Cuando hay una familia [Terminada]

Extras (4)

Adam

Pasado: Cambio

Jeff llegó a mi vida siendo mi compañero de cuarto, y rápida e inesperadamente, se transformó en mi amigo. Se convirtió en una presencia constante y sólida en mi vida, llegué a un punto en que no imaginaba un futuro sin estar con él. Al conocerlo, al compartir tiempo con él, sólo sabía que era compatible en mi vida, que podíamos adaptarnos y apoyarnos por todo el tiempo que viviéramos.

Pero Jeff se fue.

Dormí con él, las cosas se hicieron confusas y de repente, antes de poder aclarar cualquier cosa, simplemente ya no estaba. Ni en el departamento ni en mi vida. Solo desapareció.

Estuve molesto, y mentiría si dijera que no estuve triste, tal vez también algo decepcionado.

Jeff no había confiado en mí para pedir ayuda para lo que sea que se hubiera ido.

Se había ido sin dejar ni una forma de contactarlo, no le importaba seguir en contacto conmigo, como si los años que vivimos juntos no valieran nada.

Dolió, pensé que tal vez era el único que lo había considerado un amigo, a un amigo no lo dejas de repente con una nota y no lo contactas por años.

Me culpé de no haber hablado bien con él sobre lo que había pasado entre nosotros, me decepcioné de mi mismo por no haber sido valiente.

Hubo un tiempo en que intenté buscarlo, pero me arrepentí porque Jeff parecía no querer tenerme en su vida, y no podía, ni quería, insistir estar en la vida de alguien que no me quería en ella.

Al final solo quedó adaptarse, volver a mis rutinas antes de tener un compañero de departamento. Extrañamente fue difícil.

Habían sido seis años de costumbres que había que echar por la ventana.

Ya nadie me despertaba los días que entraba tarde. Ni debía despertar a nadie cuando tenía reuniones temprano. ¿Cuántas veces no caminé adormilado a su cuarto pensando en tocar su puerta y decir "Arriba, Jeff, tienes clases temprano hoy" solo para detenerme con la mano en su puerta?

Ya no había alguien cocinando para mí en la cocina, o intentándolo. Tampoco había risas ni caras divertidas al probar mis intentos fallidos de comida, ni regaños por no comer saludable. A veces simplemente se me iba el apetito y hubo varios días en que no entré a la cocina.

No tenía que leer libros extraños de temas que ni me interesaban para explicarle a alguien más, no había informes para revisar en la repisa, ni muchos libros desparramados por la sala. Ahora estaba ordenada como me gustaba, pero se sentía vacía y fría.

Muchas cosas ya no estaban allí. Muchas cosas cambiaron. Vivir con alguien parece difícil, pero si te adaptas es increíblemente cómodo, me costó más adaptarme a volver a vivir solo que a vivir con él.

Garry sugirió buscar un nuevo compañero, de alguna forma creo que él era el primer candidato. Pero aunque era extraño vivir solo de nuevo, no quería a alguien más en mi departamento, tenía miedo de adaptarme y ser abandonado de nuevo, peor aún, simplemente no adaptarme a alguien más, porque en el fondo sabía que si me había adaptado tan fácil a vivir con alguien era solo porque ese alguien fue Jeff, incluso si no podía explicarlo en ese momento, lo sabía. Así que deseche esa idea rápidamente y el tema murió con el tiempo.

Volví a la rutina de vivir solo, no fue fácil, pero tampoco imposible. Uno se adapta, pero nada nunca es igual. A veces aún miraba mi teléfono y correo con la leve esperanza de un intento de contacto de su parte. A veces creía verlo en la calle y corría solo para decepcionarme al ver que no era él realmente. A veces despertaba pensando que estaba allí durmiendo en su cuarto o intentando algo en la cocina. Y a veces, solo a veces, tenía extraños sueños con Jeff en mi mente. Al final uno se termina acostumbrando, ignorando esa parte que se siente vacía en tu interior.