Cuando hay una familia [Terminada]

Capítulo 5

Jeff

Apreté mis labios, mordiendo fuerte, intentando que el dolor me preparará para lo que viniera. No quería decirlo así, nunca fue la idea decirlo, por casi cuatro años me convencí de que había tomado la decisión correcta. Yo podía con mi niña sin ayuda de nadie, y pude, bueno, mamá me ayuda mucho, pero hablo de un padre, creí que Emily no necesitaba a su otro padre, me tenía a mí, tenía a mamá, tenía amigos, y tenía a varios adultos y ancianos encantados de cuidarla siempre que pudieran ¿Qué más podía necesitar? ¿Para qué necesitaba que Adam fuera el padre que nunca pidió ni quiso ser?

Y entonces, hace pocos meses, Emily me pregunto cómo fue mi embarazo. Habían hablado eso en la escuela, del embarazo masculino y femenino, a muy grandes rasgos, pero el cerebro de mi niña no se contentaba con imágenes en una presentación ni las palabras de la profesora, necesitaba absorber más, quiso ir a la biblioteca, y conectarse a internet e investigar. Incluso sin saber leer, fue impresionante cómo a base de puras imágenes y líneas que me pedía leer deducía cosas y más dudas aparecían en su mente. La vigile de cerca, preocupado de que sus ojos pudieran desviarse en temas inapropiados para su edad, pero eso no fue lo que le dio curiosidad a Emily.

Fue su origen.

"Papi, si tú me diste a luz... ¿Quién es mi otro papá? ¿Por qué no conozco a mi otro papá?"

Tuve que decirle que era un tema delicado, que se lo diría cuando yo estuviera preparado. Por supuesto el tema no abandonó su mente así de fácil, preguntó algunas veces más, pero dejo el tema al poco tiempo, creo que mamá le dijo algo. Pero me hizo ver que Emily quería saber quién era su padre ¿Y qué rayos iba a decirle?

"Está por allí en la ciudad y no sabe de ti. No porque no quiera, es que fui un cobarde y hui sin decirle que estaba embarazado. No, no es culpa de él, ni tuya, es mi maldita culpa por no poder afrontar las cosas cuando vienen"

Y ahora, aquí estaba Adam.

Estas coincidencias no pasan. Esta es la vida diciéndome que fui un cretino. Diciéndome que Adam merece saber que tiene una hija. Diciéndome que mi hija merece saber quién es su otro padre.

Mantuve la mirada de Adam, pero la tensión fue demasiada y desvié la mirada a Emily, aún seguía corriendo, aunque vi que me miraba por el rabillo del ojo. La saludé, y ella sonrió y siguió corriendo. Adam siguió mi mirada, y luego volvió a mirarme, no podía soportar esos ojos, parecía haber mil emociones allí encerradas, intentando saber por cuál quería ser dominarlo. Adam era así, cuando se enojaba o cuando algo lo confundía se quedaba eternos minutos mirando un punto fijo, reflexionando sobre que lo estaba confundiendo o que lo molestaba, no le gustaba dejarse llevar por sus emociones, necesitaba pensar, si la reflexión no funcionaba, iba al gimnasio a trotar hasta tener todo en orden.

Así que allí estaba, esperando la respuesta de Adam. Puede que no le importa, puede que me diga que no me cree y salga de mi vida, pero al menos habré cumplido mi parte, habré dicho la verdad. Y es realmente asombroso como cuatro años de culpa se levantan de tus hombros.

Por fin, por fin, no debo seguir negándome, por fin, cuando Emily pregunté, le podré decir lo que sea que Adam decida.

Adam seguía mirándome, ahora sus ojos no tan confundidos, estaban llenos de calidez y un sentimiento que no entendía del todo, como si hubiera dicho la solución a todas las enfermedades letales del mundo y no supiera si huir con mi idea o felicitarme.

— E-es...—Se detuvo varios segundos, como si no pudiera asimilar decir las palabras con su propia boca, miró a Emily corriendo y luego a mí—. ¿Mia?

¿Casi diez minutos para eso? Casi sonreí, pero me di cuenta que mi rostro estaba rígido. Asentí, y sentí lágrimas en el borde de mis ojos.

Iba a llorar, maldición, no podía llorar aquí, frente a él, a metros de Emily. Me controle, como siempre y lo miré fijamente.