capítulo 38

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La alta medica

Max

Me bañe y me cambie de ropa. Baje al comedor y ahí estaban mis padre sentados, agarrados de la mano riéndose. Es que cuando llegue no había nadie despertó. Al verme se giraron.

Habla mi padre al fijarse en mi ropa _—¿que hijo vas a la empresa? Eso debe ser que la niña esta mejor— cometa refiriéndose a Ana.

Beso a mi madre después me sirvo el café, después de tomar un sorbo le respondo. — Si papa, voy a trabajar y si, Ana ya esta mejor aun que si no fuera  porque ella  me pidió que me fuera trabajar estaria ahí con ella, ganas no me faltan pues.

—Ah ,¿ si? Debe ser que ya se harto de tanto verte ahí.

Mi madre le llama la atención — pero cariño que broma tan mala.

—Perdón hijo si te hice sentir mal solo quería bromear.

—No te preocupes padre tu broma no me molesta en absoluto.

La verdad necesitaba un consejo de mi padre pero creo que después de su broma ya no hace falta pedirle nada. Lo iba decir que tenia que contar a Ana el día que me desperté en  cama de soraya. Ahí caí en cuenta que no hacia Falta, yo recuerdo nada de lo que paso y ella tampoco ha dicho nada. Me despedí . ya los chicos me habían traído mi coche.

—Gracias Alberto.

—Buen día señor.

Cogi el camino hacía mi destino.

Ana

Llega Alfredo y me da los buenas días. Yo no respondía. Después me pregunta si estaba bien y  sigo sin responder.

—¿Que pasa hija estas bien?

Y nada yo seguía con mi móvil. Es que lo que me ha echo el otro día no lo perdóno.

—Que tal si te digo que te voy a dar la alta medica ¿me respondes?...

Aparte la mirada unos segundos.

—Ana hija es en serio. Mira aquí tengo el certificado para que lo firmes

Me pongo de rodillas dispuestas abrazarle , pero antes le preguntó si no era broma el Niega con la cabeza.

—gracias , gracias.

Pero Ana debes seguir todo lo que te digo y hacer cardio a diario y venir al consulta un día al semana y comer sano. Pero esta semana reposo absoluto.

—Entonces ¿no puedo volver al trabajo?

—No por lo menos durante una semana.

—Ok , haré todo lo que me digas por tal de salir de este infierno.

—Tu también eres un infierno los enfermeras ya están hartas de ti ya no quieren volver a atender te.

—Ni yo a volver a verlos. Venga me voy a cambiar para irme.

——¿No vas a llamar para que vengan por ti?

—No , voy a llamar un taxi

—Bueno voy a llamar ya enfermera para que te ayuda a cambiarte.

Me despedí de los enfermeras y les pedí disculpas por toda la molestia que he causado.

Salí afuera esperando él taxi. Lo vi, justo iba caminado así el llega un coche inter poniéndose.

—Pero que Co... —Iba insultar pero al bajar la ventanilla me detuve

—¿Renata ? ¿Que haces aquí?

—Me he dicho mi padre que ya te había dado la alta y que ibas a ir sola y yo no puedo permitir esto ven sube que nos vamos.

Me subí la coche y ella antes de arrancar, me pregunta por Max.

—¿Como vas con el bien?

Me echo una risita Antes de contestarle —Pues bien.

—A ver cuenta me ¿que ha pasado?

—Nada— Pero como ella me conoce mas que a mi misma.

—No te ríes por nada. Venga suelta lo.

—Es que ayer ...—me interrumpe.

—No me digas que ¿ya lo hiciste?

—¿Quieres dejarme terminar?

—Max y yo... —Y lo vuelvo a hacer

—Te acostaste con el y en hospital que  Ana ya andas suelta ¿ah? Perder así tu virginidad.

—¿Ya terminaste de criticarme?

No , si se lo cuentas a Raquel, va a filipar ella que siempre ha dicho que tu llegaras virgen a tu noche de boda y que eras un aburrida. Ya puedes hablar.

—Por fin , que no callabas. Que no hicimos nada. Que nos interrumpieron.

La amiga de Ana se quedo muda con los ojos blancos .

—¿Rene estas bien? Pero no es para tanto.

—¿Que no es para tanto? ¿Como se te ocure dejarlo a medias?

—Pero si no es mi culpa. Es que... —Me vuelve a interrumpir.

—Deja lo por que sin vamos a pasar todo el día discutiendo. Te llevo para tu casa y te quedas allí con tu virginidad.

—¡Oye!... —Ella no le hizo caso y arranco él coche.

De el hospital hasta casa de Ana se tardar 15 minutos en coche. Así que ya llegaron todo el camino ninguna a dicho nada. Las dos se bajaron y caminaron as casa.

Al abrir la puerta Ana se encontró con la sorpresa de bienvenida que habían montado entre su familia y amigos.

—¿Pero bueno que esto?

—Bienvenida —Todos se le acercaron  y la besaron y la abrazaron— ¿Tu sabias de eso?—dice mirando a Renata.

—Claro. Si era la inca que sabía que te habían dado de alta.

Bueno amigos y familia , OS he agradezco mucho la bienvenida , pero ya es suficiente ya me tenés harta de verlos todos es días de día a noche necesitó estar sola y a descansa. Así con vosotros permiso me subo a mi cuarto a ducharme un poco.

Se quedaron mirándola. Al rato cuando ella subía hacia las escaleras. Ellos no lo tomaron en serio seguían ahí con su fiesta tomando comiendo las papas , y viendo su película , mientras Ana se duchaba.

    

Ana Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora