Adam
No podía creer lo que veían mis ojos, no podía creer que allí frente a mi estuviera Jeff.
El mismo Jeff que conocía, parecía más maduro. Un poco más relajado, pero cansado. Su cabello castaño claro desordenado como si hubiera tenido un día agitado, también estaba más largo de lo que recordaba, y sus ojos avellana miraban hacia mí y al parque con obvia ansiedad.
Me di cuenta de que no había dicho nada en todo este tiempo, eso hacía el momento muy incómodo. Pero necesitaba tiempo para reponerme de la sorpresa de este reencuentro. El que alguien de mi pasado estuviera frente a mi me sacudió más de lo que esperaba.
— Si, cuanto tiempo. — Respondí sin poder evitar el dolor en mi voz.
El mismo Jeff que creí un amigo y me abandonó como si nuestra amistad, como si 6 años de amistad y convivencia, no significarán nada.
—Yo... — La voz de Jeff seguía siendo extraña, ligeramente estrangulada, como cuando me escondía algo, como el día que derramó café en mi informe, o él día que quemó el microondas—. Me sorprende que aún vivas aquí. — Hizo un intento de sonrisa, pero salió demasiado tensa.
— Bueno, si... no tenía por qué moverme, tengo espacio de sobra. — No pude evitar la amargura en mi voz.
— Oh — Jeff bajó la mirada—. Bueno... un gusto verte de nuevo, necesito... uh... ¿Puedes levantarme la lata? Por favor—Movió los hombros, con cuidado de no botar otra lata.
Mire las latas sin entendiera bien como tantas caían en sus brazos. Hasta que me fije que tenía la camiseta levemente levantada, mostrando un poco su abdomen. Aleje rápidamente la mirada. Confundido y algo avergonzado por fijarme en eso.
Me incline a levantar la lata, pero no la devolví. Le quite unas cuentas de los brazos, Jeff intentó quejarse, pero no se movió bruscamente para no. botar más. Aproveche eso para quitarle tantas como pude.
— Te ayudo, ¿Dónde ibas?
— ¡No! No es necesario, puedo solo.
Suspiré, el mismo Jeff que siempre intenta solucionar todo solo. Aunque fuera algo imposible no deja que le ayudarán. Había que insistir mucho para lograr que confiará en ti. Yo lo había logrado, o eso creía en ese tiempo. Ahora no lo sabía, tal vez nunca me gané su confianza.
— Jeff, vas a tardar una eternidad si sigues persiguiendo latas, déjame ayudarte— Y le di esa mirada de no reclames y Jeff hizo una mueca, supongo que recordaba esa mirada. No reclamó más.
No pude evitar sentirme feliz de que esa mirada aún funcionara.
— Bien, bien...pero...solo hasta la entrada, iba a la plaza—Movió su cabeza, indicando el lugar.
— Bien— Quería preguntar porque rayos iba a una plaza donde solo se juntaban niños, pero no quería llenarlo de preguntas.
— Así que...sigues viviendo en tu mismo apartamento— Susurró Jeff intentando establecer una conversación.
— Si, solo— No sé porque añadí eso, pero lo hice.
— Lamento haberme ido así, era...era una emergencia, necesitaba irme.
— ¿Qué tipo de emergencia?
Jeff miró a los lados, y tensó la mandíbula y supe que dijera lo que dijera, iba a ser una mentira.
— Mi.... mamá me necesitaba.
— Claro...— No pude evitar un suspiro—. Viví 6 años contigo Jeff, no intentes mentirme.
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Cuando hay una familia [Terminada]
Romance"- Está embarazado, felicidades- Anunció el doctor con una gran sonrisa. En mis veinticinco años de vida nunca hubiera creído que tres palabras fueran a ser suficiente para derrumbar mi mundo entero" Luego de huir por cuatro años, Jeff vuelve a reen...