"NO TE PUEDES ENAMORAR DE MÍ... O yo también caeré por ti."
Los ángeles guardianes tienen prohibido enamorarse, porque existe un castigo eterno por esto...
El suf...
Sí se que me he demorado muchísimo en subir una actualización de este fanfic, pero andaba completamente seca de ideas. LO SIENTO MUCHÍSIMO.
Aquí les dejo una foto de Suga para que no me odien.
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Espero que este capítulo les guste y dejen su enojo de lado. <3
Ready? Let's start!!
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-Yoongi –lo abracé más fuerte- Gracias, gracias -repetí varias veces- Y no lo vuelvas a hacer.
-¿Que no vuelva a hacer qué? -dijo confundido-
-Alejarte de mí -contesté convencida-
-Eso dices ahora, en un rato volverás a botarme como a una bolsa de basura.
-¡NO! –grité- ahora sí creo –cogí sus manos entre las mías- creo en ti, después de haberme salvado de mi casi muerte.
-Eso es bueno –me separó delicadamente de él- ahora pequeña, pongamos reglas.
-¿Reglas? –lo miré desconcertada-
-Sí, reglas –afirmó-
-No me vas a hacer que te ponga un altar y esas cosas, ¿verdad?
-Si quieres hacerlo, no me molestaría –se encogió de hombros y puso una cara de autosuficiencia- soy un ángel muy genial, así que eso no sería nada malo.
-Yoongi, en serio. ¿Cuáles son tus reglas? –bufé-
-Primero, llámame Suga genio todopoderoso -levantó el dedo índice-
-Suga. ¿Qué más? –ignoré lo innecesario-
-No te acerques a mí con otras intenciones que no sean para pedirme ayuda -levantó su segundo dedo-
-O sea, eres tú el que viene a perturbarme la existencia todo el día y ahora me dices que no me acerque a ti. ¿Quién te entiende? -crucé los brazos y rodé los ojos- Pero está bien -sonreí-
-Tercero, nada de cuestionarme -levantó el tercer dedo-
-Oh, perdón señor todopoderoso que todo lo sabe –mi tono era de burla hacia él-Jamás quise cuestionar su autoridad.
-Y por último -bajó la mano- Me gusta que me hagan caso. Odio cuando me desobedecen, ¿entendiste?
-Entendido –asentí con la cabeza dando un gran suspiro- solo no me abandones, te necesito.
-Jamás te dejaría sola, mi pequeña. He estado contigo desde siempre –me sonrió- esa es mi misión, cuidarte.
-Entonces ayúdame. Has que esos dos se callen –señalé la puerta de mi habitación, haciendo alusión de que hablaba de mis padres- estoy cansada de sus peleas. Los amo con toda mi vida, pero quiero que todo esto termine si es lo mejor para ellos.
