Ana Te quiero

capitulo 14

Raquel

Desde que me entere que a Max le gusta Ana estoy llena de rabia. No,no ...término de aceptarlo. No puedo, desde la primera vez que  dije que iba ser para mi...
recuerdo la noche que le invite a cenar cuando llego pensaba que era Ana...   

No me lo pude creer. Desde ese día estoy muy enfadada con ella. Y por si fuera poco me cambio por Renata.
Escuche él timbre sonar.  Mire él reloj, eran casi las nueve. Me pregunte quien sería.
Al cabo de unos minutos, apareció mi madre.
—Raquel cariño ...—me dice golpeando la puerta.
—Pasa mama ¿que pasa, que quieres?— Le pregunté quitándome lo auriculares.
—  Ana esta aquí — dice con una sonrisa.

—¿que ? ¿Que hace aquí? Mama, no quiero verla.
—¿porque?
—Mama no seas...—no lo termine— no quiero hablar con ella y punto

—...bueno hija, quien te entiende

—Ana me dijo...

—Que no me quiere ver, me lo imaginaba...

—¿Que pasa con ustedes dos?

—Nada importante, bueno, Maribel me tengo que ir—  le doy con dos besos y me marchó de allí con un peso más en él pecho.

Max

Como buen hijo que soy me había decidido a invitar a madre a un restaurante. Se lo merecía. Hacía mucho que no le invitada. Pero estaba empezando a echar me para atrás. Pensándolo bien, pensé mal...
Era todo una artista sacando las verdades sutiles, y luego otras ni tan sutiles, ni tan discretas. Estábamos de camino al restaurante.

—¿Es en serio  aun  no le has dicho nada de lo que sientes? — suspiro y puso los ojos en blanco— hijo tienes que animarte por que, sino la vas a perder.
—Si mama, lo se,  él problema es que no se si yo le gusto, si le agrado...
—  Max ¿esa no es la chica que te gusta?— me interrumpió.
—¿Que que chica mama?

—Mira por ahí
No podía mirar, pues estaba conduciendo, pero eche un vistaso y la vi. Era ella. Era inconfundible.

A parqué él coche, me baje y fui tras de ella.
—¡Ana¡— la llame. Ella se giro y me perdí en su mirada ausente.
—Max— me gusta como sonaba mi nombre en sus labios— Hola ¿que haces por aquí?

  — Llevaba a mi madre por ahí— se giro con un gesto señalando a su madre dentro. Su madre dándose por aludida, levanto la mano y me mando un saludo. Me acerque al coche para saludarla.
— Hola señora.
— Hola, ¿que tal?¿tan sola por aquí?

—Lo que pasa es que termine de trabajar y quise caminar poco— hizo una mueca. Algo ocultaba.
—¿ por que no vienes y yo te llevo?

—No gracias, quiero seguir caminado
—Te acompaño
—Si no te importa, quiero estar sola
Aunque se negó, en un impulso le lanze las llaves del coche madre y yo la seguí.

 — haz de cuenta que no estoy¿ vale?
Yo no te voy dejar sola.

Se quedo callada y siguió caminado.

Después de media hora de andar llegamos a una playa.  Ella tiro su maletín y se quito los tacones y se relajo en todo el sentido de la palabra. 
— Me encanta él olor a mar— yo sonreí a sus espaldas.

Se sentó en la arena y las olas subían y  bajaban a sus pies. Me hizo un gesto con la mano indicando que me sentara a su lado. Por un momento llegue a pensar que se había  olvido de mi.

—sabes  cuando me siento sola siempre vengo al mar cuando lo veo  todos mis problemas desparecen. Si quieres te puedes ir yo me voy a quedar un rato mas

—no ,yo me quedo contigo 

Ana me estaba contando casi toda su vida y yo la mía. Me contó que fue muy difícil  conseguir su  carrera y que también tenia un novio que jugo con ella
pasamos todo la noche en la playa hablábamos y reíamos recuperandonos de viejas heridas.

La verdad la pase muy bien no quería separarme de ella la tenia recostada en mis brazos a tapada con mi chaqueta. Me sentía feliz teniendo la tan cerca. Era frustrante no poder besarla.

—ay ... Dios mio esta amaneciendo...
—Tengo que irme— yo la estaba mirando con tanta  atención— Ana la pase muy bien— en su cara se dibujo una risa

—esperó que se repita.

Estábamos muy cerca él uno del otro. Podíamos notar nuestros alientos en la cara.

—Max...— tragó saliva copiosamente.

No aguante mas, no aguantaba tenerla tan cerca sin besarla.

Nuestros labios se unieron, dudosos temblorosos, ingenuos... Si, él mejor de ellos.