capitulo 31

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Hospital

Max

Cuando todos se fueron, probé suerte a ver si la enfermera me Dejaba entrar a ver a Ana.

—Buenas noches señorita. ¿Podria usted dejarme entrar a ver a mi novia? Es la señorita Ana Pérez.

Ella niega con la cabeza .

—Por favor... —Yo le guiñé un ojo y apelé sentimientos comunes — mire si ustede hubira estado en mi lugar yo le dejaría. Por favor.

Después de mucho insistir la enfermera acepto. Me dejo una bata y una mascara de media cara.

—Por favor señor no tarde mucho, por que si se entra el doctor me puedo meter en problemas.

—No se preocupe si me descubren yo les  digo que  entre sin que  usted se diera  cuenta.

Entre a la habitación pálida. Y allí estaba acostada, mas pálida aún que la habitación, llena de tubos y pitidos, tan frágil, tan nada...

Me acerque y le cogí de la mano; y le susurré al oído:
—Te amo. Te amo desde el primer día que te vi, desde que casi te atropello en ese paso de peatón. Y me perdí en tus ojos, y no me he podido encontrar. Se muy bien que soy imbécil. Por que no supe como tratarte ,y te juzgue mal. Te prometo que cuando abras los ojos, voy hacer cualquier cosa para conquistar te.— Suspire. Le levante un poco la mascara y le bese despacio. Justo llego la enfermera.

—Señor tiene que salir ya de aquí, ya se tardó mucho.

Salí a buscar un café y después me eche en el sofá de la sala

Ivan

—Buenas noches mama.

—Hola hijo. ¿De donde vienes?

—Del hospital. Mama , por casualidad ¿no conoces alguien que su sangre es 0-?

—Si, ¿pero porque lo necesitas?

—Para una Amiga. Esta muy grave y necesita la sangre ya para operarse. Mama ¿quienes? Por favor dime.

—¡Tu padre! Tu hermana tiene el mismo tipo de sangre.

—Pero mi hermana no sabemos donde esta. Entonces, ¿donde esta papa?

—Esta en su despacho

—Bueno ,voy a hablar mi padre.

—Subí las escaleras. Llegué y no toque la puerta.

—Pero hijo ¿por que entras así?

—¡Papa! Te quiero pedir un favor y no me lo niegues por favor.

—¿El que?

—Necesito que dones sangre a Ana.

—Que , no , no... A esta chica , no.

—Pero papa...

—¿que es  lo que paso ?

—Ella esta en hospital, esta muy mal la tiene que operar...papa ella puede que este en tus manos. Tu tienes la misma sangre que ella...

—No hijo no lo voy hacer , esta chica me insulto y te puso en mi contra.

—Escucharme bien papa, si le pasa algo a Ana te juro por mi madre no te lo voy a perdonar nunca y vete olvidando que soy tu hijo.

Di un golpe en la mesa de roble, me giré y me fui. Mi madre estaba en la puerta y al parecer lo había escuchado todo. La mire y me miro con cara critica. Luego seguí mi camino sin mirar atrás.
Yo me fui a mi cuarto me duché y me puse el pijama. Me acosté un rato y luego me di cuenta de que no podia dormir. Me Levante y me conecte a las redes. Publique un estado en todas y cada una de mis redes donde preguntaba por gente de sangre 0- que estuviera dispuesta a donar. Así me pegue toda la noche.
Me levante a las seis fui a ducharme y me prepare para salir al hospital. Justo cuando abrí la puerta me encontré a mi padre haciendo el amago de tocar.

—Hijo...

—Papa no, tengo tengo prisa.

—Espera, voy contigo. No me voy a perdonar si le pasa algo. Sabiendo que la solución estaba en mano.

—Entonces no esperemos mas.

Al llegar mi padre al banco de donación me hizo prometer que  Ana no se iba enterar.

Vi a Ivan y le salude.

—Buenos días Ivan. Oye te quería pedir disculpas por lo que paso ayer...

Lo interrumpí — Olvidalo, aquí no ha pasado nada.

—Gracias.

—Bueno, ¿como paso Ana la noche.?

—Creo que bien.

—Pero tu no tienes buena cara.

—Si, es que no dormí.

De repente apareció el doctor.

—Buenas días. Les tengo buena noticias.

—¿Que pasa?—pregunta Max.

—Ya tenemos un donante compatible.

Max me abrazo feliz.

—¿Quien es ?

Por que no lo preguntas a tu amigo— dijo señalándome.

En ese momento llego mi padre.

—Bueno hijo yo ya hice lo que tenia que hacer.

—Gracias papa. Hablamos en casa.

—Ah y además ya  pueden pasar a ver a Ana.— añadió el doctor.

—Que bueno— dijo la tía de Ana apenas alcanzando a oír la última frase del doctor junto con Isa

—Por cierto señorita necesito hablar con usted —dijo este ultimo girándose a la hermana de Ana.

Estuvimos mucho tiempo con Ana, aunque ella seguía pálida, débil y sobretodo inconsciente.

—Chicos creo  que somos muchos aquí así que es mejor que Salgamos— dijo la tía de Ana. Pero antes de salir le hablo a Max —  Hijo parece que no has Dormido en toda la noche. ¿Por que no vas al casa y te descansas un poco?

—No señora, yo me quedo aquí.

Max era muy testarudo. Y se filtraba a través de el que le importaba mucho Ana. Sonó su móvil.

—Hola Mama— contesto—Mama estoy bien. Si te avisare.
No , no hace falta. ¡Vale! Manda la ropa con el chofer.
Terminó de hablar.

—Las madres ¿verdad?

—Si ,esta preocupada, por que no llegue  a dormir.

Ana Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora