Capítulo 45.

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Creía haber tenido mi teléfono apagado o en modo silencioso ya que al escribir me resultaba difícil concentrarme.

Pude sentir las vibraciones que este me trasmitía desde el bolsillo de mi pantalón, lo cual era algo incomodo tratar de evitarlo mientras hablaba con Hazel. Me veía indignado y no me quedó otra opción que ver quien me necesitaba.

Pero solo era un mensaje de un extraño numero que al parecer ni siquiera era de el país, donde decía «Acabamos de llegar» en el momento exacto en el cual sonó el timbre y el sonido de un auto que se oía en el garage. Y pude saber quienes eran las personas.

No era de extrañarse que al llegar siempre saludaran en voz alta, pues era la quinta vez que oía «No temáis pueblo, los Ross acaban de llegar» desde mi habitación. Era como la señal que indicaba su presencia.

Dejando a un lado por un momento a Hazel, salí de mi angosta habitación de cabaña para recibirlos con un abrazo.

Fue como una rápida improvisación lo que había sucedido, no conté hasta tres y ya tenía a Caroline y Patrick abrazandome.

Es cierto lo que dicen, la familia es lo más hermoso que se puede tener.

No siempre dependemos de ellos a la hora de tener problemas pero nunca intentamos darle la oportunidad de ser como nuestros amigos.

Yo expresaba mi cariño hacia a ellos mediante lo que parecía ser un  fraternal abrazo de primo a primos.

Los veía tan entusiasmados por hacer algo divertido que hasta me tomaron del brazo para enseñarme lo que habían planeado para las vacaciones y eso me recordó a William, quien había hecho un intento de plan.

Desde lo que pude, saludé a mis tíos y seguía a estos dos a sus habitaciones.

Los hermano siempre resultan ser insoportable pero ellos se la pasaban muy bien. Eso también me recordó que faltaba uno de ellos y era Liam, quien no lo había visto cuando estos llegaron.

—Tengo tanto por hacer que no sé por donde comenzar, éstas vacaciones serán las mejores, de seguro que si.—Dijo Patrick con mucho entusiasmo.

—Jade di algo, ¿cómo ha estado tu semana? ¿Cómo haz estado tu?—Preguntó Caroline.

—Pero si ni siquiera me han dejado hablar.—Rió Jade.—Quisera quedarme un rato más pero debo ir a saludar a los demás, la verdad me alegra verlos y espero que no me excluyan de sus planes.

Los mantuve calmados por un momento y me dirigí al comedor para saludar correctamente a mis tíos.

No sabía en que lugar estaba William Marshall pero no era el momento de emprender una búsqueda y realizar una aventura por todo la casa Ross.

Hazel se acercó a mi para decirme que vendría después y se despidió de mi.

Tampoco lograba saber donde estaba Liam pero no tardé en retroceder y preguntarle a Caroline sobre ello.

No me dio una respuesta concreta y veraz pero por lo que entendí se había ido a la casa de al lado para platicar con su amigo.

Y no había recordado de que en esa casa viviera una chico.

La platica era lo que hacía que el  día cambiara de «no hacer nada» a «hacer de todo», no había forma de que me aburriera con este par y era lo que hace unos meses extrañaba.

Liam aun no llegaba y esta fue la razón de que la tía Karen me mandara a buscarlo. No tenía ningún problema pero presentía algo extraño y fue así, pues, cuando toqué la puerta de esa casa nadie se digno abrir y el timbre no funcionaba, observé desde la ventana y la vista no era para nada agradable al ver como mi Primo besaba y acariciaba con lujuria a un morena.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora