Extras (1)

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Eve

Adopción

Para una persona que siempre ha soñado con tener un hijo propio, saber que no podrá tenerlo nunca es desgarrador.

Embarazarme y tener un hijo era lo único que soñaba, era lo que miles de personas sin saber o querer lograban, y yo no podía. A veces maldecía y odiaba a las personas que eligen abortar y dar en adopción, pero luego me daba cuenta que estaba imponiendo mi deseo y eso me hacía sentir peor.

La injusticia de mi cuerpo, y la envidia por otras familias y personas me comía por dentro. Era propensa a caer en crisis depresivas desde joven y Néstor lo sabía e intentaba animarme:

Me hablaba de adopciones, pero yo me negaba a no tener un hijo propio.

Me decía que a él no le importaría tener a nuestro hijo, siendo una pareja heterosexual necesitaríamos ayuda de la medicina para fertilizarlo, pero era posible, pero también sabía que ese no era su sueño, que él nunca deseó ser padre de esa manera y aunque pensé un tiempo en esa opción tampoco era lo que quería.

Probamos en diferentes clínicas, incluso extranjeras, para poder embarazarme, desde los conocidos hasta los más nuevos tratamientos de reproducción asistida, pero fue inútil.

Fue después de varios meses que logré aceptar ese hecho, dolía, pero no quedaba más que aceptar la realidad, no sería madre. Y fue luego de aceptar eso que encontré el conjunto de videos de Néstor. Guardados desde hace varios meses hasta ahora, diferentes testimonios y videos que invitan a adoptar, eran videos honestos y hermosos, no todos los casos salían bien, pero todos estaban conformes con algo: Habían obtenido la familia que deseaban y más allá de eso, habían dado una familia a un niño/a que había perdido o nunca tuvo la suya. Me hicieron reflexionar ¿Por qué nuestro hijos debía ser de nuestra sangre? ¿Qué tanto poder había ella? ¿Que tanto beneficio le daría a ese bebé? Sinceramente, mis problemas depresivos y otros problemas mentales familiares me habían dejado más que claro que yo sería propensa a tenerlos en el futuro ¿Y aún así quería a un hijo con mi sangre en sus venas? Parecía egoísta, ahora que lo pensaba, era egoísta. Buscando descubrí a cientos (sólo en esta ciudad) de niños esperando un hogar, descubrí a decenas de jóvenes decir que jamás tuvieron familia, pues crecieron en orfanatos porque ninguna familia los adoptó, porque al parecer, es cosa humana ser egoístas y preferir tu sangre, incluso si no es sana, sobre dar una oportunidad a un niño desconocido.

Esa misma noche le dije a Néstor que quería ir a ver un orfanato, quería ver si verlos despertaba un instinto maternal en mí. No ignore como Néstor se alegró, si algo me había quedado claro de ver esa lista, es que él nunca tuvo un problema en adoptar, que él tenía un corazón grande y estaba dispuesto a criar a un niño/a desconocido como suyo desde siempre.

Hacer el proceso no sería difícil, estábamos casados, teníamos casa propia, y ambos teníamos buenos trabajos y estabilidad económica. Intentaba no pensar en cómo nosotros, que teníamos todo para dar no podíamos tener hijos, mientras otras personas los tenía despreocupadamente y los hacía pasar frío y hambre, porque volvía a pensar en mi egoísmos, en cómo por todo ese tiempo tener un hijo propio era más importante que ver esos casos, que intentar ayudar a esas familias o niños.

Visitamos el centro dos veces antes de elegir. La primera vez que fuimos fue solo un intento. Vimos a niños felices y otros tristes, daban ganas de ayudar a todos, pero ninguno despertaba el instinto maternal en mí, ese instinto de querer cuidarlo, protegerlo y quererlo como mío. Pasamos desde los más jóvenes a los bebés, escuché todo tipo de historias, pero no me decidí por ninguno. La segunda vez Néstor me llamó para que fuera al mismo orfanato.

Cuando hay una familia [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora