capítulo 54

4 0 0
                                    

El Secuestro

Doy un salto del asusto cuando abrí los ojos. Ana estaba de pie en la puerta del baño mirando me fijamente, eso me hizo soltar. Llevaba un Albornoz blanco y estaba cepillando su pelo.

—¿Que haces aquí, Maximiliano? Pregunta ella tan frustrada. Me pareció raro que llama por mi nombre completo.

—Ana por favor tranquila no puedes enfadar te asi —se lo pido acercándome a ella. Lo único que conseguí es ponerla mas furiosa.

—Por favor vete de aquí o llamo para que te saquen a la fuerza.

—Te pido que me escuchas.

—No tengo nada que escucharte o sales y dejas de perseguirme o te denuncio.

—¿Te atreves?

—Pon me aprueba ya veras. Tienes treinta segundos.

Sus ojos estaban llenos de rabia. Ya me quedó claro que si consigo que me perdone, no le voy a mentir en lo que quedaba  de mi vida. Betty se molesto con los gritos. Yo me fui de allí. Decidí aceptar él plan de Raúl, aun que era una locura, ella no me dejo mas remedio que hacerlo. Le llamo se le digo él se pone contento. Dijo se iba encarga de todo que yo solo tenia que ir al muelle, que esperaba su llamada. Solo espero que salga todo bien.

Ana y su amiga estaban discutiendo después de que se fue él Santibañes. La amiga la esta intentando convencer la que él no le mintió.

—Por favor Bett, no te pongas a defenderlo ahora ¿vale? — Dijo un poco distraída buscando algo.

—Pero¿ se puede saber que coño estas buscando? Que no me estas haciendo caso— dijo sentando se sobre la cama.

—¡La llave del coche!

—¿Que? ¿Vas a salir? ¿A donde vas a ir, tan temprano?

—Un lugar donde no te Vea— y salió  dando un portazo.

Ana iba conduciendo intentando no pensar en David ni Max tampoco de Ivan ni nada. Quería en este momento un lugar en que estuviera sola. Escucha la sirena de policía. Cuando supo que la estaban siguiendo se detiene. Sale de él coche, se pregunta que estaba pasando.

Eran dos agente, jóvenes musculosos altos.

—Buenas tardes señorita. ¿Nos puede enseñar su carne de conducir?

—¡Claro que si, agentes! ¿Pero me pueden decir para que?

—Es que usted iba conduciendo total a velocidad.

—¿Pero que dice...? 

—Calle se  y deja nos hacer nuestro trabajo —dijo uno de ellos interrumpiéndola.  —Revise él coche por favor— se lo pidió a su  compañero que no ha hablado todo tiempo. Yo le voy a hacer un control de alcoholemia.

—¿Como? Se ha vuelto loco? ¡Si yo no hay bebido ni una gota en mi vida!

—Señorita, no se resista. Si de verdad no tomó no tiene nada que temer,¿ no creer?

A ella le parecía raro todo eso, pero no tenia miedo en ningún momento. Aun así los dejó hacer la prueba.

—Ah..._suelta él policía.

—¿Que? —Pregunta ella al ver su cara.

—Que no ha bebido dijo el  con sarcasmo. Esta al limite. Señorita queda usted detenida por conducir ebria

—Se van arrepentir por tratar me así. No saben con quien se están metiendo os voy a meter una demanda que no se van a olvidar en su vida. Soy una abogada muy importante.

No  paraban de reír. El mandón   agarra él móvil busca un número en su grande pantalla, después espero hasta que respondió.

— Ya vamos de camino así que todo salio como quedamos

Dicho eso cuelga. Ana nunca lo había pasado así, estaba muy asustada aun que intentaba hacerse la fuerte. Llegan a un muelle, bajan los dos y le abran la puerta atrás para que bajara, pero ella no quiso.

—Ustedes dos no son policías ¿verdad?

—No nos haga repetir lo Pérez. Baja del coche.

Ellos niega rotundamente. Ellos intentan bajarla de él coche, ella se agarra con todo su fuerza en coche. No podía hacer nada, uno de los dos poden con ella imaginan los dos si tiran así de ella. El antipático la levanta en sima de su hombro llevándola al barco la mete en unos de las habitación. Ana lleva mucho tiempo analizando al situación. Detrás de la puerta escuche la voz de tres chicos los dos últimos lo reconoce eran los que secuestraron él otra no termina de reconocer lo. En esta momento deseaba que Max la estuve siguiendo, que entrar en esta puerta como un héroe que la salvar. Ya no escuchaba nada. Un minuto después se abre la puerta. Ella se asusta. Era un chico con máscara en cara. Se agarra su rodias llorando.

—No me hagas daño— dijo suplicando y llorando.

El no decía nada solo se la acerco y empezó acariciarla él pelo y olerla como un perro hambriento.

—Por favor te suplico, no me haga nada. Te puedo dar todo lo que quieras.

—Por favor no te va pasar nada flor—suelta quitando la máscara.

Max grita ella a reconocer su voz. Levanta la cara para segura se que erar él.

—Si mi hermosa soy.

Lo iba abrazar. Después quedo pensando que él era le que estaba detrás de todo eso.

—¿Que significa todo eso Max?

—No me dejaste otra opción, flor

—No me digas así. Lo que faltaba ahora eres un secuestrador. No me esperaba eso de ti.

—Ni yo que fueras tan bruta— Ella se queda sorprendida de lo que le dijo.

—¿Ahora que sigue? ¿Vamos a vivir en él mar para siempre, y cada vez que se te antoje me tomaras a la fuerza? ¿como lo hacen los villanos cuando encuentra lo que quieran?

—Como se te ocurra, yo nunca te voy a hacer daño. Solo quiero que me escuches. ¿Si?

Escucharon una tormenta que no lo gusto. El corre hacia cubierta para ver la mapa de el gps al verlo se preocupó lleva sus brazos hacia su cabeza. Ana estaba detrás de el, petgunta

—¿Que esta pasando?

—Nada— dijo el estérico —Mete te para adentro y no salgas, hasta que yo te avise

—No, no me voy a meter hasta que me digas que esta pasando.

—Ana por favor haz me caso por Primer vez en tu puta vida—se lo dijo a gritos. Ella nunca lo ha visto así. Ella no llega a dar un paso, llega un tormenta horrible que empieza golpea  el barco ella se calló resbalando. Por pelo no se metió en mar se quedó agrada en una esquina

—Por favor no te sueltes Ana—dijo el gritando.

—Max ayudame por favor—. Él siguió luchando pero fue en vano. Ella calló en el mar. Y la marea la rastro. El no le importo su vida por que enseguida se lanzo a buscarla. Nado y nado pero no encontró ni rastro de ella. El barco quedó destrozado.  

Ana Te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora