Capítulo 47.

80 5 3
                                    

Los días parecían arena en el viento, ya que iban muy rápidos, tanto así que ya hacia siete días que ni veía a Hazel, porque estaba ocupada.

Mi mente no dependía de otra que no fuese la graduación, que era en dos días. Pero mi pregunta interior no me dejaba tranquilo; ¿Qué pasará después del verano?

Ya sabía que me graduaría pero algo dentro de mi insistía en que había más por lo que debía recordar.

No sabía cómo me iban a recibir en la ciudad, aunque sólo fuesen tres días quería demostrar que si puedo pedir disculpas y que pueden confiar nuevamente en mi.

Después de eso no volvería más, a menos de que fuesen vacaciones, ya que mi única familia estaba en Aspen.

Hace unos días me había dignado a escribir en mi diario. Ocupé seis páginas de todo el contenido escrito allí, dejando pocas hojas restantes para culminarlo y que mis sentimientos dejaran de ser como piedra.

Antes recibía elogios, recibía regalos pero no era lo que buscaba para tapar el gran hoyo en mi corazón.

Parecía que el Otoño tocara mi puerta y que lo dejara pasar sin más ni más, cuando estábamos en pleno verano. A veces hay personas que te cambian la vida, o algo que de un día a otro te hace sentir mejor. Pero nada es para siempre y cuando esa persona u objeto no estén, volverás por donde comenzaste. Cuando la idea está en que tú mismo cambies tu vida.

Mis padres no dejaban de dar rodeos, además de estar estresados por vender la casa, por comprar incontables maletas para traer lo que había quedado en Nueva York, y pedir unos días libres en el trabajo. Yo había dejado algo más importante, mi corazón, que estaba en mis amigos.

Veía como William Marshall saltaban de alegría al recibir la noticia que mi habitación sería suya durante tres días.

Y Liam saltaba también pero solo era para unirse a el por estupidez o por querer bromear.

Mientras que yo por otra parte sentía como todo se revolvía dentro de mi.

Luego de observar como estos dos dejaran de "divertirse" recibí un mensaje de Hazel donde escribía que lamentaba el hecho de estar ocupada y que iría a visitarme y a darme un abrazo y centenares de besos cuando se desocupara mañana.

Eso me hizo decepcionar mucho de ella, ya que cuando tuviera tiempo vendría a «Abrazarme» o a darme «centenares de besos». Además me entristecía el hecho de no poder estar con ella ya que se cumpliría una semana de nuestra relación, y aunque no fuese mucho, para mi lo era todo.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora