Atrévete a Cambiar.

Capítulo 31

Narra Jade.

La gente cambia.
Las cosas cambian.
La vida cambia.
El mundo cambia.
El universo completo cambia.
Hasta el destino puede cambiar dependiendo de nosotros.
Es algo inevitable.

Veía todo de una forma mas fácil. Mas accesible, en resumen, mas simple. Preferí enfrentar mis problemas de la forma incorrecta.

No supe manejar mi egoísmo y mi egocentrismo. No supe valorar a las personas correctas y les di importancia a las incorrectas, todo para ganar su aprobación.

Visité lugares maravilloso, conocí gente, Tuve varios romances, dominé las redes sociales, fui millonario, era popular. Todos querían a ese Jade, al Jade sin defectos, el perfecto, al Jade que sabía todo. Pero nadie recordaba ni quería al Jade inteligente, el Jade pasivo, a ese que jamas le importo la opinión de los demás para construir su vida.

No necesitó insultar a gente por vía redes sociales y tener la casa y un coche mas nuevos o mas lujosos. Nadie sabia la existencia de ese Jade.

Ese Jade que mantuvo dos amistades maravillosas durante diez años. Ese Jade que reía todos los días a pesar de su acoso. Ese Jade con sentimientos únicos y con muchas cualidades y valores.

Nadie conocí a ese Jade. Nadie conoció esa parte de mi tan especial.

• • •

Mis pesadillas eran terribles y no pude recordar en absoluto lo que me había pasado. No tenía idea que hacía aquí. Mi mente no permitía el movimiento articular, ni un acto reflejo.

Seguía paralítico, mis ojos no podían abrirse mis cuerdas vocales seguían débiles y el resto de mis extremidades inmóviles.

Solo podía pensar, y dialogar por mi mismo mientras me encontraba en una habitación a oscuras sin nadie, en una cama y con varias inyecciones en mi piel. Todo mi cuerpo dolía y dolía pero yo aun seguí sin mover ningún gesto de mi cara.

Mis ojos solo parpadeaban con dificultad y se cerraban con facilidad. Lo que más quería era gritar pero mi sistema nervioso no respondía. Este podría ser el principio de un trágico final.

Un final posiblemente no muy feliz.

Pasaron horas y aun seguía igual. Mis ojos no respondían pero pude notar la luz que llegaba a la capa de piel de estos. Solo mi sistema auditivo funcionaba mientras que el resto de mi cuerpo Ardía y dolía contastemente

Quería gritar y escapar por mi dolor, era fuerte y al parecer había tenido hemorragia interna ya que todo me dolía en absoluto. Yo solo estaba acostado en esa cama que parecia de hospital sin poder utilizar el sistema oseo (los huesos).

La luz que se notaba en la piel del borde de mis ojos volvía y está vez era intensa. Para después volver a quedar profundamente dormido.

Narrador omnisciente.

Los ojos de Edward y Caitlin brillaban de felicidad, quedaron totalmente sorprendidos al leer lo que esta decía y no paraban de abrazarse entre si, solo se notaba entre ellos felicidad y de esto salieron cantidad de lagrimas.

Puesto que esta decía que Jade estaría fuera de peligro pero que las posibilidades eran de una en un millón.

En unas horas éste sería enviado a rehabilitación.

• • •

Tres Semanas después

Jade ya había despertado de su coma. Su sistema nervioso ya estaba progresando, pero aún seguía recostado en la cama de ese hospital.

Ya podía hablar, ya podía expresarse, y en unos días volvería a su hogar. Obviamente en tratamiento y cuidados intensivos, también llevaría silla rodante. Ya que sus huesos y articulaciones seguían débiles.

Jade estaba demasiado triste. Dos meses en ese hospital y las cosas cambiaron descontroladamente. El no sabía nada de la vida de sus amigos, como estaban, y que hacían.

Edward se encargó de decirle como pasó todo esto.

Pocos días después.

Jade por primera vez desde su coma, respiró aire libre. Pudo observar y sentir el clima y el viento en su cara, su estado de animo no era alto pero no se sentía mal, era extraño describirlo.

Cuidadosamente lo subieron al auto y se dirigieron a Aspen.

En esos meses Caitlin y Edward no Trabajaron pero a partir de la próxima semana trabajarían. Ya que en los días que venían cuidarían de Jade, y en los otros, Arnold y Rubí estarían muy pendientes de el.

James no dejaba de abrazar a Jade y contarle todo de la manera mas ligera lo que había pasado con sus amigos.

Jade no pudo evitar entristecer por esto pero lo que menos quería era eso y para olvidar todo pidió disculpas a sus padres ya que según el todo esto era su culpa, el quería resolver varias cosas ahora que había vuelto pero no lo podía hacer desde una silla de ruedas.

Llegaron a casa y mientras Ethan, Edward y Arnold bajaban a Jade del auto, a lo lejos se acercaban Erik y Hazel tomados de la mano platicando. Los ojos de Hazel se iluminaron y se llenaron de sentimientos al ver a una persona quien pensaba desaparecida.

Las miradas de Jade y Hazel se cruzaron, y se miraron fijamente. Jade giró su vista hacia adelante para adentrase a la casa. Liam decía a Jade que muy pronto volverían sus bromas y Jade no puedo evitar reírse y eso era una de las cosas que le hacía falta.

Él volvió a la cama pero está ves era de su habitación. Solo quería relajarse y pensar, y escribir con las pocas fuerzas de sus manos, un poco en su diario.

Hazel estába en su casa totalmente sorprendida por ver a Jade. Ya que lo extrañaba mucho, y esa mirada la volvió totalmente loca de dudas. Ella quería visitarlo ya que era su amigo y preguntarle que le pasó, pero tomó la decisión de ir con su hermano otro día.

Mientras que él, platicaba con su familia sobre esos oscuros y largos meses.

En unas semanas sería su graduación y el estaba entusiasmado por eso.

Ya había oscurecido y Jade Avanzó hasta su habitación con la ayuda de Patrick y Caroline quienes se quedarían en la casa de los abuelos junto con sus padres.

Jade volvió nuevamente a su cama y ésta vez era para dormir. Su pensamiento mas relevante fue el ver a Hazel con el chico de su Fiesta (Erik) y eso retumbaba en su mente y plantaba dudas. También se preguntó sobre la vida de William Marshall y de sus amigos de la ciudad.

Jade quería saber demasiadas cosas pero necesitaba despejar su mente primero. Su teléfono no paraba de sonar pero Jade no quería hablar con nadie en esos momentos.