Capítulo 17.

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Alguien de aspecto mayor se encontraba en el marco de la puerta. Se acercó a saludar a mis padres con un largo abrazo, al parecer no me reconoció.

Este preguntó por “Jade” y lo que no sabía es que lo tenía en frente. Mama aclaró que a quien buscaba estaba frente de sus narices. Se quedo atónito por los cambios que resaltaban en mi. Aunque yo tampoco lo reconocí en un principio.

Papá me susurró al oído que esta persona era mi abuelo. Se acercó a mi para darme un inesperado abrazo, yo le seguí igual.

Nos brindo sus estancia ya que dicha casa/cabaña tenía mayoría de habitaciones. Nos dirigimos al interior para observar el agradable y moderno ambiente de la casa. De verdad que era hermosa, no sé como la pudieron obtener mis abuelos. Se mostraba bien aunque no sé si me acostumbraría.

No sólo se encontraba mi abuelo, unos niños ha de verse adolescentes como de mi edad salieron de unas de las respectivas habitaciones para mirarme extraño haciendo que el momento se pusiese mas incomodo. Volteé la mirada a mis padres que no paraban platicar con el abuelo.

Mi teléfono estaba apunto de morir y necesitaba un cargador urgentemente. Revisé mis pertenencias y lo pude encontrar. Papá señalo donde sería mi habitación, me acerqué abriendo la puerta lentamente donde se encontraban dichos chicos husmeando u ordenando.

Me detuve para escuchar lo que estos decían.

—¿Viste a nuestro primo Jade? No se si lo pueda recordar pero tenía fotografías de el cuando tan solo yo tenía cuatro años. Ahora se nota como todo un citadino, debe ser uno de esos típicos egocéntricos de la ciudad.—Dijo uno de ellos.

Para detener la conversación, toqué la puerta varías veces y luego me adentré a la habitación para hací dejar ver a éstos.

—Hola, soy Patrick y soy tu primo.—Intervino este quien escuché hablar en la puerta.

—Yo soy Liam, también tu primo y tenemos la misma edad.—Dijo este.

—Soy Jade y me alegra pero por favor ¿se pueden retirar?—Respondió Jade.

Éstos no se tomaron lo que dije muy bien, al parecer no les agradé y se retiraron.

Buscaba y buscaba un dichoso tomador para introducir el cargador hasta que lo hallé y no tardé en ensamblarlo. El abuelo me llamaba para ver a alguien quien me esperaba y así mismo ir a almorzar.

Todos se encontraban en el patio trasero ya que estaba la mesa parecida a la ciertos picnics.

Me quedé trabado aun dentro de la casa ya que la puerta no abría y lo que no sabia era que este era un ventanal corredizo que se mostraba muy bien. Logré abrirla e ir al exterior donde había un poco de frío debido a la brisa que pasaba rápida y relajadamente.

Tomé asiento en la mesa donde se encontraban mis primos, mis padres y el abuelo. Otra persona al igual de aspecto mayor me abrazó posando sobre mi cara besos que esta me daba por lo cuál entendí a esta persona como mi abuela.

—¿Y como les fue el viaje hasta acá?—Dijo el abuelo antes de masticar la comida.

—Bueno no fue tan mal como creíamos. Partimos a las seis para llevar a Jade hacía la escuela y que buscará sus cosas. Luego nos dirigimos hacia el aeropuerto para llegar aquí. De verdad que me gusto el transcurso de Denver a Aspen.—Dijo Edward.

—¿Como esta mi nieto Jade? que al parecer no habla mucho.—Respondió este.

—Estoy bien, esto es repentino para mi pero estoy bien abuelo. Aun no recuerdo tu nombre y no quiero ser el nieto extraño que no sabe el nombre de su abuelo.—Dijo Jade.

—Arnold, mi nombres es Arnold hijo.—Respondio este.

—Y el mio es Rubí cielo pero dime Abue.—Dijo esta.

Luego de terminar de comer, los demás recogieron las cosas sobre la mesa. Yo observaba el exterior ya que era agradable ver los abetos y las montañas al igual que el frío que pasaba rápidamente.

El primo Liam de acerco a mi para decirme que viniera adentro que al parecer iba a lloviznar

—Perdón por ser tan irritante.—Dijo Jade.

—No hay de que, vamos.—Respondio Liam.

Nos adentramos a la casa. Me dirigí hacía mi habitación para tomar mi teléfono.

[...]

Luego de ducharme y todo eso me fije en la hora. 7:34 PM. Mis padres se encontraban en su habitación ordenando algunas de sus cosas. Al igual que el abuelo y la abuela en su habitación.

Mis primos me invitaron a su habitación para charlar un rato. Estos hablaban de mis tíos, osea, de sus padres que llegarían mañana junto con su  hermana de unas cuestiones de trabajo y se irían a sus respectivo hogar. Pasamos todo ese pequeño momento hablando sobre mi y de mi supuesto hermanó.

Ya era un poco tarde así que volví a mi habitación para tomar una larga y relajante siesta.

Atrévete a Cambiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora