Capítulo 35

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Jeff

La primera vez que desperté fue con el sonido de una puerta cerrándose, pero estaba demasiado cansado como para abrir los ojos. Rápidamente comencé a dormirme de nuevo. Giré para buscar una nueva postura cómoda y mi último pensamiento fue que me dolían zonas extrañas. No recordaba que algunas zonas como esas podían doler.

La segunda vez que desperté fue por el aroma a café y pan tostado.

Hice trabajar mi mente ¿Era un día especial y lo olvide? A mamá le gustaba despertar los días especiales con desayunos a la cama: cumpleaños, santos, graduaciones y cosas por el estilo ¿Había olvidado algo? Las notificaciones del celular me habían salvado los últimos años de olvidar las cosas importantes, bueno, todo falla alguna vez…

Y recordé.

Mi mente se detuvo unos segundos recordando la noche pasada, la actividad de la noche pasada. Los labios y  manos de Adam sobre mi piel, su cuerpo desnudo, la sensación de dolor pasando a placer mientras rozaban un punto dentro de mí, mis inhibiciones desapareciendo a causa de ese placer, la extraña sensación de que todo era demasiado y a la vez no suficiente.

Abrí los ojos y me senté tan rápido que me mareé y mi cuerpo se tensó de dolor.

— Ay.

Cuando logré enfocarme bien, luego del mareo por sentarme tan rápido, me quedé mirando a un sorprendido Adam que dejaba una bandeja de desayuno en el velador.

Ahora estaba avergonzado, más que avergonzado y seguramente sonrojado. No solo mi mente insistía en recordar cosas de la noche anterior. Aún sentía sus caricias, sus besos y el olor de nuestro sudor mezcladose.

No sabía cómo, pero ahora estaba más avergonzado de antes y ¿Eso era una sonrisa? ¿Adam se estaba riendo de mi?

Lo miré, aunque seguramente no detendría su sonrisa. Una mirada enojada en un rostro sonrojado no era muy efectiva ni en mi mente.

Además no estaba realmente enojado con Adam, era conmigo mismo. Ayer me había dormido prometiendo a mi mismo esforzarme en despertar temprano y dar un dulce despertar a Adam ¡Y me dormí dos veces!

Adam dejó de sonreír cuando me vio acomodarme con cuidado. Sentarme era extraño, tal vez nos habíamos dejado llevar un poco, pero había disfrutado cada segundo.  

— ¿Jeff? ¿Estás bien?

Intente mantener la dignidad que quedaba en mí, incluso si era mínima.

— Si… lo siento, yo… — Me detuve viendo la bandeja de desayuno, luego a Adam y luego de vuelta a la bandeja. Adam no cocinaba hasta donde recordaba y no era posible que aprendiera en una noche.

Adam siguió mi mirada y sonrió.

— No lo hice, sabes que la cocina y yo no congeniamos. Quería encargar algo, pero Emma estaba despierta y decidió hacer un desayuno para los dos, dijo que estaba bien si no bajábamos aún.

Así que si era un desayuno especial… uno muy vergonzoso si pensaba en que estaba intentando celebrar mamá. Esperaba no verme tan mortificado, porque lo estaba. Sabía que la relación con mi madre era extraña, pero donde crecimos es la forma de ser las familias, pero aún así era vergonzoso que mamá prepara un desayuno considerando especial la noche anterior.

Me detuve mirando a Adam y mi mente debía odiarme, o querer avergonzarme más, porque los recuerdos no dejaba de venir, tan vergonzosos, pero placenteros a la vez, pero luego mi mirada se detuvo en su cuello. Adam se había duchado, no hace mucho porque su cabello aún estaba húmedo, vestía una camisa normal, pero incluso el cuello de la camisa no era suficientemente alto para ocultar algunas de las marcas, marcas rojas y de varios tamaños, si mi mente no recordará tan bien a mi mismo besando esa zona hubiera creído que se había peleado con alguien. Se veían demasiado mal.

Cuando hay una familia [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora