Estaba totalmente dormido recostado sobre mi cama. Olvide cerrar el ventanal de la habitación por lo cual sentía escalofríos al dormir. Me retorcía y me retorcía tratando conseguir una posición adecuada para no despertar como tal jorobado.
Esto me hacia sentir totalmente incomodo y no tardé ni un segundo en despertar. Tenía paginas dañadas de cuyo libro estaba leyendo, me hizo sentir sentimental ya que era la única cosa con la que me distraía además de mi teléfono. Tomé mi teléfono para ver a que horas de la noche había despertado, 04:28 A.M.
Me sentía muy orgulloso de ser el único adolescente del mundo que despertara a esa hora. No era raro. Ni era normal. Pero disfrutar el día entero era lo que necesitaba.
Me dirigí hacia el baño totalmente confundido para lavar mi cara, cepillar mis dientes y todo eso que hacemos al despertarnos. Me sentí mas despierto y aliviado luego de terminar de hacer todo esto.
Decidí quitar la cerradura de mi puerta para dirigirme hacia la sala donde obviamente no estaba nadie ya que todos estaban durmiendo.
No sabía que hacer por lo cual decidí volver a mi habitación para tratar de arreglar el libro que yo mismo aplasté. Por un momento había olvidado que una persona que conocí hace poco estaba de cumpleaños. Lastima que no tenía su numero telefónico para escribirle.
Me había adentrado en las redes sociales pero parecía que eso esó me había distraído y atrasado más.
Unas horas después. Terminé de usar mi teléfono y me dirigí hacia la cocina donde se encontraban todos. Mis padres me estaban ignorando y no los culpo ya que yo hice lo mismo pero ellos se fueron sin darme un explicación, solo me escribieron una estúpida nota
—Buenos Días.—Dijo Jade.
Mis padres al igual que mis abuelos se limitaron a hablar. Sentía tanto rencor dentro de mi que no dude ni un minuto en salir de la casa sin importar no haber desayunado. Pero mi padre me detuvo algo feliz y molesto a la vez.
—Queremos que veas a alguien.—Dijo Edward.
Yo asentí extrañado y le seguí el paso. Este junto con mi madre me y mis abuelos me apuntaban el lugar de una habitación de las muchas de esta casa.
Yo los miré extraño y me adentre a dicha habitación. Se encontraba totalmente vacía, con la televisor encendió y el ventanal abierto. No paraba de observar el lugar y pensar extrañamente por que mis padres me trajeron hasta aquí.
Yo traba de pensar sobre lo que ellos querían que viera pero las preguntas eran muy fuertes y las respuestas escasas.
—¿Jade?—Preguntó una voz masculina en la habitación.
Giré lentamente para ver quien era esta persona. Pero no lo reconocí y ni siquiera sabía quien era. Pero lo más extraño era la Razón de que mis padres me trajeran.
—Disculpa, ¿quien eres?.—Respondió Jade.
—De verdad que tu mente es bien lenta.—Dijo este.
—¿Perdón? ¿Quien te crees que eres como para hablarme así?—Respondió Jade.
—Lo suficientemente mayor como para hacerlo.—Dijo este.
—No me importa que edad digas tu tener, ¿Que haces aquí y quien eres?—Preguntó Jade.
—La pregunta es ¿que haces tu aquí?.—Dijo este.
—Responde de una maldita vez.—Exclamó Jade.
—Jade, soy James. Tu hermano.—Dijo Este.
Yo no podía creer que este idiota era mi hermano. Y no tenía ni idea de que hacia aquí. Mis padres se acercaron para abrazarlo pero yo aun seguía sin palabras.
—Jade, ayer tu hermano se encontraba en Aspen para conseguir un empleo en el mismo hotel donde yo trabajaré. El Administrador ordenaba el apellido por orden alfabético cuando vio la coincidencia del nuestro, tu hermano al ver esto no tardo en contactarme al ver el numeró telefónico anotado en este. Y así fue como llegó hasta aquí.—Dijo Caitlin.
Estaba tan feliz que por poco empezaba a llorar como un niño. Quería correr a abrazarlo casi me pongo sentimental. Siempre quise un hermano, alguien que me ayudase en mis bajas y mis altas, pero el no merece ser llamado así.
—¿Sabes cuantas veces mis padres estuvieron en momentos muy dolorosos gracias a ti? Sin saber por que estaban tan mal y no poder ayudarlos. Solo por tenerme envidia. A mis padres los podrás convencer ya que están desesperado por el regreso de su primer hijo, pero conmigo no cuentes. Mejor dicho, jamas en mi vida te perdonare por hacernos eso. Y ni te dignes en hablarme—Respondió Jade.
La sonrisa se esfumó de todos al oírme decir esto. Me fui de ese lugar para dirigirme al exterior. Estaba totalmente frustrado, mis padres solo lo traen a casa y se olvidan de tu otro hijo.
Mientras caminaba sin rumbo alguno, me sumergía en mis pensamiento haciendo que me tropezase con una persona.
—Deberías fijarte por donde caminas, esto ya se esta haciendo costumbre.—Dijo esta en el suelo.
Estando en el suelo se me hizo familiar esto y pude ver a la persona con la que me tropecé.
—Perdóname es que no estoy de buenas.—Respondió Jade a unos centímetros de Hazel.
—Entiendo.—Dijo esta sintiendo como se cruzaban sus respiraciones.
Me levanté y en esa ayudé a Hazel a que hiciera lo mismo.
—Perdón por ese mal momento. ¡Feliz cumpleaños pequeña rubia!—Respondió Jade abrazando y besando en la mejilla a esta.
—Gracias “persona que no sabe por donde camina”-Dijo Hazel correspondiéndole con el abrazo.
—Tengo que volver pero te veo al rato en tu casa, aun sigo sin superar que eres mayor que yo por varios meses.—Respondió Jade.
Giré y me dirigí a casa pero voltee y corrí para abrazar nuevamente a Hazel. Ella estaba incomoda y a la vez feliz, esta me miró fija y tiernamente y me susuró al oído.
—Eres dulcemente tonto.—Dijo esta susurrando con una sonrisa para luego marcharse.
Esto me alegro mi mañana. Por un momento pensé en volver a casa pero no quería entristecer y volverme a enojar. Necesitaba pensar las cosas, necesitaba aceptar a mi hermano, pero no así de fácil. Necesitaba tiempo, ya que durante el paso de los años me hacia la ilusión de un hermano pero este no merece estar con nosotros.
Nos lastimó mucho y eso nunca se lo perdonaría. Me dirigí al muelle del lago para luego recostarme y apreciar el nublado cielo azul.
Empecé a recordar toda mi vida. Todos mis buenos momento. Todos mis malos momentos. Mis amigos, esos que nunca me fallaron, al contrario, yo les fallé a ellos. Mi perfecta vida o como yo lo creía. Todo se echo a perder y gracias a mi.
Luego de pensar y sumergirme en mis pensamientos, me dirigí a casa para desayunar ya que lo había olvidado. Pero también para pedirle una disculpa a mis padres por como actúe.
Me adentré en casa y mis padres me miraban algo furiosos.
—Supimos sobre la fiesta que dará Hazel y también de que piensas ir.—Dijó Edward.
—¿Si?—Respondió Jade.
—Pues no te hagas ilusiones, por que no iras. Estas castigado y no queremos discutir sobre eso, sube a tu habitación y no salgas hasta cenar—Dijo Caitlin enojada.
Justo cuando pensaba en pedir una disculpa.
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Atrévete a Cambiar.
Dla nastolatków"Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambiar." JuannCasanova © Prohibida la copia o adaptación.