capítulo 4

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Decidí llamar a mi  la pelirroja. La busque en las llamadas recientes y le marqué.
-Hola- conteste en cuento descolgo.
-Hii! ¿Todo bien?- me saludo ella de su manera tan característica.
-Si. Te llamo para pedirte que vengas a mi casa- le dije resoplando- si puedes claro- añadí rapidamente.
-Ahi estare en 10 minutos.
-Vale te espero.
Antes de colgar escuche un beso de otra línea.  Me dirigí rápidamente a mi casa antes que llegara  Raquel. Por el camino me entretuve pensando si contarle a mi familia lo de mi próxima entrevista. Llegue a la conclusión de que tenía que esperar a que me dieran el puesto para que ellos no se llevarán un chasco si no me lo daban. Mejor esperar a que todo estuviera seguro.

Cuando llegue a casa mi tia no estaba, asi que subí a mi cuarto, cogí una toalla, me desvesti y me fui a la ducha. Al rato escuche a alguien tocar el timbre y supuse que era Raquel, asi que me envolvi en la toalla y baje rápidamente a abrir la puerta para no hacerle esperar. Abri la puerta de golpe
-Oye tu!! Que te pasa en la cabeza podria ser dun violador y tu en toalla!!- dijo demaciado alterada y mirandome de arriba a abajo.
- No te alteres mujer. Sabía que eras tu- me di la vuelta, la invite a pasar con la mano. Mientras subía a ponerme algo le dije- vete a la cocina y has algo de comer, voy a vestirme.
-Pero Ana tu sabes que yo no se cocinar.
Solte una carcajada- Lo se, lo se. Pero no te  preocupes mi tia seguro  ya ha cocinado algo, tu solo calientalo- le dije.
Subi a mu cuarto me eche crema y empeze a ponerme el pijama. Oí un grito de histeria de Raquel.
- ¡Raquel! ¿Que paso ahora?- grite desde mi cuarto.
-!Ana no se como se ciende la microonda!-dijo- ¡Creo que la he liado!
-Raquel tu esperame ahora bajo- dije y corrí escaleras abajo.
Teníaun hambre terrible. Y me tocaba esperar por la comida porqur Raquel no sabía usar un micróondas. Me gustaría saver que pasaria si ella viviera sola.
Cuando llegue a la cosina Raquel estaba sentada en una de las sillas, tomando tranquilamente un refrsco. Me acerque a la encimera y mire que habia dentro de kis calderos para comer. Aunque antes de abrirlo ya habia supuesto que había. Unos riquisimos espaguetis con salsa de tomate, cortesía de mi tia. Mis favoritos y los fe Raquel.

-¿Raquel sabes que hay de comer?- dije con cara de interesante.
-mmm...no.
Coji la comida, la servi en dos platos ocultandole lo que habia en ellos y  lo meti al microondas.
-Hmm... huele rico -dijo Raquel.
-Y no te suena el olor?- la secunde yo -Vamos a comer nuestra comida favorita.
- Siiii!- se levanto de la silla y saltó sobre mi abrazandome y gritando "espaguetis"

- Tranquila-dije como pude- solo es una comida simple.
- No Ana, es nuestra comida favorita...

Cuando terminamos de comer, subimos  a mi habitación y estuvimos hablando de muchas cosas.
-Ana, ¿el no te ha vuelto ha llamar?
Me hice la sorda.
-Se que me escuchaste, no te hagas la sorda que no te va.
Raquel. Ya basta. No quiero hablar de el. He sufrido lo inimaginable por su culpa, y ya bastó.
-Ana alguna dia tienes que hablar de el. Tienes que superarlo.
- Está superado- dije perdiendo la paciencia.
- No está superado. Si lo estuviera podrías hablar de ello sin que te duela. Has llorado mucho por el, has sufridolo insufrible y sigues sin superarlo. Has cambiado por el- dijo Raquel casi dolida, como si sintiera todo lo que yo sentía.

-Raquel,¿ te importa cambiemos de tema? Tengo una cosa buenisima que contarte.

Ana Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora