Capítulo 44.

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Ya me había acostumbrado a la suave, delicada y fría brisa de la mañana. Se sentía como si ni un pensamiento de frustración pasaran por mi mente. Podía quedarle ahí mirando por la ventana todo el día, pero hay varias cosas que hacer antes de encontrarme con mis antiguos compañeros.

Sin darme cuenta también me había encariñado mucho con James. Él era como la fría brisa de Aspen, frío, calculador, pero sin darte cuenta abre su corazón a ti y te sientes como si no necesitaras a nadie más ya que lograste que alguien te quiera sin tener que pasar tanto tiempo juntos.

El fin de semana había llegado y aún pensaba lo que haría. No sabía si despertar o seguir durmiendo pero por mas que intentaba, no lograba dormir.

Quería ir afuera y observar el hermoso clima lluvioso, pero William bloqueaba la puerta de mi habitación ya que estaba durmiendo y la ventana se había trabado.

Me veía indignado pero no me quedaba de otra que interrumpir el sueño de éste.

—¿Qué demonios?—Dijo William somnoliento.

—Hazte a un lado.

—Pero al menos puedes ser mas amable.—Respondió William para luego moverse.

—Eso fue lo suficientemente amable.—Dijo Jade sarcásticamente.

Salí de mi habitación y me dirigí al comedor para fijarme si alguien estaba despierto, pero solo estaba James quien se veía muy irritado.

—¿Buenos Días?—Dijo Jade sonando mas como una pregunta.

—Vayanse al demonio.

—Que buena manera de tratar a un hermano.

—Perdóname Jade, es que casi no dormí nada.

—Entonces, ¿por qué no vas a dormir?

—Ese es el problema, no puedo.

—Me pasa lo mismo.

—¿Y el vecino? ¿Donde está durmiendo?

—En mi habitación, cambiando de tema, hoy vendrá el Tío Ethan o eso creo ya que es el fin de semana, y vendrán nuestros primos.

—Me alegra, pero hoy no estaré en casa, saldré con Amanda.

—Todo va muy rápido, ¿no?

—¿A qué te refieres Jade?

—Ayer los vi y pude notar el amor que transmitían, como se conectaban el uno al otro y si sigue así en poco tiempo supongo que te casarás.

—¡Vaya! No había pensado en eso. Pues ella es muy especial y no veo a otra en mi vida, pero apenas llevamos muy poco tiempo como para una boda.

—Si, perdoname solo son cosas que absurdas que llegan a mi mente.

—Claro que no, solo fue tu opinión. Y ¿Qué quieres para desayunar?

—Por eso no te preocupes, cualquier cosa que sea apetecible.

—¿Verduras?

—Claro que no.—Dijo Jade haciendo una mueca.

—¿Hotcakes?

—Delicioso, pero no.

—¿Frutas?

—Exacto.

—Nunca había conocido el Jade a dieta

Luego de decirme esto, él empezó a preparar lo que sería mi desayuno. El abuelo y la abuela se habían tomado el día libre y por eso James preparaba la comida.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora