.

—¡Dios mio! Debió ser terrible.—Dijo Hazel.

—Si, el pobre Edward debe estar devastado. Es su segundo día trabajando y le pasa esto.—Respondió este.

—Espere, ¿como se apellida Edward?—Preguntó Hazel.

—No recuerdo pero creo que es Ross.—Respondió Este.

—Entonces ¿Si sabe?—Preguntó Erik.

Quede totalmente atónita por lo que escuché. Mi sensible corazón sentía algo inexplicable. Y no sabía como expresar mi dolor ¿Será por que sentía algo extraño por Jade? O ¿Quizas me enamoré de el tan rápido?

Pues si, estoy enamorada de Jade, me ha demostrado en tan poco tiempo lo buena persona que es. Pero aún no me gusta del todo, ya que debo conocer también su lado opuesto. Por ahora solo quiero mantener una buena amistad con el.

No sabia que hacer ante esta situación.

—¿Sabe a donde lo llevaron?—Preguntó Hazel.

—No, solo sé que se adentraron a la ambulancia y partieron.—Respondió aquel señor.

No sabía que hacer. Pues era mi amigo y no podía no ir como una mala persona. Una idea llegó a mi cabeza, y era llamar a Liam.

El entretono sonaba y por suerte contestó.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora