capitulo 55

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La marea se había calmado. Así que decidí volver hacia el barco, que se había hundido. Llegue a un playa desierta. Ella no podía estar muerta. Estaba agotado de nadar tanto. me derrumbe y me arrodille a llorar . Empiezo a echar un vistazo a mi rededor  y veo algo que llama a mi atención. Aun que no me quedaba fuerza, hice lo posible por acercarme. Era un persona, que estaba a boca hacia bajo. Lo doy la vuelta para ver si está viva.

-¡Ana...!- Era Ana... 

-Ana por favor contesta me- Le tomó la respiración. Esta viva, de eso estaba seguro, pero su respiración era entrecortada. La zarandeé, pero no logre hacerla reaccionar. Unos segundos después, empezó a escupir todo el agua que había tragado y a toser. 

-¡Ana mi amor estas viva! —Digo yo abrazándola.

-¿Que ha pasado? — pregunta ella con debilidad.

-El barco se hundió.

-Si, ya me acuerdo.

-¿Como llegaste hasta aquí?

-La marea me trajo hasta aquí- dijo con voz débil.

-Me alegro de que estés viva.

-Por poco tiempo—dijo mirando a su alrededor que no tenia nada.

-Ana, perdonadme, yo...

-Nunca te voy a perdonar, por tu culpa  estoy en esta situación. Si no me hubieras raptado, así ... ¡Maldito desgraciado!- le grité mientras hacia el amago de darle patadas y puñetazos, hasta que una certera cachetada le cruzó el rostro.

-Si, soy un imbécil por haber  aceptado la idea Baúl.

-¿Raúl? -Pregunta ella confundida.

-Si, fue él quien me convenció de esta idea.

-Ya, ya calla. Se un hombre y deja de inventar. A ti nadie te obligo a que me  secuestraras en ese maldito barco y en pleno día de tormenta- 

Estaba súper enfadada nunca le visto así. Sus ojos reflejaban mucha rabia. Es mi culpa por no investigar. La noche se están callando. Ana lleva largo tiempo sin decir ni una palabra. Y yo la verdad me estaba muriendo de hambre, y me imagino ella también.  Intento acercarla, la Llamo

—¿Ana?

-¿Que...?- Respondió a media voz .

Me agacho para revisarla. Estaba temblando. -¿Ana mi amor estas bien?

-Tengo mucho frió...—

Le toco la frente para ver si tenia fiebre, y descubrió todo lo contrario, que estaba muy fría. Sabia que hacer y a que lo que tenia que hacer. Me detuvo un rato pensando. No puedo verla así recostada en suelo abrazada si misma. Me dio mucha pena. Es mi culpa. Me acuesto a su lado. Ella no deja de repite que tenia mucho frío.

-Max...por favor no me dejas sola, por favor...

La cojo en mis brazo camino hacia la isla abandonada. Me encontré una caseta abandonada. Grito por mucho tiempo pero nadie me responde, era de esperar. Dudó por un momento. Entro por lo que veo nadie vive aquí, estaba lleno de telarañas. Sacudo la manta antes de acostar la allí. Pienso en encender fuego, pero no tengo nada. Que hago dios que hago. Echo él ojo bajo la mesa y veo un radio transmisora. Lo saca de la baja de la mesa, lo reviso. Me empieza hablar a ver si alguien me recibe.

-Mayday, Mayday... - nadie contestó. Giro la cabeza hacia Ana, Sigue  temblando y murmurando cosas que no se entienden. Me dio tanta coraje que tire la radio. No teníamos ni como calentar agua ni nada. Se me cruza una idea, que la única manera de quitarla él frío era darle mi calor. No se que pensaría ella de esta idea. Así que me la acerco se la comunicó. Ella no me entendía ni nada, lo único que decía era que tenia frío. Así que enseguida la quito la ropa, y me fui dejando pequeñas beso en su suave cuerpo, acariciándola. Olía rico. Su olor a natural me encanta. Abrí su piernas para meterme en ella, enseguida suelta un gemido de dolor, nunca me imagine que era virgen. Espere unos segundos antes de empezar a moverme. Cada vez que levantaba la cara hacia ella veía unos lágrimas se rezbelaban sobre su Megilla.

Ella se quedo dormida después de él acto, de eso ha pasado mucho tiempo. Yo salí hacia fuera para intentar arreglar él  trasmitador. Espero que todo eso años de haber estado trabajando en fábrica de coche de papa que sirve de algo por lo menos a salvarme la vida. 

Ana

Me desperté con unos dolores en cuerpo, me parecía  que me había pegado. Así que intento ponerme de pie. Por un momento me sentí desnuda , Me di cuenta que no  llevaba nada puesto. Me fije en mi rededor, recordé todo lo que había pasado. Me preguntaba donde estará él culpable de mi estado. No veía mi ropa, así que me puse su camisa. De repente me llego un olor a  pescado asado, me entró un hambre, llevó  días sin comer. Me camine hacia fuera me encontré con Max estaba intentando arreglar algo, Estaba bien concentrado, no se pero me daba cosa de acercarme,¿ ser la vergüenza de haber de hacerme el amor?  Doy vuelta sobre mis talones, pero antes de dar un paso, su voz me retiene.

—Hombre, no me digas que él olor de él asadero te despertó?— dijo él sin quitarse la vista de su juguete.

No— respondo yo temblando. Es que venia a buscar mi ropa que no lo encuentro.

Para que la quieres, si estamos bien así —dijo él señalando su cuerpo sin camisa — Añade  te ves muy sexy — y se ríe.

—¿Por cierto como conseguiste él fuego?— Le digo sentando me a su lado

—Ah...para que veas que tienes un novio muy inteligente. Bueno ¿quieres comer?— ella asiente con la cabeza

Después de comer estuvimos mucho rato arreglando la cosa esa, aun que yo no tengo mucha esperanza..

—Funcionó —grita el desde a fuera.

Yo salgo corriendo —¿Que  pasa?

—¿Me reciben? Decía él con  entusiasmo.

Enseguida oímos un voz de mujer a través de él radio.

—Si, si — decía la mujer.

—Mire...—hace una pausa para acercarse a mi ,besarme y abrazarme. Después Sigue

— Mi nombre es Max santibañes, llevamos dos día perdidos, mi novia no se siente bien. Le pido por favor que avise a la guardia costera o los marineros o a quien sea.

La señora  fue muy amable. Nos dijo que la caseta era de ella cuando era joven que venia de vacaciones. Estuvo hablando con nosotros hasta que llega la ayuda.

Ana Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora