Capítulo 16.

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Fuimos a por nuestro equipaje y nos dirigimos hacia el exterior del aeropuerto. No había que hacer mucho ya que era un vuelo de un mismo estado del país.

Al parecer mis padres compraron un auto en Denver con el dinero que ellos ahorraron y como ya estaba pagado y todo eso, lo depositaron en el aeropuerto.

Un señor muy sofisticado se podría decir. Se encontraba justo al lado del auto para firmar unas documentos y entregar las llaves del dichoso auto.

No preste atención solo subí al auto junto con mamá y me adentre a las redes sociales ya que había zona WiFi.

Papá subió al auto e inserto las llaves para emprender rumbo a Aspen que quedaba a tres horas y media.

La ciudad era hermosa. No era como Nueva York con rascacielos y muchos edificios pero me gustaba.

Estábamos saliendo de la ciudad de Denver y poco a poco nos adentrábamos mas a la inmensa arboleda de abetos.

Mientras Papá conducía y mamá observaba el exterior por la ventanilla del auto, yo intervine.

—¿Creen que les agradaré.—Preguntó Jade.

—Por supuesto cielo, mi familia desde que eras un bebe siempre les agradaste al igual que, al igual que James.—Respondió Edward mientras conducía.

—Sobre eso, quisiera saber mas de mi hermano. ¿Por qué se fue? ¿Por qué ni siquiera lo puedo recordar?—Preguntó Jade.

—Tu hermano te quería como a nadie. Desde que naciste el siempre estuvo pendiente de ti. A los cinco años dijo que quería un hermanito menor. Al año siguiente fuiste concebido y para entonces James cumplió seis años. Mas adelante fue creciendo y salió de la preparatoria y decidimos inscribirlo en un internado de secundaria ya que fue cuando conseguimos el empleo digno en la empresa para pagar los gastos de la casa que se incendio y venderla. No podríamos cuidarlos a los dos ya que mientras tu apenas estabas empezando el jardín, el la secundaria y salia aun mas tarde. Para el verano decidió ir a quedarse en casa. Según el ya lo le prestábamos atención, siempre teníamos la vista puesta en ti y que nunca teníamos tiempo para el. Huyó de casa sin decirnos a donde, tu papá y yo no parábamos de buscarlo por días, meses y hasta años. Tu preguntaste sobre el, que quien era ese chico que estaba contigo, te hicimos creer que era uno de tus primos. Y para entonces te dijimos que eras nuestro único hijo para que no tuvieses que lidiar con ese problema a tu edad. Tampoco recuerdas nada por que cuando atravesamos por las sircustancias de la casa al incendiarse toda la evidencia de que tenías un hermano desapareció. Al paso del tiempo recibimos una llamada de el diciendo que estaba bien pero aun así no volvería y lastimosamente no hemos sabido mas nada sobre nuestro bebe mayor, tu hermano. El no sabia que a los dos los amábamos por igual.—Dijo Caitlin gimiendo.

—Gracias por contarme todo con claridad, de verdad disculpenme por insultarlos la otra vez. También me siento mal por no tener un hermano mayor y que pensara eso de ustedes y de mi. Ustedes hicieron lo correcto en decirme. Aveces soy muy injusto y egocéntrico con ustedes que se los debo todo.-Dijo Jade.

Voltee la mirada a la ventanilla del auto para observar el increíble paisaje que se mostraba.

[...]

Nos detuvimos en una gasolinera que contaba con baños y un pequeño restaurante.

Bajé del auto para dirigirme hacia los baños mientras que papá y mamá me esperarían en unas de las mesas de dicho restaurante para comer.

Escribía textos mientras caminaba con dificultad. Ya me estaba acercando hasta que tropecé con una chica.

—Deberías tener mas cuidado por donde caminas, disculpame.—Dijo esta al tropezar.

—No, no tienes por que disculparte yo estaba de por medio caminado despistado. Disculpame tu a mi.—Respondio Jade.

De verdad que era hermosa esa chica. Sus dichosos ojos verdes se iluminaban al hablar.

Terminé de hacer mis necesidades para dirigirme a la mesa donde se encontraban mis padres, comimos y luego partimos.

Ya faltaba poco para llegar y se podía apreciar la hermosa naturaleza rodeada de grandes montañas y arboles.

Papá tomó otra ruta ya que el abuelo vivía retirado a unos cinco minutos de la pequeña ciudad de Aspen. Aun no me acostumbraba a vivir de esta manera y eso que ni siquiera habíamos llegado.

Levante mi vista ya que papá se detuvo. Miré por la ventanilla y se veía una casa de longitud considerablemente grande. Al parecer estábamos en un especie de sector de la pequeña ciudad de Aspen donde se encuentran muchas mas casa a su al rededor.

Se mostraba muy bien ya que contaba con lago, carretera, una cantidad enorme de abetos y alumbrado. Como un sector de cabañas modernas. Solo esperaba que tuviera conexión WiFi en alguna parte.

Mamá indico la casa. Aquí fue donde vinieron el viernes negro luego de acción de gracias cuando estaba solo en casa.

Nos dirigimos hacia la dichosa cabaña/casa. Provocando que alguien respondiera a este llamado para salir, la puerta se abrió dejando ver a una persona que no reconocí a la primera impresión.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora