Capítulo 1.

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Habían miles de posibilidades de volver a ser el mismo típico chico invisible y don nadie de siempre. Pero algo dentro de mi lo impedía, algo lo suficientemente fuerte como para elevar mi autoestima hasta las nubes. Algo llamado «Egocentrismo». Y sabía que si lo dejaba ir, yo volvería a donde comenzó mi pesadilla.

Podía tenerlo todo. Pero había algo que me faltaba y no podía describirlo, y a cada rato invadía parte de mi mente. No sabía si era cariño, o la falta de expresarme como yo quería sin fingir ser otra persona.

—Edward ¿por qué Jade no despierta?, ¿colocaste la nueva alarma en su habitación? debería estar sonando.—En fin, dile a Margarita que prepare el desayuno para el. yo iré a despertarlo.—Los panqueques le mejoran el animo y tal vez sea el momento adecuado para dárselas ya que ha estado insoportable en estos últimos días.—Dijo Caitlin, Madre de Jade.

—Tranquila cariño, ya conoces a los adolescentes, su estado de ánimo cambia en menos de cinco minutos. —No te preocupes por el desayuno, ya le diré a Margarita.—Con respecto a la alarma, fue importada desde Suecia y la instalaron muy bien.—Dijo Edward, Padre de Jade.

• • •

—Jade hijo despierta, llegar... despertaste por fin.—Dijo Caitlin luego de tocar la puerta.

—Y como no voy a estar despierto si la desgraciada alarma sonó como desquiciada y casi quedo sordo.—Bajaré a desayunar.—Exclamó Jade.

—Con esa actitud y ese genio podrías crear mil hashtags y hacer tendencia mundial.—Asintió Caitlin.

Mi actitud amargada se debía a que el día anterior tuve que pasar por una situación para nada agradable y desgarradora . Mientras caminaba en aquella tarde de un viernes camino a mi casa, me topé con mi novia muy cómoda con otro sujeto, y ni siquiera le importó verme, simplemente me miró fijo y siguió en lo suyo. Si, habíamos tenido una discusión pero esto no se justifica en lo absoluto porque yo la quería y confiaba en ella, pero nos apresuramos mucho.

—Papá ¿que pretendías? ¿dejarme sordo y aturdido? ¿o despertarme?.—Nuevamente exclamó Jade.

—Buenos días papá ¿como amaneciste?, Bien hijo gracias ¿y tu?.—Respondió Edward.

—Perdón no estoy de humor ¿ok?—Dijo Jade.

—Comete lo que preparó Margarita, de seguro podrás mejorar tu animo.—Dijo Edward

—Créeme, ni un milagro podrá con este estado de ánimo que tengo ahora mismo.— Bueno, me tengo que ir, quiero aclarar algunas cosas en la escuela ¿ya Louis está afuera?—Respondió Jade.

—Si, te está esperando.—Respondió Edward.

—Adiós hijo, te amamos. Dijeron Edward y Caitlin al unísono.

Salí de la Mansión, entre a la limusina y tomé una siesta de diez minutos.

Escuché a Louis decir: "Jade", "Jade despierta llegamos a la escuela" y Al instante desperté, tomé mi mochila y me fijé en la ventana. Estaban dos de mis amigos y unas chicas al lado de la entrada, abrí la puerta de la limusina y salí. Me preocupaba llegar tarde a clases pero tenía que actuar como si nada pasara, para no quedar como el "nerd"

—¡Jade! ¿cómo estás?.—Exclamó Chad.

—Podría estar mejor pero no tengo ganas de hablar de ese tema.—Dijo Jade.

—Está bien, hablaremos luego sobre eso.—Respondió Chad.

—¡Hola Jade!—Exclamó Natasha, Alissa y Brigitte al unísono y les correspondí con una sonrisa.

Caminamos por el pasillo hacía el salón de clases, y para empeorar mi día, nos encontramos con Ashley coqueteando con el mismo sujeto de la otra vez, pero herido y con la frente en alto seguimos e ignoramos a estos dos.

Había llegado seis minutos tarde, pero por suerte la Profesora Margaret no había llegado. Tomé haciendo en la tercera silla y me tocó compartir ciencias con una chica cuyo nombre había olvidado. En eso la maestra llega pero yo estaba totalmente concentrado en mi celular que ni noté que estaba enfrente de mí hablando.

—Buenos días clase.—Saludó la maestra a todos dejando su bolso en el escritorio.—Por favor abran la pagina 226 del libro de ciencias. Hoy empezaremos un nuevo tema llamado "El organismo de las aves" del cual estoy muy emocionada por enseñarles.—Debajo de casa asiento está una Paloma congelada en una caja.—Pónganse los guantes y sáquenla cuidadosamente, tomen el cortador y luego procedan a abrirla por la mitad de su cuerpo.—Para eso los asigné en parejas.—Si tienen alguna pregunta o duda pueden decirme o ir hasta me escritorio. De todas maneras estaré pasando por casa asiento para ver que tal les va identificando cada órgano.—Sin más que decir, ya pueden comenzar.—Dijo la Profesora Margaret.

• • •

—¡Elizabeth! ¿puedes colocar la paloma devuelta al contenedor?, ¡Cortaste por donde no era y ahora está sangrando!—Gritó eufórico Jade.

—Está bien Jade, no te preocupes por eso, a la final recogeremos todo.—Dijo la maestra al escuchar el grito de Jade.

—¡Por enésima vez! ¡que no me llamo Elizabeth!, ¡es Katherine!—Y por si no te diste cuenta, todos aquí estamos aprendiendo, porque para eso es la clase.—Exclamo Esta.

• • •

Después de horas y horas en la escuela volví a casa agotado, pero papá y mamá no estaban. Tomé una ducha, cambié mi atuendo y salí a caminar y escuchar música. Después de caminar por todo Central Park volví a casa.

Mis padres estaban en su habitación y al parecer ya habían cenado así que fui a la cocina y estaba Margarita. Le pedí que llamara para pedir una pizza y a los diez minutos llegó. Como el hambre que tenía era infernal, no dejé pizza para más nadie. Al terminar, volví a mi habitación para irme a dormir, pero me puse a pensar en todo lo que había pasado en los últimos días. Estaba totalmente dolido por ver a mi exnovia con otra persona y que me engañara de esa manera, pero si ella siguió con su vida después de la discusión, yo también tenía que hacerlo sin importar cuan doloroso fuese. Yo podía con eso, había pasado por cosas peores y eso no detendría mi vida.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora